SOCIEDAD

La fama al servicio de otros

La fama al servicio de otros

Exitosos deportistas aprovechan su nombre y popularidad para obras solidarias. Ginóbili, Pichot, Sorín y Zanetti son ejemplos de aquellos que suman allí donde la realidad resta.TEXTOS. SOL LAURÍA. FOTOS. EL LITORAL

El éxito es fruto de una oportunidad. Esta es la idea que subyace en grandes deportistas argentinos que abrazaron la gloria tras esfuerzos y sacrificios, pero ante todo valoran esa puerta que se les abrió, una familia que los apoyó, un maestro que les enseñó. Emanuel Ginóbili, Agustín Pichot, Juan Pablo Sorín y Javier Zanetti son algunos de ellos. Su manera de agradecerle a la vida esa chance es dándosela a otros, a quienes se les cierran los caminos.

Ginóbili con una Fundación en Bahía Blanca. Pichot con otra que lleva el nombre de su padre y ayuda a la comunidad toba. Sorín con un libro que posibilitó obras en dos escuelas de Santiago del Estero. Zanetti con la organización que lleva su sobrenombre como propio, Pupi, y busca la integración de 150 pibes en Lanús. En todos los casos, los más chicos tienen prioridad. En todos los casos, la idea de oportunidad de acceso es la que manda.

Un puma con equipo

“Imagine que alguien se está ahogando y que usted tiene la capacidad de salvarlo. Imagine que antes de hacerlo destinara tiempo para averiguar cómo cayó, juzgara si fue prudente o no, le cuestionara a la víctima no haber aprendido a nadar y le pidiera que no tosa para que se entienda lo que está diciendo. La respuesta es más simple y contundente: porque hay quienes necesitan ayuda y nosotros podemos brindarla”, explica Pichot en su propia página web.

A paso lento pero seguro, la Fundación “Enrique Alberto Pichot” trabaja para los chicos con pocas opciones, especialmente en comunidades indígenas. Empezaron hace tres años y, después de haber conseguido donaciones, atención médica y ayuda escolar para los niños tobas, sueñan con crear una escuela en Derqui.

“Un día Agustín visitó la comunidad y quedó conmocionado, entonces se propuso hacer algo para que todos tengan las mismas chances”, explicó Enrique, el hermano del puma que también trabaja en la fundación. En realidad, casi toda la familia de Agustín se enganchó en la iniciativa y, como él, todos tratan de quitarle trascendencia a la acción que ven como un intento ínfimo, chiquito, de ayudar.

“Aunque las diferencias existen, en la vida, como en los equipos de rugby, no hay altos, gordos, flacos, lindos, feos... Todos hacen falta. Y todos se merecen tener las mismas oportunidades”, reflexionó Enrique, quien no quiere hacer alardes de algo que piensa como natural. “Ahora -agregó- el tío Pelusa es el que más trabaja en la fundación”. Recorre clubes de rugby con un libro que editó el hasta ahora capitán del seleccionado argentino de rugby, y se lo deja a los chicos a cambio de lápices y cuadernos que se reparten entre las escuelas que lo necesitan.

Pupi no para

Javier Zanetti y su mujer, Paula, se propusieron hace cinco años crear un espacio donde los niños socialmente más desfavorecidos y aquellos con capacidades diferentes, reciban en su primera infancia la atención y formación que su edad requiere. Y lo consiguieron. Hoy la Fundación Pupi asiste a 150 pibes y alcanzó el objetivo principal: “que la mayoría de estos niños no abandone la escuela ni repita de grado”.

La meta era que los pibes del barrio de Remedios Escalada, en el partido de Lanús, entren a la escuela “con las mismas posibilidades que los otros, los que tienen una familia mejor conformada y no tienen que changuear o cuidar a sus hermanos cuando sus papás trabajan”. Por eso, los chicos ingresan a los cinco años al espacio que creó Zanetti.

Fernando Besasso, coordinador de la fundación, contó que de todos ellos “100 ya están en algún ciclo, 70 ya pasaron de grado y sólo 2 repitieron”. Y esto los pone felices. Es que cuando empezaron, los números de la deserción y la repetición escolar “eran mucho mayores”.

Esto lo lograron con un “modelo de intervención integral”, que no abarca únicamente la cuestión alimentaria, sino también “la educativa, la salud y la inserción en general, con acciones que incentivan la curiosidad, generan interés y provocan apertura”, enumeró Besasso.

Actualmente, en la fundación trabajan 50 personas, entre voluntarios y rentados, pero la figura de Javier “es vital”. Fernando lo explica: “nos abre un montón de puertas, nos aporta los recursos necesarios para brindar un servicio de excelencia y es un gran estímulo para los chicos, a los que visita cada vez que viaja a la Argentina”.

De parte de Ginóbili

El campeón de la NBA se sumó a la movida solidaria con una institución que apunta a “consolidar para los chicos, una base en salud y educación, y brindarles así la formación necesaria para que luego puedan completar una inserción laboral”. Manu también quiere que los pibes cuenten con “posibilidades similares a las del resto de la sociedad”.

¿Cómo lo hacen? Apoyan al Patronato de la Infancia de Bahía Blanca y al Hogar Mamá Margarita. También realizan donaciones -le acaban de entregar un horno al Centro de Actividades Alternativas para Discapacitados de Río Grande- y, gracias al apoyo de una multinacional de zapatillas, cedieron calzados y botines para los 35 niños de bajos recursos que asisten a la escuela Ingeniero Arturo Pagliari de la provincia de Córdoba.

Un libro, dos escuelas

Dos escuelas de Santiago del Estero pudieron terminar las obras que necesitaban gracias al proyecto encarado hace varios años por Juan Pablo Sorín, quien a través de la fundación Mundo Sano, editó el libro “Grandes chicos”. Pero no lo hizo solo: encabezó la convocatoria de muchos famosos que tendieron su mano solidaria para colaborar con una foto, un cuento, un escrito o una anécdota.

Horacio Altuna, Albelardo Castillo, Pablo De Santis, Alejandro Dolina, Inés Estévez, José Pablo Feinmann, Roberto Fontanarrosa, Horacio Fontova, Juan Forn, Eduardo Galeano, Griselda Gambaro, Juan Gelman, Liliana Heder, Sylvia Iparraguirre, Fito Páez, Liliana Porter, Miguel Rep, Guillermo Saccomanno, Juan Sasturain, el mismo Juan Pablo Sorín y Luis Alberto Spinetta, eternizaron sus experiencias juveniles en este proyecto.

Marcelo Abril, de Mundo Sano, destacó “el mérito del ex capitán de la selección nacional de fútbol, que logró convocar a tan destacados artistas para concretar una relevante obra literaria, entregando su tiempo y trabajo, y escribiendo él mismo una de sus piezas”.

 

ENTRELÍNEAS

“Javier (Zanetti) nos abre un montón de puertas, nos aporta los recursos necesarios para brindar un servicio de excelencia y es un gran estímulo para los chicos, a los que visita cada vez que viaja a la Argentina”.

Fernando Besasso, coordinador de la Fundación Pupi

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“La fundación de Manu Ginóbili se prepone consolidar, para los chicos, una base en salud y educación, y brindarles así la formación necesaria para que luego puedan completar una inserción laboral”.

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Manu Ginóbili ayuda con una Fundación, Sorín a escuelas de Santiago del Estero, y Pichot a la comunidad toba. En la web: www.fundacion.manuginobili.com; www.boutiquedellibro.com.ar; www.fundacionpichot.com.ar; www.fundacionpupi.org.