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Pediatría del Iturraspe al frente de esta iniciativa
Termómetros digitales para cuidar el medio ambiente
Entre 10 y 15 termómetros de mercurio debían reponerse por semana en este servicio. Su contenido es tóxico, no se puede recuperar y contamina el medio ambiente. El Servicio de Pediatría del Iturraspe renovó sus termómetros gracias a una donación de Cenaele.

Mariana Rivera

Todos, alguna vez, habremos tenido una "mala experiencia" de no poder leer en el termómetro cuántas líneas pasaba los 37º aquel líquido plateado de su interior, el mercurio, un metal tóxico. El reflejo que hace a los ojos y el miedo a que se caiga aquel elemento básico para tomar la temperatura corporal condicionan su correcta utilización.

Por suerte y con el fin de preservar el medio ambiente, actualmente existen recomendaciones internacionales que promueven el uso de los termómetros digitales, en general del reemplazo del mercurio, en el marco de la Campaña para el Cuidado de la Salud Ambientalmente Responsable que promueve la coalición internacional Salud Sin Daño, que reúne a más de 50 países.

El Servicio de Pediatría del hospital Iturraspe de nuestra ciudad es el primer establecimiento que está adaptándose a dichas exigencias y desde aproximadamente un mes y medio dejó de usar termómetros de mercurio. Gracias a la donación que le realizara el Centro de Apoyo al Enfermo de Leucemia (Cenaele), el servicio cuenta con los modernos termómetros, que son utilizados con mayor comodidad y confianza por médicos y enfermeros.

El Dr. Otmar Bertero, jefe de clínica médica del Servicio de Pediatría del hospital Iturraspe, dijo estar conforme con esta iniciativa, que promueve el cuidado de la salud de la población al dejar de usar una fuente de daño para las personas y el ambiente. "Nosotros empezamos en Pediatría porque si tenemos que esperar que todos se pongan de acuerdo es muy difícil. Ojalá que cunda el ejemplo en otros lados: hospitales, centros de salud, sanatorios. Lo nuestro es un granito de arena, pero empezamos, aunque todavía falta mucho por hacer", opinó.

Asimismo, advirtió que "muy poca cantidad de mercurio contamina el suelo y el agua y pasan cientos de años para que se degrade y esto no se puede lograr. No sólo es contaminante el mercurio sino muchos otros compuestos que utilizamos en salud pública. Los establecimientos de salud podemos contribuir a disminuir los problemas de contaminación porque prevenir es mejor que curar".

Bolitas de mercurio

Tras remarcar que "el mercurio es una sustancia tóxica que contamina el medioambiente y daña la salud de las personas, lo que está totalmente comprobado", Bertero planteó que "estamos avanzando en este sentido y en el área de Pediatría cambiamos desde hace un mes y medio los termómetros de mercurio. Cenaele nos proveyó de termómetros digitales para toda la sala. Incluso, cada enfermero cuenta con uno a su cargo, del que se hace responsable".

Por otra parte, el pediatra aclaró que "el mercurio que está dentro del termómetro no es tóxico pero su envase es de vidrio. En el hospital teníamos que cambiar entre 10 y 15 termómetros por semana. Ese mercurio no se pude juntar sino que queda en el medio ambiente. Cuando se rompe un termómetro, las gotitas de mercurio se hacen bolitas y no se pueden recoger. Por lo general se tiran en los desagües o se juntan en el trapo de piso y siguen contaminando. Con estos digitales nos evitamos todos estos problemas.

Asimismo, mencionó que también "sugiero a las mamás de los pacientes con leucemia que compren estos termómetros digitales para sus casas, que son muy baratos (menos de 20 pesos). La idea es que no usen mercurio y también por una cuestión personal para evitar las infecciones intrahospitalarias. Este consejo puede darse a todos los padres, aunque depende de sus posibilidades económicas de cada familia".

Por último, destacó que los termómetros digitales son "más prácticos de leer porque suena una alarma cuando llega a la máxima temperatura y se lee el visor, que da un número. Se coloca debajo del brazo y no son los que se ponen en la oreja, ya que esos son caros (deben estar saliendo entre 250 y 300 pesos)".

Efectos sobre la salud

El mercurio es un metal pesado que puede encontrarse en varias formas en la naturaleza. El mercurio metálico es, a temperatura ambiente, un líquido plateado que puede volatilizarse formando vapores de mercurio. Éstos y el mercurio orgánico (que se produce a través del metabolismo de ciertos microorganismos) afectan especialmente el sistema nervioso provocando irritabilidad, temblores, alteración de la vista y la audición, y problemas de memoria.

También puede afectar a los riñones y si la madre ha estado expuesta al mercurio orgánico y lo tiene presente en el cuerpo puede pasárselo al bebé durante el embarazo o a través de la leche. El bebé en gestación expuesto al mercurio a través de la placenta puede padecer daño cerebral, retraso mental, ceguera, convulsiones e incapacidad para hablar.

Mejoras edilicias

El Servicio de Pediatría también está mejorando la atención de los pacientes a partir de reacondicionar sus salas. Pero los cambios deben realizarse con la colaboración de la sociedad.

El Dr. Otmar Bertero aseguró que "nos sentimos defraudados por los anuncios de reformas que se habían hecho en agosto del año pasado, que quedó en la nada. Sin embargo, sin esperar esto fuimos cambiando algunas cosas. Con la colocación de un cerramiento en el ingreso del servicio se pudo evitar el paso de la gente por el lugar y las infecciones intrahospitalarias. El Estado no tuvo que poner prácticamente nada de dinero".

Asimismo, explicó que "se hizo una salita de hospital de día para poner las drogas oncohematológicas, con sus sillones especiales con televisor. Esto evita que los chicos vayan a las salas comunes para recibir esta medicación de las quimioterapias, que a veces duran cerca de dos años. Acondicionamos algunas salas de lo que era la Neonatología para las enfermeras, las madres sustitutas, psicopedagogas, lactario, depósitos, baños".

También acondicionamos un sector para la guardia pero todavía no la pudimos poner en funcionamiento porque no tenemos calefacción. Allí se podrían poner dos o tres camitas, ya que cuenta con dos baños. También inauguramos en ese sector la escuela hospitalaria, una salita de juegos y un salón múltiple para los chicos que están internados".

Asimismo, planteó que "las autoridades provinciales vinieron pero todavía no tenemos una respuesta en relación a las obras. Hicimos todo por nuestra cuenta, con fondos de Cenaele (compró la pintura, los termómetros digitales, los sillones para el hospital de día y bombas para infusión), dos iglesias evangélicas (pusieron la mano de obra para pintar las salas) y la cooperadora (también compró pintura). A los pacientes también les pedimos alguna contribución porque es la única forma".

Por último, aclaró que "está el proyecto del nuevo hospital, al norte de la ciudad, al que no nos oponemos, pero mientras tanto no tienen que dejar abandonado este hospital. La gente está enferma ahora y no podemos dejar de hacer las cosas en vistas de aquel establecimiento. Además, tenemos cada vez más pacientes con leucemia".