El juicio oral comenzó esta mañana
Pedirán reclusión perpetua por el asesinato de Diego Peralta
 La mamá de Diego sigue reclamando que los culpables sean castigados. Foto: Archivo El Litoral

Fue la primera víctima de la ola de secuestros extorsivos que se inició en 2002. Su cadáver apareció en una tosquera, en la localidad bonaerense de Quilmes.

Después de una espera de cinco años, la Justicia Federal de La Plata comenzó, poco antes de las 10.30, a juzgar a los ocho acusados de secuestrar y asesinar al joven Diego Peralta, cuya familia volvió a exigir una "pena ejemplar".

El juicio oral se desarrolla en los edificios de los Tribunales Federales de La Plata, donde cuatro hombres y una mujer enfrentarán la acusación de homicidio con ensañamiento y alevosía, agravado por haber sido cometido para ocultar otro delito.

En tanto, otras tres personas serán procesadas como partícipes necesarios del secuestro extorsivo.

Los encargados del juicio serán los miembros del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, Carlos Rozanski, Horacio Insaurralde y Norberto Lorenzo, los mismos jueces que condenaron al ex capellán de la Policía Bonaerense Christian Von Wernich y al ex Director General de Investigaciones de la Policía provincial Miguel Etchecolatz, por crímenes de lesa humanidad.

Poco antes de comenzar la primera audiencia, el fiscal platense que participará del proceso, Carlos Dulau Dumm, dijo que el delito que se juzgará es de "altísima" criminalidad y que, por lo tanto, merece "una pena ejemplar". "El delito (secuestro extorsivo) seguido de muerte da puntapié inicial para condenas ejemplares, en la medida que durante el juicio se pueda probar", dijo Dulau Dumm.

Además, adelantó que el que se inicia hoy será un proceso largo y calificó a la causa como "de mucha densidad".

"Son muchos cuerpos y anexos, hay escuchas telefónicas, es una causa de mucha densidad", agregó.

Sin embargo, se mostró confiado en que "antes de fin de año" la causa tenga una condena.

En tanto, Emilse Peralta, la madre de la víctima, dijo esta mañana a los medios que espera una condena ejemplar para los responsables del hecho.

"Los asesinos de mi hijo tienen que estar tras las rejas -aseguró-. De aquí en más, quiero que la pena sea máxima y que se respete la vida. Quiero una pena ejemplar. Yo salí a buscar la verdad que me negaron; por ser gente humilde nos costó más el camino", agregó.

Peralta dijo también que el Estado tiene que "responder" por la muerte de su hijo.

El abogado de los padres de Diego Peralta anticipó hoy que la idea de la familia de la víctima en el juicio oral es pedir el máximo de la pena para los acusados, es decir la reclusión perpetua.

"Sería prematuro hablar de la pena a pedir, pero de comprobarse la participación directa no sólo a través de la consumación del delito, sino de la división de tareas, la intención de la familia es requerir el máximo de la pena, que en este caso es la reclusión perpetua", dijo José Vera antes de iniciarse la primera audiencia del juicio.

"Esta es la última oportunidad que tenemos de poder esclarecer el hecho en su totalidad, no sólo el secuestro y muerte de Diego, sino también si hubo complicidad, encubrimiento de parte de algunos actores que no han sido requeridos al momento de elevarse la causa a juicio", dijo.

Una seguidilla de secuestros

A ocho días del secuestro de Peralta, se produjo el de Juan Manuel Canillas, de 23 años, quien luego de que su familia entregara 700 pesos fue asesinado de un balazo en la espalda en la localidad bonaerense de Florida.

La tercera víctima que fue asesinada fue Axel Blumberg, de 23 años, quien fue capturado el 17 de marzo de 2004 cuando iba a la casa de su novia en Vicente López y luego llevado a Moreno, donde estuvo cautivo seis días y fue muerto cuando intentó escapar.

El cuarto caso se registró el 10 de febrero de 2005, cuando el despachante de aduanas Facundo Azulay, de 37 años, sufrió un secuestro virtual que luego se transformó en real y a uno de sus captores se le escapó un tiro cuando estaba en una villa de Lomas del Mirador.

El 13 de julio del mismo año, Santiago Miralles, de seis años, desapareció cuando jugaba en su casa en la localidad bonaerense de Canning y tres días después del pedido de rescate fue hallado en un pozo ciego de un vecino.

La última víctima fue el productor rural Francisco White, quien murió durante su cautiverio en la ciudad bonaerense General Villegas por motivos que la Justicia aún no logró establecer y fue encontrado sin vida el 27 de septiembre pasado.

El caso tiene ocho acusados

Ocho acusados deberán responder ante la Justicia. Para hoy estaba previsto que fueran llamados a declarar cuatro de los imputados y el miércoles los restantes.

Cinco de ellos están procesados por secuestro extorsivo en concurso real con homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento para ocultar otro delito (criminis causa), reprimido con penas de hasta prisión o reclusión perpetua.

Se trata de Marcelo Cejas, alias "Chelo"; Julio César Rotela; Rosa Pistillo, alias "La Gorda Rosita"; Enrique Báez, alias "Baty", y David Pereyra, alias "Chaca", todos ellos actualmente alojados en el penal de Ezeiza.

Otros tres imputados, José Pablo García, Lauro Shimabukuro, alias "El Chino", y Fermín Amarilla, el remisero que habría entregado a Peralta a sus captores, están acusados por su supuesta participación necesaria en el secuestro extorsivo y podrían recibir condenas de hasta 15 años de cárcel.

Un noveno imputado, Carlos Ramón Garzón, alias "Pipi", estuvo prófugo dos años y fue detenido en Paraguay, donde aún se encuentra a la espera de que se conceda la extradición reclamada por la Justicia argentina.

Según la confesión de Cejas, al tercer día de cautiverio, la banda tomó la decisión de asesinar a Peralta por dos motivos: creían que Luis Peralta no quería entregar sus ahorros y que Diego pudo haberles visto las caras en el momento de la captura.

Los secuestradores le aplicaron tres puñaladas en la espalda, luego lo degollaron con siete incisiones en el cuello y lo arrojaron a las aguas de una tosquera de Ezpeleta atado a un riel, donde fue encontrado el 12 de agosto de 2002.

Pese a que ya lo habían asesinado, la banda cobró el 20 de julio de ese año un rescate de 9.000 pesos y 2.000 dólares que Luis Peralta arrojó cerca de la cancha de Claypole.

íAlto, policía!

Diego Alberto Peralta, de 17 años, fue secuestrado por delincuentes que al grito de "íAlto, policía!" lo capturaron el 5 de julio de 2002 en El Jaguel, partido de Esteban Echeverría, cuando se dirigía en remís hacia el colegio.

Los captores llevaron al chico a una vivienda del barrio Los Plátanos, en Berazategui, lo doparon con tranquilizantes y pidieron 200 mil dólares de rescate, ya que, de acuerdo con una información errónea que tenían, creían que el padre de la víctima guardaba esa cifra en su casa.

Télam/DyN