Mariana Rivera
Una nueva comisión directiva del Colegio de Obstetras de la provincia, primera circunscripción, en abril pasado tomó a su cargo la conducción de esta institución que vela por los derechos de sus cerca de 90 colegiadas.
Está integrada por jóvenes profesionales que pretenden luchar por objetivos claros: reivindicar su rol dentro del equipo de salud y defender los cargos correspondientes, tanto a nivel público como privado, además de recordar a la comunidad cuáles son las actividades para las cuales están capacitadas.
Las licenciadas en Obstetricia Vanina Gómez, Romina Montañana e Ivana Serra están al frente del colegio como presidenta, vicepresidenta y tesorera, comisión que también integra su colega Valeria Ceballos, secretaria.
Según contaron a El Litoral, "somos jóvenes profesionales que pretendemos poner en marcha el colegio y ser reconocidas socialmente. El objetivo del colegio es velar por sus matriculados y regular su desempeño profesional, pero la parte gremial no la tenemos a cargo. Incorporamos un abogado que nos asesora en el desempeño de nuestras actividades, que está a disposición de las matriculadas".
También aclararon que "somos jóvenes, recién empezamos al frente de esta institución, y estamos aprendiendo con el asesoramiento de nuestro abogado. No es que antes el colegio funcionara mal sino que se estaban dejando de lado algunas cuestiones, que las matriculadas estaban solicitando, como pelear para que un cargo de una partera no se pierda porque es cubierto por un médico, algo que actualmente es muy común".
En este sentido, aseguraron que "la profesión había quedado algo olvidada pero en realidad tenemos mucha participación antes, durante y luego del parto. En la parte pública siempre hubo profesionales pero en la parte privada no durante mucho tiempo, ahora hay más. Incluso, muchas mujeres desconocen cuál es nuestra tarea y les asombra que seamos jóvenes".
Según advirtieron, hasta hace dos o tres años sólo había 1 ó 2 parteras en un solo sanatorio de nuestra ciudad, mientras que actualmente sólo un sanatorio no cuenta con estas profesionales de la salud. En el sector público, las maternidades del Iturraspe y el Cullen tienen estas obstetras titulares pero sólo en el primero también están las concurrentes (hacen guardias de 24 horas ad honorem), asistentes (guardias de 15 horas) y las pasantes (cinco chicas por año que cursan el último año de la carrera y hacen allí sus prácticas).
Las profesionales dijeron estar convencidas de que "de a poco nos van aceptando y son los mismos médicos los que están viendo la diferencia entre una paciente que hizo su curso de preparación preparto y la que no lo hizo".
En este punto, aclararon que "el acompañamiento surge desde el mismo curso preparto y las mamás ya nos conocen, nos tienen confianza, y así llegan seguras al trabajo de parto. Incluso nos llaman después para que les enseñemos a prender a sus bebés a la teta y hasta nos buscan con los sucesivos embarazos".
Cabe mencionar que otras obstetras también hacen consultorio, controlando los embarazos de bajo riesgo, la preparación preconcepcional y el control puerperal. También tienen a su cargo el asesoramiento sobre métodos anticonceptivos para la planificación familiar. En centros de salud también hacemos Papanicolaous. Al respecto, remarcaron que "si es un embarazo normal lo controlamos nosotras y en el hospital también hacemos partos normales. Si vemos que se está complicando algo, para eso fuimos preparadas, derivamos las pacientes a los médicos".
Por último, dijeron satisfechas que "te toman un cariño muy especial y quieren que uno esté en el momento del parto. Más allá de que puede estar acompañada por su familiar en la parte privada (esto cambia cuando se trata de las maternidades de los hospitales), la embarazada cuenta con el apoyo de nosotras. Hay personas (no son profesionales médicos) que están desaconsejando nuestro acompañamiento en estos momentos pero las mujeres tienen que saber que las vamos a acompañar e ir a ver cada vez que ellas lo necesiten".
Y remarcaron: "Nuestra función es hablarlas, tranquilizarlas, acompañarlas pero fundamentalmente controlar el trabajo de parto, si ella y el bebé están bien, hasta que se produzca el nacimiento, que es cuando llega el médico. También le damos contención a la familia en el momento del parto, mediando entre la embarazada y sus familiares, para que esté tranquila y llegue al parto lo mejor posible".
Cursos preparto
Los miércoles, a las 15, se dicta de manera gratuita un curso de preparación para el parto. Los sanatorios con maternidad también lo ofrecen y las interesadas podrán pedir información sobre esta capacitación en el Colegio de Obstetras, Moreno 3039, de nuestra ciudad, teléfono 459-9584.
Las obstetras plantearon que están realizando un reclamo a nivel nacional en relación a las incumbencias de su profesión. "Como realizamos el control del embarazo normal estamos solicitando poder recetar la medicación que tienen que tomar todas las embarazadas, como hierro o ácido fólico, que es específica. Como no tenemos una ley que nos ampare para esto el reclamo lo está propiciando el Colegio de Obstetras de la provincia de Buenos Aires, pero está siendo analizado por el Senado Nacional".
En tanto, advirtieron que "actualmente, nuestra profesión está siendo invadida en la parte pública por médicos generalistas o médicos, mientras que en la parte privada están dando cursos de preparación para el parto otros profesionales, como psicólogos, kinesiólogos, profesores de educación física. Pueden tener el aval científico necesario pero necesitarían incorporar una obstetra porque estamos capacitadas para enseñar aquellos síntomas y signos de alarma que tienen que tener en cuenta las embarazadas. También estamos capacitadas para enseñar la gimnasia adecuada para realizar durante el embarazo y al momento del trabajo de parto".