Este verano, cuando el viajero fiel regrese a Villa Gesell, no encontrará ni rastros de la bulliciosa avenida que desafiaba al océano. En su lugar, una larga senda peatonal sobre un deck de madera cruza las extensas playas, marca registrada geselina.
El rugir de los motores cedió su lugar a los pasos de transeúntes, como una invitación a contemplar los reflejos del sol o la luna sobre el mar. Muy pronto, los hiper poblados paradores, casi réplicas de los urbanísimos shopping centers, darán lugar a pintorescas "casitas" de madera construidas sobre pilotes, que recuerdan a los originarios balnearios de la Villa, cuando en los años '60 los primeros bikinis ("diminutos, justos, justos") escandalizaron a varios.
En algunos casos, los balnearios desaparecieron por completo. En total, de 76 concesiones que atestaban las costas geselinas, este año sólo quedarán 50 -mucho mas pequeños-, que permiten disfrutar de 13 mil metros más de arena, que otrora estaban abarrotados de construcciones de hormigón.
La "nueva" Gesell ofrece un cambio de hábitos para los turistas -que sólo pueden recorrer el frente costero caminando- y también para los prestadores, ya que no todo es cuestión de estética. Estas construcciones que permiten el movimiento del viento y la arena de manera natural, tienen además la ventaja de recuperar los médanos y, en caso de ser necesario, desmontarse con rapidez. A partir de ahora cuentan con mayores servicios, como sanitarios de damas, caballeros y discapacitados en cada uno de ellos, y un riguroso control del mantenimiento de la limpieza.
Al recorrer las playas, una larga hilera de palitos de álamo llaman la atención. Es otro aspecto del nuevo Gesell, que en sus esfuerzos por volver a las blancas arenas, recurrió al tradicional sistema de "enquinchado". Estos pequeños postes, ubicados estratégicamente de forma oblicua a lo largo de la línea de la costa, cumplen el trabajo de retener la arena y contribuyen a mantener playas tentadoramente esponjosas.
A la vez, como una manera de preservar las reservas de dunas, únicas en la costa atlántica, no se permite más de un balneario en cada una de las demás localidades de Mar Azul, Mar de Las Pampas y Las Gaviotas.
En consonancia con el paisaje, e incluso con el caprichoso recorrido de calles que se trazaron dando prioridad a las dunas, las más flamantes edificaciones de Gesell tienen bien en claro la consigna y la cumplen al pie de la letra, con contornos agradables y una utilización armónica de materiales, que intenta confundir la obra del hombre con la de la naturaleza.
Este renovado aspecto geselino invita a una recorrida. Y, en consonancia con las nuevas tendencias, nada de vehículos a motor. Lo verdaderamente top es cabalgar.
Anabella Zubarrian y Daniel Velásquez, de La Peregrina, aprestan los caballos cuando el sol se despide con tonos rojizos. Desde las renovadas playas, esas que ahora tienen más arena, una noche de luna llena es el momento ideal para acercarse a un paraje que conserva las características primitivas de la zona.
Rocío Salas, guardaparques local, nos explica que la Reserva Dunícola Norte, entre Gesell y Cariló, es un sitio poco conocido en comparación de la zona que se encuentra cercana al Faro Querandí (al sur de Villa Gesell). Pero ello no lo hace menos rico en posibilidades de admirar la naturaleza y de intentar comprender su acción a través de la historia.
A medida que nos alejamos, la silueta de Gesell se recorta a lo lejos, y comprendemos la utilidad de las polainas que minutos antes nos sugirieron colocarnos. El sudor y el roce de los caballos se hace intenso en una topografía irregular, donde el silencio apenas es interrumpido por los pasos de los equinos en la arena y la conversación entre el mar y las gaviotas.
El camino de senderos en zigzag recorre dunas y bajos poblados de totoras, juncos, cortaderas, entre las cuales se esconden los tucu tucus, las liebres, las lagartijas de los médanos y hasta algún que otro zorro con pocas ganas de mostrarse.
Bajo la luz de la luna, resplandecen dos médanos imponentes entre los cuales asoma el mar. Es entonces cuando la tentación puede más que la sensatez, y los caballos se dirigen raudos hacia el agua, donde chapotean y transforman a los jinetes en niños que gritan y se divierten en plena noche.
Al regreso, el fogón se insinúa desde lejos y anuncia el punto final de la travesía. O, al menos, la culminación de la etapa de a caballo. Es que todavía queda el ritual del mate, la picada con chorizo casero y el descorche de un buen vino, ideal para combatir esa brisa que viene de la cercana costa.
Tradicionalmente, Villa Gesell se caracterizó por la amplitud de las ofertas nocturnas para los jóvenes, que paulatinamente convirtieron a la ciudad balnearia en una meca de la diversión estival. Esta temporada, pese a que se mantiene el espíritu festivo, la movida nocturna geselina muestra un cambio en los hábitos y en las propuestas.
Ya hace un tiempo, el municipio lanzó el plan "Gesell Noche Segura", destinado a controlar la actividad, que cambiaría la fisonomía de la diversión en el balneario. A partir de sus severas regulaciones, cerraron algunas de las discotecas emblemáticas de la villa -como Bocata y Savage- y otras -como Kilómetro 20- se transformaron en café concerts o pubs.
Seguramente la nueva cara de la movida nocturna geselina la encarnan los complejos, donde se concentran buena parte de las ofertas de esparcimiento para los jóvenes. Pueblo Límite, por ejemplo, detenta la condición de ser el mayor espacio de toda la costa atlántica, con una capacidad para 10.000 personas en sus cuatro restobares y cuatro discotecas.
La presencia de una docena de bomberos uniformados que recorren las distintas pistas todas las noches, revela que la seguridad ha pasado a ser una prioridad tan importante como ofrecer a los jóvenes una buena propuesta de DJs y recitales. "Tuvimos que hacer una fuerte inversión en todo lo relativo a este aspecto, con salidas de emergencia a las cuatro calles que rodean el complejo, grupos electrógenos y redes de agua adicionales. De hecho, estamos a punto de convertirnos en la primera discoteca en funcionar bajo normas IRAM",, revela Pablo Martín, responsable de Pueblo Límite.
Estos megaespacios también están destinados a ser sede de la movida rockera, que esta temporada no tendrá su edición del Gesell Rock. Los grandes jugadores de la escena musical -Catupecu Machu, Babasónicos, Los Auténticos Decadentes y Almafuerte, entre otros- pisarán los escenarios en el marco del ciclo The Roxy Live Shows, mientras que grupos emergentes tendrán su lugar en el ciclo Gesell en Concierto, a desarrollarse en las plazas de la ciudad.
Para completar este completo "cambio de cara" de la noche geselina, el municipio está gestando una medida muy a tono con los tiempos que corren. Según trascendió en fuentes oficiales, se prepara un duro régimen de control de la actividad de los "patovicas", "para que en el futuro tengan que tener un certificado de aptitud psicológica".
Claro que la diversión nocturna no es algo limitado a los jóvenes (por lo menos, a aquellos que detentan pocos años en su DNI). También hay propuestas para los mayorcitos.
Uno de los lugares más destacados de esta movida es Embrujo -dentro del Mega Complejo Pueblo Limite-, el restobar regenteado por el mago Adrián Guerra. Aquí, el ilusionismo comparte la mesa con un menú donde las pastas son la estrella. Entre truco y truco, la sobremesa se extiende hasta bien entrada la madrugada, cuando los veteranos más inquietos pueden peregrinar hasta Club Museum, donde la música de los '80 suena para complacer a los oídos nostálgicos.
Otra de las opciones elegidas por esta generación es El Modo, una disco donde por el precio de la consumición, se puede despuntar el vicio de jugar a la ruleta por diversos premios. Todo un hallazgo en una ciudad que no tiene casino.
A la hora de las propuestas sofisticadas, el Sushi Club se lleva todos los premios. Mientras se intentan dominar los palitos, la luz tenue y el ambiente minimalista inspiran sensaciones románticas.
Asimismo, hay alternativas a tono con las expectativas de quienes desean compartir una mesa con amigos. Nada mejor que las cervecerías y casas de picadas, donde la música es apenas una compañía de la buena charla.
El Hobbit es un bar inspirado en los personajes de Tolkien, en el cual la penumbra de una casa del bosque sirve de enigmático entorno para pantagruélicas picadas de ahumados y abundantes jarras de cerveza negra. Mientras tanto, El Ventanal congrega a un público más intelectual. Se trata de una librería donde se brindan espectáculos de jazz y números de teatro.
Con este abanico de propuestas, Gesell puede jactarse de ser uno de los pocos lugares donde solamente se aburre el que quiere...o el que puede.
Quienes seguramente conocen los encantos permanentes de Villa Gesell son los pescadores, ya que la costa de esta localidad ofrece oportunidades desde enero hasta diciembre.
Especies como el pejerrey no saben de temporadas, mientras que otras como la corvina rubia, las borriquetas, el bagre de mar, el lenguado y la pescadilla hacen su aparición en la primavera y se quedan hasta los primeros fríos.
Las opciones para los amantes de la caña y el mediomundo son muchas, y se multiplican en función de la sed de aventura que tenga el pescador. Las familias se inclinan por acercarse a la noche al muelle de pescadores, que permite adentrarse unos 150 metros en el mar, los suficientes como para sacar langostinos, cornalitos, camarones, lisas y pejerreyes; y hasta alguna que otra corvina desprevenida que se acercó demasiado a las columnas.
En cambio, quienes emprendan rumbo por la arena hacia el sur, donde el Faro Querandí se destaca con su luz altiva, encontrarán aguas más profundas, en las cuales las alternativas de captura se multiplican a la vez que el paisaje se vuelve espectacular. Aquí, los que eligen embarcarse o los que se quedan en suelo firme pueden encontrarse con brótolas, chuchos, pejerreyes, pez elefante, borriquetas y hasta algún desafiante tiburón.
Desde las provincias de Santa Fe, Formosa y Chaco, por ruta nacional 11, ruta nacional 2 y rutas provinciales (Buenos Aires) 63, 11 y 56. Desde nuestra ciudad, en ómnibus, la empresa Zenit ofrece varios servicios (boletería 32, terminal de ómnibus, tel. 0342- 4557368 o 4564016).
Desde Buenos Aires: parten rrenes desde Constitución, con combinación en bus y numerosos servicios de ómnibus desde Retiro.
En auto, desde la ciudad de Buenos Aires, por ruta 2 hasta Esquina de Crotto. Desde allí, ruta provincial 63 hasta empalmar con ruta 11 que lleva a Gral. Conesa. Seguir por ruta provincial 56 hasta Gral. Madariaga, donde se empalma con ruta 11 hasta Gesell.
Para obtener más datos acerca de la próxima temporada 2007/2008, comunicarse con la Secretaría de Turismo y Cultura, Municipalidad de Villa Gesell, al Tel: (02255) 455988/8118 (lunes a viernes, de 9 a 15), e-mail: [email protected]. Página web: www.gesell.gov.ar.
Con fiestas, eventos, participación en ferias, exposiciones y congresos, integrantes de la Secretaría de Turismo y Cultura de la Municipalidad de Villa Gesell vienen recorriendo el país para promover y difundir la próxima temporada estival. En el marco de la Gira Nacional de Promoción por el Interior del País, estuvieron también en la cénctica esquina de La Rioja y San Martín, de esta ciudad. Allí se presentó la página web con nuevos servicios y el video institucional de la ciudad que fue exhibido en todos los sitios destinados a la promoción. Ésta se inició a mediados de octubre y se prolongaba hasta los primeros días de noviembre. El extenso recorrido incluyó Paraná y Rosario, además de nuestra ciudad, para visitar luego localidades de Córdoba, Tucumán, San Luis, Mendoza y Neuquén.