"Soy una mujer intuitiva. Miro detenidamente el movimiento de las manos, su expresión, y a partir de allí la pieza que crean. La particularidad más grande que tiene un artesano es la de plasmar, en síntesis, una expresión cultural, una expresión de sentimiento muy profunda". Las palabras de Lucy Vivas confieren sentido a Aguadas, el espacio que hace siete años creó en nuestra ciudad para proponer en sus vitrinas, creaciones artesanales de todo el territorio argentino.
Su esencia lleva consigo el bagaje de dos generaciones de artesanos que plasmaron de diversos modos el espíritu criollo de estas llanuras. Los dibujos en carbonilla que su padre hacía de caballos en movimiento y las obras de su hermano, Ovidio Vivas, que plasmaba figuras de mujeres y hombres de campo en quebracho, se tradujeron en la mirada sensible de Lucy, quien reconoce en cada objeto el movimiento de las manos que le dieron vida y el espíritu que lleva impreso.
"Los extranjeros ven en las artesanías argentinas algo maravilloso, pero nosotros recién estamos despertando a la belleza de aquello que nuestros artesanos crean en productos textiles, en objetos de alpaca, de lana, cuero y platería criolla; en una afirmación del verdadero sentido de lo criollo", opinó Lucy.
Según su fundadora, el término "aguadas" proviene de la Cultura Aguada, un pueblo matriarcal que antaño habitó el noroeste argentino y que trabajó con exquisita calidad los metales y la cerámica. "Sus mujeres eran plenamente creativas, ya que mientras los hombres se ocupaban del trabajo del campo ellas creaban diseños para sus hijos: vasijas y jarrones -contó Lucy-. De allí que su símbolo son las alas, a las que agregué la s para unir a la acepción de campo que refiere a los espejos de agua de surgente natural donde beben los animales. A partir de allí, Aguadas es una selección de manos, de artesanos, de creaciones y alas".
Como una especie de marco que propone un paseo entre galerías, cada objeto ofrece su historia, su significado y belleza. "Los artesanos criollos tienen la particularidad de utilizar lo que encuentran en la tierra y plasmarlos en sus piezas. Así, encontramos huevos de avestruz transformados en bellísimos candelabros con plata que son piezas únicas, o cuernos retorcidos de cabras también transformados en candelabros; piezas importantísimas de alpaca con asas de cuerno, sea de jabalí u otros animales. Algo característico en Aguadas son las reproducciones de joyas de mujeres aborígenes, de alta montaña del norte de Salta, de quienes pude rescatar una colección de collares y pulseras con particularidades estupendas, para que nosotras -también argentinas- podamos llevar al pecho un símbolo de nuestra tierra".
De este modo, a partir de muebles campestres, elementos de decoración en cuero, hueso, madera, plata y alpaca -entre muchos otros materiales-, Lucy propone no sólo disfrutar de su belleza y utilidad, sino valorar "el sentido, el sentimiento impreso en cada uno de estos objetos, de estas joyas criollas que son regalos exclusivos, objetos únicos para elegir y regalar".