Nosotros: NOS-08
DE RAÍCES Y ABUELOS
Un recorrido por la vida de inmigrantes italianos (II)
Familia Bulgarella. En esta segunda entrega finalizamos el relato de la historia familiar que envió a esta sección Juan Bautista Bulgarella. Refiere a los orígenes de las líneas de colectivos G y la empresa El Cóndor. textos de Juan Bautista Bulgarella

(Continuación) "Colegas, amigos y comerciantes del sector identificaban a José Bulgarella y Santiago Scuderi como los gringos y personalmente eran Don José y Don Santiago, quienes gozaban de un buen concepto. Sabían que se trataba de buenas personas, honestos y trabajadores.

Esa referencia les valió para que tres personas de la ciudad de Rafaela los invitaran para fundar la Empresa de Transporte Interurbano de Pasajero El Cóndor Ltda. El 15 de marzo de 1939, se reunieron en Rafaela José Bulgarella, Manuel Guevara, Ignacio Sánchez, Santiago Scuderi y Modesto Viera resolvieron dejar constituida esta empresa, con la finalidad de la explotación del "servicio automotriz de pasajeros', en especial las concesiones 73, 74 y 102 entre Santa Fe y Esperanza, Esperanza y Rafaela, y Moisés Ville y Rafaela respectivamente, según lo dispuesto por la ley provincial Nº 2.499.

En esa reunión se formó el Consejo de Administración, y asignaron los cargos de cada uno: José Bulgarella, presidente; Manuel Guevara, secretario; Modesto Viera, tesorero; Ignacio Sánchez y Santiago Scuderi, revisores de cuentas. Todos los socios se ocupaban de diversas tareas, eran administradores, choferes, guardas, lavadores, engrasadores y hacían el mantenimiento de las unidades. Al incorporarse a Empresa El Cóndor se limitaron a administrar el coche de la línea G, que había quedado a cargo de personal en relación de dependencia.

La Estación Terminal Gral. Belgrano -cuyo concesionario era Antonino Moscato- había sido habilitada por la Municipalidad y estaba ubicada en Mendoza y 27 de Febrero, aunque los servicios de muchas empresas (entre éstas, El Cóndor), seguían utilizando la parada de Plaza España.

A partir de mayo de 1940, a raíz de un decreto de la Municipalidad, se obligó a las empresas de transportes de pasajeros a utilizar las instalaciones de la Estación Terminal Belgrano.

Desde 1940, la Sociedad El Cóndor quedó reducida a tres socios: Bulgarella, Scuderi y Sánchez, ya que de común acuerdo se habían retirado de la sociedad los otros dos.

Pasaron algunos años y la empresa El Cóndor continuó con la explotación de las distintas líneas. A partir de 1945 implementó un nuevo servicio entre Santa Fe, Rafaela y Morteros (Córdoba), pasando por Presidente Roca, Egusquiza, Colonia Aldao, Eusebia, Colonia Bicha (en Santa Fe), Vignaud y San Pedro (en Córdoba), que se hacía con un ómnibus marca Ford modelo 1938, con capacidad para 21 pasajeros.

Un nuevo servicio interurbano fue Santa Fe, Esperanza, Rafaela, Córdoba, pasando por Angélica, San Francisco, la Francia, El Tío, Arroyito, Monte Cristo. Se inauguró el 20 de enero de 1947. Como el tramo de la ruta 34 entre Rafaela y Angélica era de tierra, en los días de lluvia el ómnibus -para poder cumplir con el servicio- era remolcado hasta la ruta 19 por un jeep tipo Canadiense, auxiliar mecánico propiedad de la empresa.

La distribución de El Litoral

En algunos de los horarios que salían de Santa Fe diariamente se transportaban los ejemplares del diario El Litoral que -en paquetes- iban destinados a las agencias distribuidoras de Esperanza, Humboldt, Nuevo Torino y Rafaela. A su vez, los corresponsales del diario enviaban a Santa Fe las noticias de cada lugar, que luego serían publicadas.

Era un servicio sin cargo que se prestaba en atención al Dr. José Antonio Bachini, asesor letrado de Empresa La Unión Línea "G", esposo de Lilia Libertad Caputto, socia del diario, quienes retribuían dejando en boletería cuatro ejemplares del día. Los Diarios El Colono de Esperanza, La Opinión y Castellanos de Rafaela también utilizaban los servicios de El Cóndor para enviar sus ejemplares a localidades de su región.

Con las Distribuidoras Cinematográficas de Santa Fe había un canje de servicios: éstos enviaban en bolsas de lona las latas con los rollos de películas que se pasaban en los cines de las distintas localidades, que eran transportadas en el portaequipaje del ómnibus. El guarda las acomodaba después de subir por la escalera de hierro adosada en su parte trasera. Como contraprestación, los ex cines Apolo, Colón y Avenida -entre otros- pasaban la publicidad de la empresa.

Con Correos y Telégrafos había un convenio para transportar sin cargo alguno las sacas de correspondencia que el personal del organismo entregaba al guarda en plataforma antes de la salida de cada unidad. Por este motivo, las unidades de El Cóndor llevaban dibujado a ambos costados de su frente el Escudo Nacional con la leyenda "Servicio Oficial de Correos".

Otros emprendimientos

Mi padre también fue socio de la Empresa Rincón S.R.L., junto con Anastasio Navarlaz, Roberto de la Torre y José Olivera, que prestaba servicios desde Santa Fe a La Guardia, Colastiné, Rincón, Rincón Potrero, Rincón Norte y Arroyo Leyes. Después incorporaría el servicio entre Santa Fe, Colastiné, Isla Berduc y Paraná.

También Scuderi incursionó en otras empresas como Empresa Ciudad de Esperanza y El Chumbito a Santo Tomé. También fue socio de B.A.N.B.E.S., una fábrica de carrocerías para ómnibus ubicada en San Jerónimo 4847 de nuestra ciudad, cuya denominación respondía a la primera letra de cada uno de los apellidos de los socios: Blasig, Higinio; Aguirre, Vicente; Navarlaz, Francisco; Bachini, José A.; Elorza, Luis y Scuderi, Giácomo.

Entre 1946 y 1947 todas las líneas del servicio urbano de la ciudad fueron intervenidas: se expropiaron las unidades y en el caso de la Empresa La Unión -además- el galpón donde se guardaban las unidades ubicado en Av. Aristóbulo del Valle entre Boneo y Espora. A partir de esa expropiación, los protagonistas de esta historia dedicaron todo su tiempo a la empresa El Cóndor, ya que era el único ingreso con que contaban. Del servicio urbano se hizo cargo la Municipalidad de Santa Fe y los empleados de las empresas agremiados al S.O.T.U.P. (Sindicato de Obreros del Transporte Urbano de Pasajeros) pasaron a ser empleados municipales.

Dos empresas

El 15 de mayo de 1953, los tres socios de El Cóndor de común acuerdo resolvieron el desdoblamiento de la empresa. Bulgarella y Scuderi quedaron como únicos socios de El Cóndor S.R.L., con las concesiones del servicio público de pasajeros entre Santa Fe, Esperanza, Rafaela y Santa Fe, Rafaela y Morteros (Córdoba); como propietarios del inmueble de la Estación Terminal de Ómnibus La Central de Rafaela y con su explotación. El Señor Sánchez -bajo la denominación de Empresa El Cóndor Bis- quedó como único titular de la línea Santa Fe, Rafaela, Córdoba.

En 1957, el servicio urbano se volvió a privatizar y quedaron como propietarios de las distintas líneas la mayoría del personal; partir de ese momento incorporaron nuevas unidades y el servicio se fue normalizando.

Pasaron los años, ambos se acogieron a los beneficios de la jubilación y a partir del 1´ de noviembre de 1965 nombraron dos gerentes que representaban a cada uno de ellos: Juan Bautista Bulgarella, y Zulma María Scuderi. Si bien los protagonistas cumplían el rol de socios no dejaron en ningún momento de aportar toda su experiencia a favor de los recién nombrados.

La empresa continuó prosperando -tras el fallecimiento de los emprendedores- de la mano de los sucesores de José Bulgarella y Santiago Scuderi, incorporando unidades y ampliando los destinos a cubrir en nuestra provincia y otras limítrofes. A fines de la década de 1999, se hace cargo la tercera generación de aquellos pioneros. Esta historia está especialmente dedicada a los dos protagonistas y a sus descendientes presentes y futuros, para que la conozcan y puedan llegar a quererla y respetarla para hacer también suya la ejemplar trayectoria de sus antepasados.

Curiosidades de la época

Para recordar.

La circulación de los colectivos en aquella época era por la mano izquierda, el ascenso y descenso de pasajeros era por las puertas de ese lado, hasta el día 10 de junio de 1945, cuando -por decreto- se estableció para toda la República Argentina que la circulación de los vehículos debía ser por la mano derecha.

En la plataforma trasera del ómnibus iba el guarda, quien daba la orden al conductor, tocaba una campanilla para que el chofer detuviera la marcha, dos para reiniciarla y tres veces en caso de peligro. "Con ellos trabajaron muchas personas que también son parte de esta historia, don Humberto Iacoponi, Roque Beltrame, Ramón Navarro, Machado, Nito Remolo, Herminio Perelda, Casimiro Suero, Parente, Omeglia, Bortoli, Romero, Scalzo, Ortiz y otros que escapan a mi memoria", aclaró Juan Bautista Bulgarella.

En 1941, al populoso barrio Villa María Selva llegó la familia Gesualdo: un matrimonio y sus ocho hijos, que ocupó una vivienda ubicada en Aristóbulo del Valle, a escasos metros de la 22 sin nombre (hoy Lavaise). Dos años después, Don Gesualdo inauguró el Bar La G, un negocio que fue otro referente del barrio, adonde concurrían las familias del sector y de otros barrios cercanos y hasta del centro de la ciudad. También mi padre iba con toda su familia, generalmente en las calurosas noches del verano al regresar a casa luego de una larga jornada; él para degustar del liso bien tirado y el resto se conformaba con un cívico o un pirulo, servidos con muchos platitos de ingredientes entre los que había mojarritas y ranas fritas.