Postal de una época convulsionada

Postal de una época convulsionada

Elio Germano y Riccardo Scamarcio, protagonistas de “Mi hermano es hijo único”, film dirigido por Daniele Luchetti.

Foto: Archivo El Litoral

Laura Osti

Basada en una novela autobiográfica de Antonio Pennacchi, “Il fasciocomunista”, esta película dirigida por Daniele Luchetti cuenta la historia de un jovencito, el menor de tres hermanos de una familia italiana de clase media baja, que busca su lugar en el mundo, el que se le presenta siempre hostil y esquivo.

Narrada a la manera del neorrealismo y ambientada en 1961, cuando Italia estaba sumida en un caos político post-Mussolini, la anécdota se centra en el contrapunto entre Manrico (Riccardo Scamarcio), el mayor de los hermanos, y Accio (Elio Germano), el menor, mientras que en el medio, están la hermana, Violetta (Alba Rohrwacher), y también la novia del mayor, Francesca (Diane Fleri).

Accio, en su pubertad, ingresó a un seminario católico con la firme intención de convertirse en sacerdote, pero la insidiosa intromisión de Manrico, contaminando su cabeza con ideas pecaminosas, sabotea y finalmente frustra esta posibilidad.

Así, el jovencito regresa a su casa, para encontrarse con la indiferencia y hasta el fastidio de los otros miembros de su familia, donde incluso ha sido desalojado de su habitación y a partir de ahora tendrá que dormir en el pasillo. Pequeños detalles que harán la convivencia un tanto complicada, aunque típica en esa parte del mundo.

Los hechos suceden en un pueblo llamado Latina, cercano a Roma, donde resuenan las grandes discusiones y las grandes tendencias que agitan el ámbito político ideológico del resto del país, pero que allí se viven de manera muy doméstica.

Manrico, que es muy buen mozo, se ha catapultado como el indiscutido líder de la izquierda juvenil, en tanto que Accio es seducido por las ideas fascistas y se convierte en un camisa negra. Las discusiones entre ellos, no exentas de exasperación y violencia, no exceden, sin embargo, el absurdo, cierta cándida ignorancia y la exaltación más propia de la rivalidad entre dos hermanos que de las grandes diferencias de ideas.

Bordeando siempre el humor y el grotesco, como suelen hacer los italianos, por un lado el guión pretende desdramatizar las distancias ideológicas, al mostrar el ridículo al que llegan (como poner una letra revolucionaria izquierdista al Himno a la Alegría de Beethoven), y por otro lado, refleja cómo se puede llegar a enfrentamientos tan extremos y hasta matar y morir en defensa de ideas tan frágiles.

La paradoja de esta historia es que Accio, quien primero quiso ser cura y después militante fascista, termina afiliándose al Partido Comunista Italiano y asumiendo el rol de jefe de familia, de una familia castigada y muy afectada por las consecuencias violentas de una época socialmente convulsionada.

Así, de ser el más pequeño, el que no encontraba su lugar, el segundón, pasa a ser el que deba finalmente conducir los destinos de este grupo de personas que saben mucho de pasiones y de gritos, pero poco de pragmatismo.

“Mi hermano es hijo único” cumple con los requisitos necesarios para entretener y emocionar, aunque se excede un poco en los minutos que usa para lograrlo y no supera el melodrama más propio de la televisión que de la pantalla grande. Sin embargo, aporta una mirada un tanto nostalgiosa de esa década explosiva y crucial del siglo XX, los ‘60, que tanto ha marcado a las sociedades y a las familias en todo el mundo occidental, especialmente, en Europa. De modo que constituye casi un documento de entrecasa que ilustra cómo se vivieron aquellos tiempos en donde los amores y los odios y casi todos los hogares estaban atravesados de ideas políticas extremistas.

 

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BUENA

Mi hermano es hijo único

“Mio fratello è figlio unico”, Italia y Francia, 2007. Dirección: Daniele Luchetti. Interpretación: Elio Germano, Riccardo Scamarcio, Diane Fleri, Angela Finocchiaro, Luca Zingaretti, Anna Bonaiuto, Massimo Popolizio, Ascanio Celestini, Alba Rhorwacher, Claudio Botosso. Guión: Daniele Luchetti, Sandro Petraglia y Stefano Rulli; basado en la novela “Il fasciocomunista” de Antonio Pennacchi. Producción: Marco Chimenz, Giovanni Stabilini y Riccardo Tozzi. Música: Franco Piersanti. Fotografía: Claudio Collepiccolo. Montaje: Mirco Garrone. Duración: 100 min.