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SOCIEDAD / CURIOSIDADES
Diversión entre autos y pistas
Scalextric: hobby y juego. Un santafesino, llamado Víctor Strahl, tiene una colección de autos del juego Scalextric, que ya cumplió 50 años. En esta nota recuerda cómo empezó a disfrutar de este entretenimiento que hoy comparte con su familia.

Hace un tiempo recibimos un mail en donde nos proponían hacer una nota sobre el Scalextric. "Es un juguete que el año pasado cumplió 50 años", reseñaba Víctor Strahl, un santafesino que desde hace más de 25 que colecciona y se apasiona por estos pequeños autos a escala que circulan sobre una pista, generalmente en forma de ocho.

"La ventaja que le veo a este juguete, en comparación con los juegos de la computadora -que conozco y son buenos- es que el enfrentamiento con la máquina siempre tiene un límite: vas accediendo a otros niveles y le vas encontrando la vuelta -explicaba el correo electrónico-. Pero llega un momento en que el juego muere en sí porque ya sabés los trucos y cómo funciona. Pero el Scalextric no es así".

Una pista, al menos dos autos a batería y un pulsador bastan para que empiece la diversión, que puede durar horas entre los aficionados a este juego. Víctor actualmente tiene 43 años y desde los 16 tiene este hobby. En todo este tiempo atesoró alrededor de 100 autos a escala 1:32, además de dos pistas y otras dos para ampliar, una más sencilla y otra de su hermano.

Recuerda hasta en los mínimos detalles el primer Scalextric que tuvo: "Lo compré en una juguetería que estaba en Mendoza casi San Martín, que se llamaba Tía Mecha. Fuimos un sábado a revolverle el negocio a la mujer -que no tenía mucha paciencia- para buscar el que queríamos. Cuando abrimos la caja no traía los autos que pensábamos y la señora los cambió por otros, para que nos fuéramos", rió.

"Entonces debo haber tenido 16 años. Con mis dos hermanos (todos varones), ahorrábamos la plata que mi viejo nos daba para pagar los boletos para ir al colegio. Vivíamos en Recreo e íbamos al colegio en Esperanza y nos veníamos a dedo, ida y vuelta. Con esa plata que ahorramos compramos el juego, que era caro. Los dos primeros autos que tuvimos fue un Renault y un Williams -ambos de Fórmula 1-, que en su momento era con el que corría Carlos Reutemann. Armábamos el óvalo sobre la mesa del comedor de mi casa y estábamos toda la tarde jugando".

Sin embargo, su pasión por este juego surgió cuando tenía aproximadamente 4 años. "El primer Scalextric que vi en mi vida fue el que tenía Daniel, el hijo de una familia que era socia de nuestro negocio -recuerda Victor-. Hoy, Daniel vive cerca de mi casa y un día le dije que me acordaba de cuando éramos chicos y él me había prestado su Falcon color naranja. Luego, mi papá trajo un Scalextric que le habían prestado y lo armó debajo de la mesa del comedor. Éstos fueron mis primeros contactos con el juego".

Creatividad y destreza

Víctor se crió en una familia aficionada a los autos y seguramente allí nació su pasión por ellos. "Estábamos vinculados a una marca de vehículos en Santa Fe (fuimos concesionario oficial de Renault) y mamamos automovilismo desde que éramos chicos. Mi viejo lo inició y el que quedó más afiebrado con este tema fui yo. Todos traíamos cierta tendencia manifiesta en los hobbies: mi viejo armaba trenes y aviones, al igual que yo; y mis hermanos también arman aviones y autos".

"Este juego une a varias generaciones, ya que mi viejo lo conoció y alguna vez jugó; mis hermanos y yo lo jugamos hasta el día de hoy y pasará a nuestros hijos. Los secretos, básicamente, siguen siendo los mismos para armarlos. Necesitás conocimientos de varias cosas, hasta de estética para los autos".

Según Victor, "este juego es diferente: en su versión clásica y familiar se utiliza con dos autos y dos carriles, pero está la posibilidad de compartir tus autos -que otro venga con su auto y corra-, variar los modelos y tipos de móviles. Hay muchas cosas para hacerles, pero también cuenta la habilidad personal del jugador. Algunos sólo sacan el auto de la cajita y corren. Incluso, probablemente comprás dos iguales y no van a andar de la misma manera porque son máquinas, que no son perfectas. Ahí juega la idea de que cada uno se dé maña para arreglar los autos, mejorarlos, desarmarlos. El chico (y también el adulto) puede ejercitar sus manos, su destreza".

Antes y después

El boom de este juego se dio en nuestro país en la década del 60, cuando incluso había clubes que se dedicaban al automodelismo y las revistas de automovilismo incluían una sección al tema, además de disponer información sobre los campeonatos metropolitanos o de Capital Federal.

Víctor recuerda que "en Santa Fe hubo un club en la planta alta de Azopardo, con una pista muy linda, pero no sé qué pasó luego. En Esperanza había una pista linda en el Club de Planeadores, adonde mi tío era piloto. Estábamos horas en la pista mirando cómo jugaban los otros. Después me compré un chasis y me armé ese Escarabajo verde, con el que corría".

"Hubo muchos clubes: en la década del 70 era un hobby muy común pero luego desaparecieron -dice Victor con aire nostalgioso-. Hoy sólo se ven pistas como entretenimientos de parques. Sin embargo, en Buenos Aires hay clubes en donde se pueden alquilar autos, pulsadores y el tiempo de pista, o uno va con su auto y corre. También se organizan campeonatos".

En la década del 70, durante el proceso, los clubes fueron vistos como reuniones de gente "complicada; por eso los persiguieron y comenzaron a desaparecer. Ahí el hobby se murió y resurgió a principios de la década del 80, cuando volvieron aparecer viejas pistas de Scalextric caseras, de una marca nacional. Eran con chasis metálicos, con una carrocería plástica blanda y en general eran autos de Fórmula 1. También ofrecía dos pistas básicas y tradicionales: el ocho y el óvalo".

Consultado sobre los cambios que sufrió el juego en estos años, a partir de la incorporación de tecnología, el aficionado explicó que "cuando tuve el primer Scalextric, el pulsador estaba incorporado a la pista, así que tenías que estar amontonado para manejar los autos. Actualmente, se dejaron de lado los cables y existen pulsadores inalámbricos, que hasta vienen con un tercer botón que permite la regulación electrónica de la aceleración y del freno. También le encontraron otra vuelta de tuerca: dan la posibilidad de tener más jugadores".

Juego de tres

"Nosotros éramos tres hermanos: jugábamos dos y el tercero miraba, así nos íbamos turnando; el tercero jugaba cuando uno de los otros se cansaba o perdía. Hoy vienen pistas de dos carriles pero en donde pueden jugar entre 6 y 8 autos a la vez, dependiendo de la marca. Son sistemas digitales. El auto y las pistas son iguales pero la diferencia está en que detrás, los pulsadores tienen un botón que al tocarlo hace funcionar una corriente eléctrica o puedo hacerlo de manera mecánica. De este modo, el auto se va cambiando de carril y puede ir pasando a los otros".

"Otra novedad es que cada auto tiene una entrada (como un enchufe de teléfono) y uno puede programar el auto y determinar si son carreras de rally, fórmula 1 o de resistencia, el tiempo, la cantidad de vueltas -en general y en particular-. También se puede prever hacer cierta cantidad de paradas técnicas. El auto no se para cuando se termina el combustible, pero empieza a andar a paso de hombre hasta que uno lo detiene. Luego ingresa a boxes, con el mismo sistema, hace una parada virtual -como si cargara combustible- y luego vuelve a entrar a la pista.

Una pasión

Víctor Strahl opina que "hay gente que es coleccionista de autos y quizás tiene 10 veces más la cantidad de autos que yo. Pero quizás jamás tocaron una pista; los compran sólo para coleccionar, porque básicamente son una maqueta con motor".

En su caso, ocurre lo contrario: "Compro los autos porque me gustan y los uso. A veces me producen dolor de cabeza, porque al usarlos se rompen. Esto me pasó con un Alfa Romeo que busqué por todos lados hasta conseguirlo. Le di dos vueltas en la pista, salió despedido por el aire y cayó del techo; se destruyó y sus repuestos no se consiguen. Los arreglás pero sabés que están rotos y no es lo mismo".

Víctor no tiene hijo varón pero encontró en su hija una aliada para jugar con los autos slots, igual que con su esposa. Su inmensa pasión por estos autos a escala también se nutre de revistas y sitios en internet que refieren al tema, como formas de alimentar el contacto con esta diversión.

La Maserati de Fangio

El bien más preciado.

Víctor Strahl ejemplifica sobre las diferencias entre los autos, según las marcas. Con absoluta precisión describe cada uno de sus modelos, señalando las variantes en los motores, chasis o las carrocerías, lugar de compra, marcas y lugar de origen, características particulares, campeonatos en los que participaron, entre otros detalles.

Sin embargo, aclara que tiene un auto especial, que es el que más aprecia: "este auto español pertenece a una serie limitada de 1.500 autos, motivo por el cual tiene su certificado de autenticidad y su número. Es la Maserati con la que corrió Juan Manuel Fangio. Viene envuelta en una gamuza que tiene dibujados todos los perfiles de los autos de los que se han hecho series limitadas. Tiene detalles excepcionales y realmente es precioso. Te da lástima usarlo, pero lo uso; no lo compro para guardarlo ni para esconderlo y por eso creo que la gente tiene que saber que existe este tipo de juegos, otras cosas para ver y para hacer".

Básicos

Y accesorios

Los elementos básicos del Scalextric son un pulsador (que es como el acelerador del auto), dos autos, pista y baterías.

Un juego básico digital ronda los 1.200 ó 1.300 pesos, pero no hay mucho desarrollo porque es caro.

Los aficionados más exquisitos incorporan elementos de electrónica y computación, semáforos, sensores de velocidad, etc.

Variedad

Alternativas

Autos, motos, kartings, camiones y en alguna época (en sus principios) caballos, eran los modelos que venían para jugar con el control remoto y la pista.

Información

Contacto local

Víctor Strahl ofreció su casilla de correo para recibir consultas de quienes deseen conocer más sobre este juego: [email protected].

También sugirió consultar en internet las siguientes páginas: www.ninco.com (fábrica barcelonesa); www.slotrac.com (fábrica argentina); www.autoslot.com (importador scx); www.scalextric.com.ar (importador scalextrix UK); www.scalextric.es (fábrica tecnitoys España); www.scalextric.com (Hornby UK).

textos de Mariana Rivera