Dos ejes "mellizos" atravesaron las discursos políticos y las conferencias económicas en la primera jornada del XVI Congreso de Aapresid. El primero es la necesidad estratégica de contar con un plan agroindustrial para los próximos veinte años. El segundo -estrechamente relacionado- es que la crisis alimentaria global representa una enorme oportunidad para un país que produce granos, carne y leche en forma competitiva.
En el acto de apertura, que se realizó en la Bolsa de Comercio de Rosario, el gobernador Hermes Binner insistió en que es clave "levantar la mirada" para generar las políticas de Estado que consoliden un crecimiento económico y social.
"Tenemos que dejar de pensar en las próximas elecciones y pensar en las futuras generaciones", afirmó; y el público lo aplaudió con ganas. Pero Binner también hizo una advertencia: "El desafío es crecer económica y socialmente. Sino la conflictividad social termina frenando ese desarrollo", argumentó.
Unos minutos antes, el intendente de Rosario Miguel Lifschitz había tocado el mismo punto. "No es casual que el país no tenga un plan agropecuario, para eso hay que mirar el largo plazo", interpretó. Lifschitz cree que el conflicto entre el campo y el Gobierno puede convertirse en un punto de inflexión a partir del cual se pueda planificar un país en serio, que permita superar las sucesivas "crisis cíclicas" que caracterizan a la economía argentina.
En una de las conferencias anteriores, el economista Alfonso Prat Gay (ex presidente del Banco Central y candidato a ministro de Economía de Elisa Carrió en el 2007) había dedicado buena parte de su disertación a analizar porque el país no tiene una dirigencia comprometida con el largo plazo.
"Estoy harto del milagro argentino", admitió. Se refería a los vaivenes de un país que pasa en términos económicos "de la depresión a la euforia".
¿Qué se necesita para proyectarse? En primer lugar una macro economía estable y un crecimiento sustentable. Prat Gay hace varios años que señala que la Argentina debe crecer al 5 o 6% -con menos inflación-, "y no al 9% con riesgo de recesión. El Gobierno, obsesionado por el corto plazo, ha querido crecer a cualquier costo", destacó, otra vez.
Al economista el público lo ovacionó cuando mostró una diapositiva sobre la inflación. Prat Gay recordó que las cifras "reales" comenzaron a desbarrancar en los primeros meses del 2007.
Hasta ese momento, los índices de precios al consumidor de las provincias coincidían con los datos que elaboraba el Indec (en la primer diapositiva se ven todos juntos y no se distinguen unos de otros).
Pero en los meses que siguieron, las mediciones en las provincias se elevaron y el "índice Moreno" quedó clavado en los mismos valores, como si nada hubiera pasado. Por eso, en la diapositiva que muestra los datos actuales, la brecha entre los datos del Indec y los de las provincias fueron indisimulables.
"La inflación hoy supera el 30% anual y no son estimaciones de consultores privados, surge de analizar los datos que miden todos los meses nueve provincias argentinas", destacó, el economista.
En la jornada inaugural del congreso hubo otro contraste fuerte. En el acto de apertura también disertó Salvio José Barro de Mendonca, director de Producción y Sustentabilidad del Ministerio de Agricultura y Abastecimiento de Brasil.
El plan carioca asusta. "Lo escuchamos con envidia", reconoció Lifschitz. El funcionario brasileño repasó las metas que estableció Brasil en el marco de su planeamiento estratégico para el sector agroindustrial.
Vale la pena detenerse en dos cuestiones. El gobierno de Lula Da Silva va a invertir 50.000 millones de dólares para que sus productores e industrias sean más competitivos. Y en los próximos años 70 millones de hectáreas "que ahora están degradadas", explicó Barro de Mendonca- van a entrar en producción sustentable (es más del doble del área agrícola que se cultiva en el país).
Por eso, muchos sostienen que la Argentina debe tomar en cuenta a la economía brasileña al momento de proyectar el futuro. "No los tenemos que ver como una competencia, sino como una de las áreas de mayor crecimiento del mundo un mercado enorme- que tenemos a la vuelta de la esquina", opinó Prat Gay.
En la agricultura uno de los ejemplos más obvios es el trigo. Barro de Mendonca adelantó que en diez años Brasil deberá importar más de 8 millones de toneladas de trigo para su mercado interno y la Argentina cuando no se cierran las exportaciones- es su mayor proveedor.
En su discurso, Binner también habló de Brasil. "Tenemos que trabajar juntos para hacer navegables las hidrovías", y cerró su discurso retomando una vez más la prioridad estratégica de consensuar un plan común para el sector. "Por esta razón insistimos tanto para que se convoque al Consejo Federal Agropecuario ampliado", concluyó.
El presidente de Aapresid Gastón Fernández Palma y el presidente de Aacrea Gustavo Alvarado entregaron una distinción a los miembros de la comisión de enlace.
El objetivo fue reconocer la cohesión de los representantes del campo en los largos meses de conflictos y tensiones con el Gobierno Nacional. "Son un enorme ejemplo de unidad e inteligencia", resaltó Alvarado. "El 11 de marzo los productores estábamos como lechones perdidos", graficó Fernández Palma, para luego destacar que las entidades fueron el marco institucional a partir del cual logró encauzarse la protesta, junto a la masiva movilización de los chacareros y los sectores urbanos.
Luciano Miguens (SRA) y Carlos Garetto (Coninagro) estuvieron presentes para recibir el reconocimiento (se les entregó un cuadro). También participaron representantes de Federación Agraria y Confederaciones Rurales Argentinas. En la ceremonia también fueron distinguidos por su rol en el conflicto agrario Fernando Fisher, intendente de Armstrong, y el secretario general de la Uatre Gerónimo Venegas.
En diálogo con Campolitoral, Gastón Fernández Plama, presidente de Aapresid, destacó la importancia del largo plazo como requisito para ir encontrando soluciones a los problemas de fondo.
Gastón Neffen /Federico Aguer (Enviados especiales)