Salud: SALUD-02
Embarazo adolescente: la ayuda de la familia es fundamental
Una investigación hecha en La Plata muestra que las mujeres de la familia son el apoyo más importante para las mamás adolescentes.

En Argentina, una de cada seis embarazadas es menor de 19 años. Esto preocupa a los médicos porque las jóvenes no han llegado aún a su completo desarrollo corporal y hay más posibilidades de que surjan problemas de salud en la madre o el bebé, particularmente nacimientos prematuros y con bajo peso.

Con el fin de evitar complicaciones se enfatiza que busquen atención médica desde el comienzo de la gestación y que se realicen al menos cinco controles durante el embarazo. Para ayudarlas se busca información sobre las circunstancias que facilitan u obstaculizan su acceso al sistema de salud.

La licenciada en Antropología Lorena Pasarin, becaria del Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas (Idip) del Hospital de Niños de La Plata, señala que se han hecho estudios estadísticos en el país sobre cómo afectan los factores socioeconómicos, geográficos, de educación, entre otros, en la concurrencia de las adolescentes a los centros de asistencia. Sin embargo, destaca que hay poca información sobre cómo influyen las personas de su entorno cercano para que se efectúen o no controles médicos.

Pasarin investigó el tema y encontró que las mamás adolescentes buscan soporte emocional en sus familiares, especialmente en sus madres, abuelas o suegras. Una mamá de 18 años relató: "Cuando estaba embarazada le preguntaba a gente que estuvo en la misma situación, por ejemplo cómo le fue a mi mamá en el embarazo, cómo hizo las cosas, veíamos ecografías mías o de mi hermano".

La antropóloga explica que "aunque en nuestra sociedad lo habitual es que los adolescentes estrechen las relaciones con otros jóvenes y se alejen de los padres, al quedar embarazadas las mamás entrevistadas tuvieron una relación más distante con sus amigos. En cambio, se acercaron a las mujeres mayores de la familia que habían tenido hijos. Buscaron en ellas ayuda e información sobre qué hacer en esta nueva experiencia".

Cuidados prenatales

La investigación se realizó en el Idip, con financiamiento de una beca del Ministerio de Salud de la Nación. Pasarin entrevistó a mamás primerizas, de entre 15 y 19 años, que llevaban a sus bebés al Hospital de Niños para realizarles controles médicos. Pertenecían a hogares de recursos económicos medios o bajos, de barrios periféricos de La Plata y sus alrededores.

Durante el embarazo, las jóvenes vivieron con sus familias o con la de su pareja, y concurrieron a hospitales públicos o a clínicas de obras sociales de familiares. Algunas investigaciones hechas en otros países encontraron que las mujeres con entornos sociales fuertes, formados principalmente por familiares, realizan menos cuidados prenatales en el sistema sanitario. Ellas recurrirían más a remedios caseros o a prácticas alternativas.

Sin embargo, las mamás adolescentes de La Plata relataron que los integrantes de su entorno estimularon la asistencia a centros médicos, por medio de consejos, dinero o acompañamiento. Asimismo, les recomendaron consumir o evitar determinados alimentos, no realizar esfuerzos excesivos y caminar, coincidiendo con indicaciones médicas. Pero también algunas jóvenes recibieron de la familia "consejos populares", tales como no andar en bicicleta o no tejer porque "se podría enredar el cordón en la cabeza del bebé".

Cuando tenían malestares leves, las embarazadas recibían tratamientos caseros, como beber té negro para las náuseas, leche fría si tenían acidez o té con limón para el resfrío. No obstante, si la familia percibía que el problema era más complejo, aconsejaba consultar a un médico.

Acceso a la salud

Algunas jóvenes del estudio refirieron que tuvieron dificultades para obtener turnos de atención o para realizarse ecografías y otros estudios, dentro de los tiempos recomendados. A ello se sumaban las largas esperas para ser atendidas, que a veces resultaban penosas.

Por otra parte, las mamás que concurrieron a centros de salud con buena organización para otorgar los turnos y para que se cumplieran los horarios de atención destacaron que ello les facilitaba mucho el cumplimiento de los controles prenatales.

Las embarazadas también encontraron una ayuda en las charlas explicativas dadas por los profesionales, donde tenían contacto con otras adolescentes y se planteaban inquietudes comunes. Las entrevistadas cumplieron entre cinco (el mínimo indicado por el Ministerio de Salud) y nueve controles previos al parto.

Entre los resultados del estudio se destaca la importancia de organizar la atención a las embarazadas en los centros de salud para facilitar la realización los controles prenatales. Por otra parte, dado el importante papel que juegan los familiares en el cumplimiento de esos controles y en la orientación de las jóvenes, Pasarin considera que convendría incluirlos también a ellos en las campañas para mejorar el cuidado de la salud de las adolescentes y sus hijos.

Por Irene A. Maier (Divulgación científica, Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires, CIC)