Darío Pignata - [email protected]

Pensar que antes del partido, nadie quería estar en la piel de Nereo Fernández, arquero de Unión y a préstamo en Jujuy, que arrancaba el examen bajo atentas miradas de todos lados en Santa Fe. Y pensar que después del partido, nadie quiere estar en los guantes del "Turco" Assef, el jugador más querido por los hinchas de Unión en los últimos tiempos y la mejor aparición de las inferiores en el plantel profesional. Esas benditas cosas que suele tener el fútbol se pegaron una vuelta anoche por el 15 de Abril: armaron un 1-1 entretenido en la Promoción y dejaron el placard abierto para la revancha en "La Tacita de Plata", con la particularidad de que la ventaja deportiva del equipo de Primera División Äen este caso Gimnasia y Esgrima de JujuyÄ lo obligará a Unión a ir por la hazaña de ganar en el norte del país si quiere volver a la máxima categoría.

La realidad marca que el domingo en la lejana Jujuy chocarán dos equipos voluntariosos, pero limitados, con ventaja deportiva para uno de los dos, es cierto. Pero en definitiva, para ascender, la lógica indica que siempre hay que ganar un partido. Si algo le deja como positivo el partido de anoche a Unión es que, con el simple argumento de la valentía como definió Gugnali, se animó a jugarle de igual a igual a un equipo de Primera División sin ser menos en el trámite. Lo ideal, claro está, hubiera sido ganar como sea en Santa Fe para poder ir a especular con la diferencia en San Salvador de Jujuy. Pero no pudo ser y ya está. Si algo logró Gugnali como estandarte de esta campaña fue, lejos de un rendimiento futbolístico mecanizado con grandes lujos de toques y goles, su capacidad como conductor de grupo para tener bien el clima interno de sus jugadores, agrandarlos y convencerlos.

Y eso mismo pareció verse anoche. Porque los jugadores de Unión se bañaron corriendo y se cambiaron volando, para enfrentar los micrófonos lo más rápido posible. Allí, cada uno por su lado pero todos juntos coincidieron en el mensaje: "No fuimos menos, nada está definido y quedan 90 minutos en Jujuy".

El rendimiento del equipo de Omar Labruna en el 15 de Abril ratificó la sensación de la última fecha: a Unión le tocó en suerte el mejor de los cuatro rivales que daban vueltas (Jujuy, Olimpo, Colón y Racing). Y los hechos dejaron en claro que el partido fue equilibrado en todo: técnica, táctica y físicamente. El resultado, en líneas generales, no se cuestiona y mucho menos se objeta. El empate se ajustó a lo que hicieron y no hicieron los dos en el campo de juego. Y si las fuerzas se equipararon es por una sencilla razón: a Unión le puede faltar bastante para jugar como se juega en Primera, pero a Jujuy no le falta nada para jugar como se juega en la "B" Nacional.

En definitiva, si uno imaginariamente armara un tabla con 40 equipos, 20 de Primera y 20 de la "B", anoche se vieron las caras el equipo número 18 con el equipo número 23. Porque Jujuy estuvo, estadísticamente, entre los tres peores de Primera y Unión entre los tres mejores del ascenso. Entonces, las fuerzas se equiparan para abajo. Y es por eso que el 1 a 1 de anoche deja la llave abierta, con el mismo paraguas que siempre abre el fútbol desde la óptica de los hinchas: 1) el eternamente pesimista dirá que "estamos muertos, había que ganar acá"; 2) el históricamente optimista, afirmará que "ganando en Jujuy, haciendo un gol primero y defendiendo bien, ascendemos".

En el medio, siempre se para el hincha realista, una especie en extinción para este juego llamado fútbol. Este Unión, el de más bajo perfil y mejor campaña en los cinco años de la "B", nunca terminó de ser en los 38 partidos de la temporada un equipo futbolísticamente completo, como para sentarse en la platea o apoyarse en el paravalanchas a verlo jugar tranquilo. No lo fue con Trullet, menos con Gugnali. íSi hasta clasificó perdiendo en la última fecha gracias a su enorme diferencia de gol y rezando por los otros resultados! Todo lo que consiguió, que no es poco porque nunca en 5 años Unión quedó mano a mano por un ascenso, fue en base a humildad, corazón y ganas. Por ese duele más que se equivoque el "Turco" Assef. Porque si el "Turco" no hubiera estado con los guantes en el arco, seguramente estaba entre los 18.000 restantes que coparon el 15 de Abril en las tribunas. Y porque Vera, Yacob, Mosset, Zapata, Marcos Flores y Pereyra son de acá. Del club, de Santa Fe, de Unión.

Por eso fue emocionante ver a los jugadores llegar en el micro cantando, saltando y saludando a la gente a través de los vidrios de la ventanillas el paso de los hinchas. Algunos jugadores, los de acá fundamentalmente, bajaron con los ojos brillosos, al borde de las lágrimas.

Más allá de la bronca natural de los hinchas por no haber hecho la gran diferencia en Santa Fe, la ovación el final tiene una explicación. Más allá de mostrar confianza porque la llave está abierta para la revancha en Jujuy, el hincha de Unión sabe claramente que este equipo dio todo lo que tenía. Porque a Zárate no lo dejaron tocar una, pero la "Chancha" buscó siempre; porque a Flores lo marcaron bien y no pudo incidir, pero corrió cinco veces más; porque Assef se equivocó, pero hay que acordarse que Unión llegó al partido de anoche en Promoción porque además de tener dos goleadores arriba como Zárate y Pereyra, muchas veces tuvo siete vidas dentro de un mismo partido gracias al "Turco".