Escenarios & Sociedad: SOCI-04
Emociones, reflexiones, sutileza y buen gusto
Una Dama Digna. "Mrs. Palfrey at the Claremont". EE.UU.-Inglaterra, 2005. Dirección: Dan Ireland. Con Joan Plowright, Rupert Friend, Zoe Tapper, Robert Lang y otros. Guión: Ruth Sachs, basado en la novela de Elizabeth Taylor. Fotografía: Claudio Rocha. Música: Stephen Barton. Presentada por Primer Plano. Hablada en inglés. Duración: 108 minutos. Calificación: apta para todo público. Se presenta en el América.

La Sra. Palfrey llega a Londres, después de haber abandonado Escocia quizás para siempre, y parece dispuesta a iniciar una nueva vida, o más bien, una nueva etapa en su vida, distinta, para la cual no se siente preparada, pero que afronta con decisión y coraje.

Es una mujer mayor y distinguida. Se dirige en un taxi muy londinense hacia un hotel, el Claremont, donde ha reservado habitación por un mes. La Sra. Palfrey es viuda, no se sabe desde cuándo, y en sus momentos de soledad e intimidad, habla imaginariamente con Alfred, su difunto esposo, con quien se siente estrechamente unida a pesar de la ausencia.

La película dirigida por el canadiense Dan Ireland se titula en realidad "Mrs. Palfrey at de Claremont" y se basa en una novela de Elizabeth Taylor (que es una escritora inglesa, no la actriz de Hollywood). El relato se concentra en el personaje de esta mujer que en el ocaso de su vida toma una decisión drástica, la que traerá aparejada una secuencia de hechos novedosos e inesperados, capaces de transformar sus días con una renovada vitalidad.

Por lo que se puede ir averiguando a medida que la Sra. Palfrey se va instalando en su nuevo hogar (porque de eso se trata), la dama tiene una hija a quien no ve muy a menudo y un nieto, Desmond, en Londres, a quien le deja un mensaje en el contestador apenas llega. Precisamente eligió esa ciudad por la presencia del joven Desmond, quiere estar cerca de él en esta instancia en la que ha decidido dejar de ser un motivo de preocupación para su hija y al mismo tiempo, hacerse cargo de sí misma sin depender de nadie.

A poco de empezar esta historia, uno se da cuenta en seguida de que el Claremont, un viejo hotel con el glamour añejo de la belle époque ya en decadencia, es una suerte de geriátrico disimulado, ya que todos sus huéspedes son ancianos solitarios como Sara, la protagonista, que van apagándose allí ya sin otras expectativas en la vida.

Es un ambiente melancólico y nostálgico el que se respira. Pero pronto ocurrirá lo inesperado: accidentalmente, Sara conocerá a un joven escritor, Ludovic Meyer, quien se autodefine como un "busca", que se gana la vida cantando con una guitarra en los subterráneos. Este joven entablará una relación con Sara en la que poco a poco irá ocupando el lugar del nieto ausente y ella, para él, será la abuela que nunca tuvo.

Con estos pocos elementos, el relato se va construyendo a partir de los detalles que ponen el acento en pequeños rasgos significativos de cada uno de los personajes, tanto los protagónicos como los secundarios, llenos de sensibilidad y de un humor muy fino, más un especial cuidado en los diálogos, cargados de sencilla y honda humanidad.

El relato pretende ser un llamado de atención acerca de la problemática de la vejez en las grandes urbes, pero también apunta algunas críticas a la desarticulación de la familia, como lugar natural de contención del ser humano, aunque con una mirada esperanzadora, ya que es posible conformar nuevas familias a lo largo de la vida, y para ello solamente hace falta comunicarse, abrirse al otro y compartir buenos y malos momentos.

Un excelente trabajo actoral de ambos protagonistas, Joan Plowright y Rupert Friend, y también, es justo decirlo, de todos los que conforman el coro de personajes secundarios, y ésta es la característica más sobresaliente del film, puesto que se trata de una historia de personajes, un relato de intimidades, no de acción, ni de suspenso, ni de intrigas.

Una delicia, también para la vista, porque la fotografía de Claudio Rocha es impecable.

Laura Osti