Escenarios & Sociedad: SOCI-05
En un festival español
Ute Lemper cantó con la voz de terciopelo rojo

Quien sugiriese que la música de cabaret había desaparecido no acudió al concierto de la alemana Ute Lemper, en el que sólo faltaron los toques de corrupción y crimen propios de la época dorada de las medias de rejilla y el pelo con hondas.

Lemper ofreció un espectáculo elegante, en el que su voz dominó y su presencia cautivó a un público atónito ante la fuerza que transmitió esta mujer rubia y delgada.

Esta bailarina y cantante afincada en Nueva York rindió, en ese espectáculo, un homenaje a la "chanson francesa" dentro del Festival de La Mar de Músicas de la ciudad española de Cartagena (Murcia), entre ellos a genios galos como Edith Piaf, Jacques Brel o Jacques Prevert.

Del idioma francés, indicó Lemper, que le interesó "su poesía y literatura y su filosofía sobre el mundo". De ahí que comenzase su espectáculo con la canción "La Rue Pigalle", de Edith Piaf y Monnot.

Pero, no sólo en lengua francesa cantó, sino que también deleitó al público con temas en inglés y uno de ellos en árabe y hebreo y otro en alemán, es decir, Lemper (Münster, Alemania, 1963) mostró parte del tan amplio registro que puede alcanzar sobre el escenario.

Influencias

Luciendo un vestido negro de noche de seda y con unos zapatos negros de salón de tacón de aguja, la cantante adquirió un magnetismo sobre el escenario propio de sus adoradas cantantes la francesa Edith Piaf o la alemana Marlene Dietrich.

De esta forma, exhibió sus influencias por los dos lados: el de la "chanson franaise" y el del cabaret germano en un concierto en el que estuvo muy bien arropada por el bajo Don Falzone, el batería Todd Turkisher, el pianista Vana Gierig y el guitarrista Mark Lambert.

Los instrumentistas permiten a Lemper cantar memorablemente desde el clásico "Lola" pasando por otros como "Milord" hasta llegar a "Moritat", en una actuación en la que, gracias a su majestuosa y arrasadora elegancia, secuestró el momento en un clímax en el que sedujo en el juego de complicidades y miradas que estableció Lemper con sus fans.

El sombrero estilo bombín dibujó una línea negra en su blanco rostro, en el que sus labios impregnados del carmín de la pasión sonrieron y cantaron, mientras ella movía dulcemente sus hombros con picardía.

Un bello club con tapicería de terciopelo rojo bermellón emplazado en la garganta de Lemper fue el lugar en el que se acomodó y alcanzó así un amplio registro de tonos para las diversas canciones que interpretó.

Lemper (Münster, Alemania, 1963) -con ideas políticas muy claras- mostró en el concierto su apoyo al candidato demócrata a la presidencia de EE.UU., Barack Obama, y su repulsa ante la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Condoleezza Rice, y la canciller alemana, Angela Merkel.

Belén Palanco-EFE