Coyuntura

Crisis de confianza empresaria

Los anuncios oficiales de la semana pasada no lograron levantar el ánimo del sector manufacturero. En tanto, las estadísticas muestran que las Pymes están pasando por su peor momento de los últimos 2 años.

Félix Canale

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Luego de las medidas anunciadas por Cristina Fernández en la Conferencia de la UIA, son más las dudas que las certezas. La creación de un Ministerio de la Producción, a cargo de Débora Giorgi, fue tibiamente recibida. Giorgi es una funcionaria que goza del beneplácito de toda la cadena productiva del país, desde el sector primario hasta la industria. Pero eso no basta y son muchos quienes recuerdan el fugaz y accidentado paso de Martín Lousteau por el Ministerio de Economía.

El sector industrial se pregunta hasta dónde Giorgi tendrá autonomía como para impulsar una nueva ley de riesgos del trabajo, un régimen especial de contribuciones patronales para Pymes, frenar la competencia desleal de las importaciones, crear un mecanismo que premie la reinversión de utilidades, incrementar el reintegro a las exportaciones con valor agregado y proveer medidas para mantener un dólar alto reviendo, por ejemplo, los aranceles por derechos de exportación.

Nadie lo dice en voz alta, pero la sensación es que las medidas anunciadas tienen un retraso de por lo menos un año. El caso testigo es la propuesta de reducir los aportes patronales, 50 % el primer año y 25 % el segundo, por cada nuevo puesto de trabajo formal que se cree, en un momento en que las empresas hacen equilibrio para no despedir empleados. Habría sido muy útil a principios de 2008, no hoy, cuando el dilema es cómo conservar los puestos ya existentes.

La confianza

No hubo ningún dirigente gremial empresario, ni en Santa Fe ni en el país, que mostrara algún alborozo por el paquete anunciado y la reacción, en todos los casos, fue de extrema cautela. La actitud se corresponde con un convencimiento creciente: por razones políticas, se trata de atribuir a factores externos la realidad de una crisis interna (consecuencia de una falta de política industrial), que se viene incubando desde hace 12 meses.

Para entender esto, resulta útil revisar la medición del Índice de Confianza Empresaria, surgido de la tercera Encuesta Coyuntural a Pymes industriales de 2008, publicado en noviembre por la Fundación Observatorio Pyme de la UIA.

Según el documento, el nivel de confianza alcanzó su valor más bajo desde 2003, cuando se inició la medición. El índice midió 27 puntos, 9 por debajo de la medición anterior. Este retroceso en la confianza significa, a su vez, una baja de 26 % en términos trimestrales y de 44 % con respecto al mes de noviembre de 2007. De esta manera, el índice se sitúa 22 puntos por debajo del promedio de toda la serie.

El índice mide las condiciones del momento (cómo perciben los empresarios la coyuntura actual en comparación con el año anterior), las expectativas futuras (cómo estiman que será la situación dentro de un año, en comparación con la coyuntura actual), y el momento para invertir (la percepción sobre la coyuntura para realizar inversiones de mediano plazo.)

Más del 60 % de los empresarios Pymes encuestados en una muestra que abarca 430 firmas industriales pequeñas y medianas, excluidas las micro, considera que la situación actual de su empresa es peor a la de un año atrás. En noviembre de 2007 esto era así para el 23 % de los industriales. En paralelo, existe una disminución en la cantidad de empresarios que evalúa que la situación actual es mejor (19 %) o igual (19 %), con respecto a un año atrás.

Los números

Lo anterior es una “percepción” de los empresarios y existen argumentaciones, propaladas desde usinas oficiales, según las cuales esto es lo mismo que hablar de “sensación térmica.” No es así. Las series estadísticas muestran un deterioro del entramado manufacturero, que se inició antes de que estallase la crisis mundial.

El incremento en el costo de las materias primas, el aumento de salarios y la consecuente disminución de la rentabilidad siguen encabezando el ranking de preocupaciones. Pero desde mediados de año se sumaron nuevas piedras en el camino.

Una de ellas es la caída de las ventas. El 70 % de los empresarios encuestados lo señaló como un problema, cuando un año antes el porcentaje era de 30 %. La retracción del mercado tiene también otro indicador: en octubre de 2007, un tercio de los encuestados dijo tener problemas para satisfacer la creciente demanda; en noviembre de 2008, sólo 12 % mencionó el tema.

En noviembre, el 65 % de las firmas evaluó como débil su cartera de pedidos, lo que representa 15 puntos porcentuales más que el trimestre anterior. Se advierte, asimismo, que un año atrás esto ocurría en apenas el 16 % de las empresas

El retraso en los pagos de los clientes se ha convertido en una preocupación en alza. A fines de 2007, lo era para el 52 % de los encuestados; en noviembre de 2008, el porcentaje llegó a 73 por ciento.

También entra en juego la competencia de los productos extranjeros. A noviembre de este año, el 33 % de las empresas encuestadas dijo haber perdido participación de mercado por causa de las importaciones. Hace un año, sólo 16 % de las firmas enfrontaban esa situación. Por último, la preocupación de los empresarios por la pérdida en los márgenes de rentabilidad se acrecienta. El 64 % de los encuestados expresó que la rentabilidad de su firma, dentro de un año, será peor que la actual, cuando en noviembre de 2007 este porcentaje no alcanzaba el 30 %. A su vez, debe resaltarse que el 15 % de los industriales prevé una rentabilidad sustancialmente peor a la actual dentro de un año. Si bien las expectativas de rentabilidad venían moderándose trimestre a trimestre, la fracción de empresarios con estas expectativas nunca había superado el 5 % desde el inicio de la medición, en abril de 2005.

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EN NÚMEROS

10 %

es la caída

de las cantidades vendidas por las Pymes industriales, en términos interanuales

23 %

de las firmas

encuestadas entre julio y septiembre manifestaron contar con un nivel excesivo de stocks (contra el 7%, en el mismo período de 2007). En tanto, durante el tercer trimestre, la utilización de la capacidad instalada fue del 74% (contra el 78%, un año antes).

25 %

es el promedio,

ahora estabilizado, en que aumentaron en los últimos 12 meses los precios de venta de los principales productos de las empresas. Pese a ello, para el 15% de los empresarios, la rentabilidad actual es sustancialmente peor a la de un año atrás.

canale 01-12 a.eps

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EL DATO

Se debilita el empleo en las Pymes

El documento del Observatorio Pyme señala que, por primera vez desde 2003, se advierte una caída interanual de -2,5 % en el nivel de ocupación entre las Pymes industriales.