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En Rafaela
Nuevo clon llega a nuestra lechería
A simple vista, se trata de un ternero común. Sin embargo, es un clon con el mismo potencial genético que su vaca fundadora. Foto: Federico Aguer.

La posibilidad de clonar vacas campeonas es hoy una realidad al alcance del bolsillo de los mejores cabañeros de la provincia. En el establecimiento La Magdalena, de Juan José Felissia apuesta a repetir los índices productivos de sus mejores ejemplares gracias a este novedoso aporte de la biotecnología.

Federico Aguer

En términos sencillos, la clonación es una forma de reproducción en la que no hay intercambio de genes provenientes de padre y madre, sino que toda la información genética proviene de un solo ser, llamado fundador. Junto con la transferencia embrionaria y la inseminación artificial a tiempo fijo, constituyen alguna de las más modernas técnicas de manejo con la que cuentan nuestros tamberos.

"La idea fue apostar al crecimiento de nuestra producción, y la clonación es uno de los últimos avances alcanzables para nosotros a un costo razonable", dice Felissia.

"La Ninin Saltarina M. Prelude fue sin dudas nuestra mejor vaca, y por eso creímos que merecía una oportunidad para obtener un clon", agrega. Es que este ejemplar fue cuatro veces elegida campeona nacional en su tipo y la mayor productora de leche del país. La técnica, al igual que el sexado del semen, corresponde a la firma Goyaique de Pérez Companc, que es quien tiene la patente a nivel mundial.

Todo el potencial

"El ternero en cuestión nació el 2 de enero y después de todas las pruebas sanitarias lo trajimos a la cabaña. El mismo se logró a través de una muestra del cartílago de la oreja de su fundadora. Las muestras de la piel son del tamaño de la cabeza de un alfiler. A partir de allí el laboratorio obtiene un ejemplar igual al anterior.

"Nuestra cabaña tiene muchos años de selección y nunca tuvimos un ejemplar como éste. El clon estará condicionado por las condiciones externas como el manejo, el clima y la alimentación", agrega.

El laboratorio lo entrega después del tercer mes de vida, cuando ya está comprobada su supervivencia. De hecho, algunos clones nacen con deficiencias. Algunos nacen muy grandes o muy chicos, o con el ombligo muy abierto, pero al momento de la entrega, el ejemplar se encuentra en condiciones óptimas.

El animal ya está inscripto en los registros genealógicos de la Asociación. Tiene el ADN hecho, que es igual que el anterior, se mantiene el mismo nombre aclarando que es el primer clon.

"La idea es multiplicarla lo antes posible a través de la transferencia embrionaria cuando tenga unos meses. Esto es una pasión, tenemos un gran sentimiento por la actividad. La Argentina lleva muchos años de desencuentros y no podemos fijar una política a largo plazo. Los ciclos biológicos del campo son a largo plazo, y cuando no hay previsibilidad las cosas se hacen en el aire. Si bien uno sabe qué resultados va a obtener, no se sabe en qué marco será. No tengo ninguna suda que tenemos todas las condiciones para volver a ser el granero del mundo", finalizó.