Agustina Mai[email protected]
"Un animal es una vida, no un juguete", esta frase, simple pero contundente, es la idea rectora de la Sociedad Protectora de Animales, presidida por Lorena Arber. Tanto esta institución como la Asociación en Defensa de los Derechos del Animal (Addera) defienden la vida de los animales y apelan a una "tenencia responsable". "La mascota es un ser vivo, que tiene necesidades. Hay que entender esto a la hora de adoptar un perro o un gato", asegura Betina Ochoteco, secretaria de la Protectora.
Una adopción responsable, con conocimiento de todas las tareas que implica cuidar de un ser vivo, es el primer eslabón para evitar el abandono de animales, ya que, cuando las responsabilidades apremian, algunos piensan en tirarlas a la calle.
Conocido como el mejor amigo del hombre, el can es un ser vivo que siente hambre, frío, sed, dolor y tristeza. Todo esto es lo que padecen muchos perros de la calle. A la hora de hablar de ellos se despiertan las pasiones. Hay quienes se quejan porque representan "un peligro"; otros, porque son los responsables de que "la basura esté desparramada". Pero los defensores a ultranza de estos animalitos y de la vida consideran que "salir a matarlos con la perrera" no es la solución.
Ante el rumor de que la perrera podría volver a la calle, numerosos lectores, por medio del espacio de Línea Directa de El Litoral, han expresado su indignación. Se consultó al subsecretario de Ambiente de la ciudad de Santa Fe, Carlos Zapata, quien aclaró que "no tenemos ninguna intención de poner en funcionamiento la perrera. Queremos disminuir el número de perros vagabundos, pero no a través de la muerte" y remarcó que el municipio apunta a "incentivar conductas correctas en los ciudadanos, para que tengan responsabilidad, no abandonen a las mascotas, las vacunen, cuiden y quieran".
¿Cómo viven los perros de la calle? Esta pregunta tiene respuestas muy variadas de acuerdo con la suerte que corran estos pobres animales. Los más afortunados logran ganarse la simpatía de algunos vecinos que los alimentan, vacunan y castran. Son "perros comunitarios" y en la ciudad nos sobran ejemplos: los perros del hospital Iturraspe, queridos y cuidados por muchos de los trabajadores de esa institución; o "Federico", el perro de la Policía Federal, que anda yirando por la Recoleta santafesina.
"Nosotros no queremos tener esa clase de perros en el refugio porque ya están cuidados por los vecinos, sino que apuntamos a los perros de los barrios marginales, que están desnutridos y enfermos, son maltratados y tienen crías indiscriminadamente", explicó Ochoteco.
Muchos perros son golpeados o atropellados por conductores que ni atinan a pisar el freno, pasan hambre, frío, contraen enfermedades y tienen crías en las peores condiciones. Como señala Zapata, "siempre se habla del riesgo de las personas, pero no se piensa en el riesgo que corren los animales de la calle".
Otros son llevados al refugio de la Sociedad Protectora de Animales, donde se les da atención veterinaria y alimentos. En este lugar, ubicado en el camino viejo a Esperanza y calle Facundo Quiroga, se brinda albergue a cerca de 600 perros. Pese al enorme esfuerzo y dedicación de esta institución, el número excede las posibilidades económicas de la institución. "Para alimentar y cuidar a todos los perros que tenemos, necesitamos cerca de 15 mil pesos por mes. No obstante, con la cuota societaria cubrimos sólo la tercera parte", aseguró Ochoteco.
Pero, sobre todo, la carencia más grande que sufren estos seres vivos es la falta de cariño. Lo mejor que le puede pasar a un perro de la calle es ser adoptado por una familia que le dé amor y cuidados.
"El municipio quiere que las mascotas estén en las mejores condiciones posibles. Por ello estamos realizando un inversión muy importante para mejorar la infraestructura del refugio de la Protectora", afirmó el subsecretario de Ambiente. En este sentido, se están construyendo caniles, depósitos y se está cercando todo el terreno. Asimismo, está funcionando un quirófano para que no quede ninguna perra sin castrar. (Ver nota)
Desde la Protectora señalan que "la preocupación desde el municipio es por algunas personas que se quejan de los perros que andan sueltos en calle San Martín y en otros puntos céntricos de la ciudad. Por eso pretenden que sean trasladados al refugio". Sin embargo, aclaran que "en las condiciones actuales no podemos recibir ningún otro animal". Es por esto que acordaron con la Municipalidad realizar obras para mejorar la infraestructura del albergue, así como recibir ayuda para la alimentación.
De todas formas, Ochoteco asegura: "En el centro de la ciudad tenemos muchos perros que están protegidos por los vecinos. Esos perros se morirían de la angustia en el refugio porque están acostumbrados a estar rodeados de personas. Por eso pensamos en lanzar una campaña de concientización para que algún vecino los pueda adoptar".
Tanto la Protectora como Addera comparten una postura muy clara: ante la propuesta eutanásica que tenía hace tiempo el gobierno municipal con la perrera, las dos asociaciones promueven la implementación de castraciones masivas.
Esta tarea es realizada en forma gratuita por el gobierno local, pero Gabriel Piedrabuena, vicepresidente de Addera, considera que "el accionar de la Municipalidad es mínimo y no en forma permanente". Por eso propone que, además del quirófano móvil que recorre los barrios, se cree un lugar fijo al que cualquier persona pueda llevar su mascota para castrarla.
Consultado acerca de esta posibilidad, Zapata aseguró que "las personas que no se acercan al quirófano móvil cuando lo tienen en su vecinal difícilmente se trasladen a otro lugar", y destacó que "las castraciones gratuitas están pensadas para personas que no tienen recursos". En este sentido, apeló a que "la gente que tiene medios se acerque a su veterinario para realizar la operación".
1´ día: íQue alegría haber llegado a este mundo!
2 meses: Hoy me separaron de mi mamá. Con sus ojos, me dijo adiós, esperando que mi nueva "familia humana" me cuidara tan bien como ella. Hay varios niños en la casa que son como "hermanitos". Jugamos todo el día.
5 meses: Hoy me retaron porque hice ""pipí" adentro de la casa. íPero nunca me habían dicho dónde debía hacerlo!
8 meses: Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar, me siento seguro y protegido. Mi familia humana me quiere, pero nunca me educa, seguramente debe estar bien todo lo que hago.
12 meses: Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto y mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban.
13 meses: íQué mal me sentí hoy! Mi "hermanito" me quitó la pelota. Yo la quise recuperar, pero como mis mandíbulas se han hecho muy fuertes lo lastimé sin querer. Me encadenaron y dicen que soy muy ingrato.
15 meses: Vivo en la terraza y mi familia ya no me quiere. A veces hasta se olvidan que tengo hambre y sed.
16 meses: Hoy me puse contento porque subimos al auto y enfilamos hacia la ruta. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro "día de campo". Cerraron la puerta y se fueron. "íEsperen! Se olvidan de mí", ladré. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas y me di cuenta de que ellos no se detendrían: me habían abandonado.
17 meses: No encuentro el camino de regreso a casa. Estoy solo y perdido. Hay gente de buen corazón que me da algo de comer. Quisiera que me adoptaran y sería leal como ninguno. Pero sólo dicen "pobre perrito".
18 meses: Me lanzaron una piedra que me lastimó el ojo y no veo bien. Estoy muy flaco y la gente me saca a escobazos de todas partes.
20 meses: Me chocó un auto. El dolor es terrible y no me puedo mover. Llevo 10 días bajo el sol, la lluvia y el frío, sin comer. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen "no te acerques". Ya casi estoy inconsciente. La dulzura de una voz me hizo reaccionar: "Pobre perrito, mirá como te dejaron". Junto a ella un señor de bata blanca dijo: "Este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir". Como pude, moví la cola y los miré agradeciéndoles que me ayudaran a descansar. Sólo sentí un pinchazo y me dormí para siempre.
La solución no es tirar un perro a la calle, sino educarlo para que sea el mejor compañero.