Opinión: OPIN-05
Llegan Cartas
A la Escuela Industrial Superior

Señores directores: Cuando nos inscribimos en la EIS emprendimos un viaje y su primer escollo fue el examen de ingreso y ahí comenzó en términos mitológicos -el viaje del héroe que siempre comienza con un llamado interior, sintiendo que es arrojado fuera de su centro, que ha perdido algo y sale a buscarlo. Es una aventura peligrosa, pero necesaria y anhelada, creciente en ansiedades, un sueño, una experiencia memorable, trascendente y como dijera Schopenhauer: "El universo es un sueño soñado por un solo soñador, donde todos los personajes también sueñan".

Así fuimos descubriendo, en un viaje sobre aguas no profundas, en un verdadero sentido simbólico, tal como dice Joyce en Ulises: "Si puedes pasar los cinco dedos por ella, es una verja, no una puerta", denotando claramente que la función de la Escuela tenía como visión abrir las cosas consumibles del mundo tangible y visible, de modo que la irradiación que estaba dentro de cada una de nosotros brille a través de ellas, aprendiendo a ver dos naturalezas: la naturaleza del mundo exterior y la naturaleza del mundo interior.

Estas sensaciones y sentimientos están presentes hoy, cuarenta años después, y volviendo a la metáfora del símbolo, nuestra EIS, este símbolo se pone en su lugar como algo que nos guía a la realización de lo que es su mensaje, sorteando las dificultades que uno encuentra, las que pueden ser consideradas como dotadas de la posibilidad de transformación en verjas que se abren antes que puertas cerradas.

Hoy podemos decir -ya maduros- que el objetivo del viaje se está cumpliendo, y es que cada uno a su manera pueda descubrirse como seres conscientes y encontrarnos a cada paso en la vida a nosotros mismos, pudiéndose ver nítidamente la riqueza y los matices de la experiencia, convencidos de que existe un plano de conciencia que compartimos todos y que el cerebro es una máquina limitadora que recorta ese plano; que existe la posibilidad de salir de esos límites y participar en aquel plano de conciencia, saber que uno hará algo importante en ese lugar y que será un mojón en nuestras vidas y que tendrá una profunda importancia en ella...

Llegamos entonces a la experiencia final de descubrir y hacer propio aquello que faltaba en el sitio de donde partimos y ésa es la consumación de la aventura completa, en el momento de volver al inicio, y uno sabe certeramente quién es y qué es, la culminación del viaje y el resultado final es la libertad de atravesar en uno y otro sentido, la división del mundo, o lo que dicho en otras palabras sería: "Tú eres lo que es el profundo deseo que te impulsa, tal como es tu deseo es tu voluntad, tal como es tu voluntad son tus actos y tal como son tus actos es tu destino".

Por todo esto, con mucho orgullo, decimos: íGracias Escuela Industrial Superior! Gracias por guiarnos en nuestro desafiante viaje e imbuirnos de un vínculo académico, moral y estético en nuestras vidas. Gracias por todo y a todos.

Américo O. Vulpetti.Promoción 1968.