Hace más de una década llegaron al norte santafesino los primeros ejemplares del búfalo de agua (Bubalus bubalis sp.), una singular especie ganadera con grandes aptitudes para transformar el forraje de menor calidad en carne magra y nutritiva o en una leche con más grasa y proteína que la bovina.
El principal atractivo de esta especie para los ganaderos de zonas marginales es su virtud de desarrollarse exitosamente en áreas de pastos duros y tierras anegadizas. Por este motivo, algunos se animaron a incorporarlos a sus campos con el objetivo de sacarle provecho a las áreas en las que los vacunos no daban buenos resultados, en particular el monte y los bañados.
Uno de los santafesinos pioneros en la materia es Carlos Angel Snaider, más conocido como Nito por sus vecinos de Florencia, bien al norte del departamento General Obligado, último pueblo de la provincia antes de llegar al Chaco. A su establecimiento llegaron a principios de los 90 algunos ejemplares de la raza Murrah y desde allí salieron varios casales para prueba de otros productores del norte.
Nito cuenta con unas 6.000 hectáreas "muy malas", con mucho monte, divididas en 4 campos sobre el límite con la provincia de Chaco. En otra época llegó a ser el cañero individual más grande de la zona con 120 hectáreas en producción. Hasta que la quiebra de los ingenios a principios de los 90 lo dejó sin cobrar unas 2.000 toneladas de caña. Ese fue el fin de una era y el comienzo de otra, la ganadera al 100%, que incluyó la cría de búfalos.
"Empecé por casualidad. Me interesé por un artículo en una revista y entonces me contacté con la Asociación de Criadores en Buenos Aires; ellos me contactaron con un productor de Brasil y allá fui a comprar los primeros animales". Nito relata la experiencia con naturalidad campechana y esa tonada medio correntina que domina en el norte de la provincia. Del país vecino se trajo una búfala con cría más otra preniada, un toro y 11 terneras, "todo en un acoplado", se ríe, y recuerda que por la hembra servida pagó u$s 1.000 y u$s 550 por cada cría. "Y ahí se nos terminó el capital", bromea Norma, su esposa.
Actualmente cuenta con un rodeo de 170 animales distribuidos en tres ambientes: el bañado, donde "los terneros dan más kilos"; el monte; y un pequeño grupo en los potreros contiguos a la casa que le sirve para mostrar a los visitantes.
Para Snaider los búfalos ya no tienen secretos. Asegura que el manejo es similar al de los vacunos "pero con menos cuidados". Se usa un toro cada 25 hembras y reciben los mismos tratamientos sanitarios obligatorios, como brucelosis y aftosa; y es poco probable que se infesten de garrapata o se embichen.
Quizás lo más interesante de la raza sea su vida útil, ya que una madre puede alcanzar los 25 años y parir entre 17 y 19 terneros (a diferencia de los vacunos, la gestación dura 11 meses). Prueba de su longevidad es que aún viven en el establecimiento los primeros vientres que Nito trajo de Brasil en 1993. "Sin tratamiento se logra entre el 80 y 90% de destete; alcanza con que esté en buen estado corporal", dice el productor. El primer servicio se da entre 12 y 14 meses pero con un 50% de parición.
La otra característica sobresaliente es la rusticidad. Si bien requieren más cantidad de forraje, se compensa con la menor exigencia nutritiva para el pastoreo. El productor asegura que engordan un 40% más rápido que los vacunos. Así, en los bañados, un ternero alcanza los 350 kilos al año de edad; y los pesados de 500 kilos están terminados a los dos años.
Por una cuestión práctica, Nito vende los terneros al destete, con 7 o 9 meses y un peso de 270/280 kilos. "Hay que aprovechar a venderlos ahí porque el 97/98% salen gordos", dice. No es difícil encontrar compradores y el precio guía es el mismo que el del ternero vacuno (actualmente de $3.20 a $3.40). Pero como es búfalo y no vaca, "siempre le bajo un poquito para que lo lleven más rápido", confiesa.
Algunos años atrás hubo intentos oficiales por impulsar este tipo de ganadería y desde el Ministerio de la Producción, a través del Programa Carnes Santafesinas, se realizaron reuniones informativas entre los productores. Pero el escaso desarrollo del mercado le quitó impulso a la iniciativa y sólo se mantienen pequeños rodeos complementarios de la ganadería vacuna tradicional, como el de Snaider. Por ahora, el crecimiento más importante de la producción de búfalos se concentra en Formosa y Corrientes.
Una especie milenaria
El búfalo domestico o búfalo de agua (Water buffalo), cuyo nombre científico es Bubalus bubalis sp., es originario de Asia y se estima que fue domesticado hace 7000 años en China; hace 6000 en el valle del Indus, India; y 4000 en la región de Ur, actual Irak.
La especie Bubalus es distinta del bisonte o búfalo americano, del sincerino o búfalo africano, y distante en 5 pares de cromosomas del vacuno, lo que hace inviable su cruza.
Las razas bubalinas son 19 si se incluye como raza a un tipo diferente (o sub-especie), el Búfalo de Pantano, Swamp Buffalo o Carabao (con 48 cromosomas), destinado principalmente a trabajo y en segundo término para carne. Pero son tres las más utilizadas con fines productivos.
La raza Murrah es originaria del Noroeste de la India. Son animales macizos, robustos, con una conformación profunda y ancha, de extremidades cortas y huesos pesados. Cuentan con muy buena conformación carnicera y poseen ubre bien desarrollada. El peso promedio al nacimiento es de 38 kg., el de la vaquilla de 24 meses es de 370 kg., el vientre adulto 550-600 kg. y el de los machos varía de 600 a 900 kg.
La raza Jafarabadi toma el nombre de una ciudad homónima de la India. El peso promedio en machos adultos es de 700 a 1000 kg y 700 kg en las hembras. Esta raza es apta para zonas de pastos altos y abundantes, aunque no sean verdes. Necesita mucho volumen para generar energía, y en restricciones de alimentación alarga el intervalo interparto, demorando su recuperación.
La raza Mediterránea se definió como tal en Europa, aunque también es de origen índico. Es de color negro, con cuernos medianos, dirigidos hacia atrás y los costados. El cuerpo es ancho en relación a su largo y las patas son cortas y robustas. El peso promedio del animal adulto es de 600 a 800 kg en los machos y de 600 kg en las hembras. La edad promedio al primer parto es de 40 meses. Muy buena conformación carnicera y lechera. Es la raza predominante en Italia y Brasil.
Juan Manuel Fernández - [email protected]ENVIADO ESPECIAL