Despertar, el canto de un pájaro,/ espatulada tela del agricultor/ surge en ardiente rubor/ la tierra salpicada de frutillas. Fresa dulce, carmesí / que compensa su trabajo, imaginado rubí.../ desafiando el oro del sol.
Es una de las manifestaciones populares más antiguas del país en su tipo. Nació en 1946 por iniciativa de la entonces Sociedad Cooperativa de Agricultores y el esfuerzo de algunos vecinos que deseaban mostrar al país el fruto de su dedicación al trabajo. Y también como una forma placentera de festejar la bonanza de la tierra. La primera comisión organizadora estuvo presidida por don Juan Volkart, José García como secretario y Pedro Marchesi como tesorero. Eso fue hace 62 años. Hoy, con algunas interrupciones -por distintas razones- llega a la edición número 50.
El primer escenario fue levantado en un palco ubicado en el atrio de la ex Escuela Normal N§ 1, hoy escuela media 201. Allí desfilaron las candidatas, que en aquella instancia eran todas de Coronda.
Desde 1957, después de un paréntesis en su organización, la fiesta estuvo preparada por un entusiasta grupo de jóvenes corondinos, entre los que se contaba Eduardo Alfonso Acosta. Durante muchos años este poeta, lírico inspirador de tantos acontecimientos culturales de la ciudad, fue baluarte de apoyo para la fiesta.
Desde ese año, comenzó a concretarse en la Avenida Costanera, donde hoy se eleva el gran estrado de espaldas al río. Hoy este escenario lleva el nombre de Eduardo Alfonso Acosta por ordenanza municipal, en recuerdo de quien fuera su principal hacedor durante largo tiempo.
Desde 1958 y por decreto N§ 007182 del Poder Ejecutivo Nacional se instituyó "La Fiesta Nacional de la Frutilla" en Coronda, provincia de Santa Fe. El citado decreto está firmado por el entonces Presidente Dr. Arturo Frondizi.
Aunque hasta principios del siglo pasado esta ciudad fue conocida por sus naranjales, hoy Coronda y "frutilla" son términos inseparables. Donde quiera estuviere un corondino, inevitablemente surge el comentario: la ciudad de las frutillas.
Sabemos que no sólo aquí se cultiva frutilla. Actualmente en diferentes puntos del país, sobre todo a lo largo del litoral argentino, se ha intensificado el cultivo de esa belleza rojiza y agridulce.
Aunque se ha perdido esa famosa variedad "corondina" que era tan dulce y tan roja como nos recuerda la memoria -más dulce y más roja a medida que pasan los años- Coronda es, por tradición, el lugar donde se inició primitivamente su siembra.
Según nuestra reconocida investigadora histórica, la Profesora Alcira Marioni Berra, la plantación de la frutilla la inició don Lamberto Lafuente en 1919. De los frondosos y perfumados naranjos que adornaron los patios y las quintas corondinas hasta principios del siglo XX, pasamos a los diminutos y sonrojados frutillares de hoy.
Así, pues, según lo fundamenta la historia, en Coronda, la frutilla se convirtió en cultivo intensivo, en producción característica de la zona, en nuestro distintivo. Casi, casi en nuestro símbolo.
Desde principios del siglo XX, cuando se aquietaron la fábrica de productos químicos "La Unica" y los dos importantísimos Molinos Harineros, Coronda había soñado con la apertura de nuevos establecimientos industriales que elaborarían la materia prima local, y absorberían con carácter permanente un buen número de empleados, impulsando de este modo la economía del medio con proyección al mercado nacional.
Todo intento de cualquier índole, fue considerado valioso y significó en su momento una gran esperanza, pero la más duradera realidad vino de la mano del preciado fruto que ya había elevado el prestigio productivo de la zona a una indiscutible categoría.
Fue pionero en este avance don Agustín Cisneros. En efecto, en 1936 Cisneros, Carignani y Cia., habían fundado en la Cumbre (Córdoba) "La Estancia El Rosario" elaboradora de dulces y confituras varias. En ese lugar se inició en 1944 el primer proceso de industrialización de nuestra frutilla. En Coronda, en la antigua ex casa comercial ubicada en Rivadavia y 9 de Julio, se limpiaba, despalillaba y una vez azucarada convenientemente, se remitía a la citada ciudad cordobesa, hasta que en 1946 la firma se instaló aquí, produciendo y comercializando dulce y pulpa en variados tipos de envases. En 1951 inauguró una planta dotada de significativos adelantos técnicos (hoy en calle España y Cnel. Rodriguez). Disuelta la sociedad, el señor Agustín Cisneros, el 8 de mayo de l957, dio impuso al Establecimiento del Dulce Regional S.A.I.C., volviendo al sitio de sus primeras actividades en nuestro pueblo.
Otros empresarios también se sintieron atraídos por las ventajas que podía reportar la elaboración de frutilla. En 1947 se instaló en calle Rivadavia, próxima a San Jerónimo, la Fábrica de Conservas C. Dattilo S.A.I. y C. atendida por el señor Ataliva Olivares. Funcionó hasta 1979, como sucursal de la casa central de San Martín (Mendoza).
En 1958, la Cooperativa de Agricultores (fundada en 1944) comenzó a industrializar los productos de su acopio y en el mismo año abrió una nueva fábrica de dulces, la del señor Angel Fogliatti.
Para celebrar las Bodas de Oro de la Fiesta Nacional de la Frutilla, la ciudad de Coronda tiene preparado un intenso programa de actividades: