Nosotros: NOS-01
TEMA CENTRAL / CULTURA
La casa de la memoria ilustrada
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Biblioteca Nacional. Mañana, 16 de marzo, se cumplirá un año más desde que aquel día de 1812 se inaugurara la Biblioteca Pública de Buenos Aires, convertida luego en Biblioteca Nacional. Aquí, pasado y presente de este espacio nacido para atesorar y difundir la memoria de la lectura en la Argentina. textos de revista Nosotros. fuente: web biblioteca nacional.

"Si algún lugar posee cierta atmósfera como de templo de cultura, es la Biblioteca Nacional. Son las Bibliotecas Nacionales. Si en alguna parte está reunida la cultura de un pueblo, es allí. En las Bibliotecas Nacionales se puede comenzar a comprender la prolongada vida de una sociedad y forjar su futuro. Es un excelente lugar para disfrutar y amar la cultura, para reflexionar sobre uno mismo como ser individual y como se social, para adoptar un compromiso con una forma de sociedad, con el propio país, con determinados valores", escribió en cierta ocasión Lourdes Fierro Bustillo.

Sin embargo, "el aprovechamiento de las fuentes culturales existentes en las Bibliotecas Nacionales y en otras bibliotecas suele ser mucho menor que lo esperado, en países donde ha costado esfuerzos y recursos hacer posible el acceso a la mayoría de la población a la cultura. Hemos enseñado a leer, pero casi no hemos enseñado a disfrutar de la lectura. A pesar de las dificultades para lograr ese disfrute, la producción cultural continúa enriqueciendo nuestro haber de pueblo. El problema que surge, entonces, es el del rescate para los que leen actualmente, para los que leerán más tarde. Rescate significa no sólo recuperar obras que son expresión de la cultura institucional -bien sea ésta impulsada por instituciones publicas o privadas- sino también hacer posible que esa cultura institucional se nutra de la fresca y poco contaminada cultura popular, la de los sectores menos modelados por el proceso institucionalizador. Y en este caso, en el del rescate, la función de la Biblioteca Nacional es también de primera importancia. Estimular la lectura y preservar lo que ha de ser leído son tareas inaplazables que el personal de las Bibliotecas Nacionales y públicas emprenden con elevada conciencia. Porque lo que está en juego es la identidad de un pueblo".

Referencia del pensamiento nacional

En nuestro país, la Biblioteca Nacional es símbolo del devenir histórico de la nación. Presa de graves crisis a lo largo del tiempo, el sismo más reciente lo atravesó el año pasado, con la renuncia del subdirector Horacio Tarcus, prestigioso historiador. Designada para reemplazarlo, la bibliotecaria Elsa Barber, definió el rol de ese organismo al asumir su gestión aún en marcha: "No se trata de fomentar la dicotomía entre lo bibliotecológico y lo cultural. La misión de la Biblioteca Nacional es coleccionar y conservar la producción nacional y proveer a los investigadores un servicio de información eficaz".

Se estaba en presencia de un nuevo paso en la historia de la Biblioteca fundada por Mariano Moreno, en el camino de la transformación tecnológica que iniciara hace tiempo esta institución que abrió sus puertas el 16 de marzo de 1812, como Biblioteca Pública de Buenos Aires -antecesora directa de la Biblioteca Nacional-, creada por decreto de la Primera Junta, el 7 de septiembre de 1810.

La Junta pensó que, entre sus tareas, estaba la de constituir modos públicos de acceso a la ilustración, visto esto como requisito ineludible para el cambio social profundo. Mariano Moreno impulsó su gestación como parte de un conjunto de medidas -la edición, la traducción, el periodismo- destinadas a forjar una opinión pública atenta a la vida política y cívica. Así, la Gazeta y la traducción y edición del Contrato Social se hermanan en el origen con la Biblioteca. Precisamente, el escrito estremecedor de la Gazeta, titulado "Educación", en donde se anuncia la creación de la Biblioteca en 1810, posee todas las características de un documentos alegórico, bélico y literario a la vez, pieza muy relevante del pensamiento crítico argentino.

Su primera sede estuvo en la Manzana de las Luces. El propio Moreno y Cornelio Saavedra habían firmado la orden de expropiación de los bienes y libros del obispo Orellana -juzgado como conspirador contra la Junta-, en base a los cuales se constituyó el primer fondo de la Biblioteca, enlazada desde el comienzo con la lucha independentista y la refundación social. También integraron el primer acervo las donaciones del Cabildo Eclesiástico, el Real Colegio San Carlos, Luis José Chorroarín y Manuel Belgrano.

La adquisición por parte de la Biblioteca del carácter de Nacional, recién en los años 80 del siglo XIX, guarda inequívoca correspondencia con la evolución de las instituciones del país. En el momento de efectiva formación del Estado nacional, se erigió como reservorio patrimonial y cultural. Paul Groussac protagonizó el nuevo período, de modernización y estabilización, acorde con el clima general de la época. Su gestión duró más de cuarenta años y, entre otras cosas, logró que la Biblioteca fuera un punto de referencia para el pensamiento argentino.

La biblioteca de Babel

La otra presencia capital en la Biblioteca Nacional -cuya espesura cultural y literaria era de características bien diversas a la anterior, pero no a la de los tiempos largos que quedaron impregnados por el sello personal de Groussac-, fue obviamente la de Jorge Luis Borges. El autor de "La Biblioteca de Babel" supo erigir a la Biblioteca como tema de pensamiento y literatura.

El itinerario urbano, catastral y arquitectónico de la Biblioteca Nacional también revela su íntimo apego a las alternativas más dramáticas de la vida nacional. Precisamente la Biblioteca fue objeto de una prolongada empresa arquitectónica que abarcó desde la concepción de la necesidad de un nuevo edificio en 1960, hasta su actual emplazamiento en Agüero 2502.

Los avatares de la historia

Menos dotada cuantitativamente que otras bibliotecas nacionales de Latinoamérica y aún en proceso su ansiado momento de ponerse a la par de los horizontes de modernización característicos de la época contemporánea, la Biblioteca Nacional posee, sin embargo, un patrimonio cuya calidad es de excelencia, indispensable para considerar la bibliografía y la hemerografía de la historia nacional en sus más variados aspectos, y particularmente rica en lo que hace a los antecedentes remotos o más mediatos de la formación social, económica y simbólica de la nación.

La Biblioteca Nacional ha sido atravesada -a veces mellada, otras impulsada-, por la vida política más amplia. No es posible pensarla, gestionarla, trabajar en ella, investigar sus salas de lectura o tomarla como pieza de la política cultural argentina, sin tener en cuenta el vasto eco que ofrece -como si fueran los "ecos de un nombre" borgeanos-, de los avatares de la propia memoria nacional. Visitarla supone adentrarse en la propia historia de la lectura en el país y en las complejas urdimbres de sus pliegues simbólicos y materiales.

Para descubrir

El vasto patrimonio de la Biblioteca Nacional está a disposición del público en sus salas de consulta y en múltiples soportes: libros, hemeroteca, sala del Tesoro, fototeca, Archivo Institucional Histórico, Archivo de manuscritos, partituras, audioteca y mediateca, Mapoteca, Sala de lectura para no videntes.

Colecciones

Si desea buscar libros, partituras, mapas o material del Tesoro, puede consultar el Inventario General. Si necesita diarios o revistas puede consultar el Preinventario Hemeroteca. Ambos se actualizan quincenalmente.

El catálogo de libros, que cubre solamente obras ingresadas hasta el 2004, permite realizar una búsqueda temática. Dispone, además, de una sala virtual de lectura, un archivo de voces de escritores, incunables y libros editados antes del 1800.

Espacio para la danza

Se está conformando el Archivo Audiovisual de Danza, para la investigación en esta disciplina. El objetivo es centralizar la mayor cantidad y variedad de materiales, nacionales e internacionales, de todos los géneros. Por eso, se invita a elencos e instituciones de danza, como a coreógrafos/as independientes, a contribuir al enriquecimiento de este archivo con una copia en DVD ó VHS de sus obras. Comunicarse con Mariana Lucía Marquez al (011) 4808-6000 int. 1356 o por e-mail a: [email protected].