Miguel Ponce habló en Floresta después de radicar la denuncia por lo del jueves...

“Alguien debe ponerle el cascabel al gato”

Se enojó con algunos comentarios públicos que lo tildaron de “cómplice de los barras”. Insistió en que “no me gustaría que algún dirigente o algún jugador se vaya por esto que pasó”.

Enrique Cruz (h)

Si algo no faltó ayer en Floresta fue la presencia, el acompañamiento dirigencial. Miguel Ponce viajó con la delegación el mismo viernes; Rubén Decoud, César Donna, René Costa, Marcelo Gorosito y el “Turco” Juan Mieres también se hicieron presentes ayer en la cancha de All Boys. La cuestión pasaba por hablar con Ponce, porque él y el doctor Rafael Fiz fueron los que radicaron el viernes la denuncia policial, luego de los hechos acontecidos el jueves por la mañana en La Tatenguita.

“Nosotros hicimos la denuncia sin esperar qué podrían hacer los jugadores, pero dejando en claro que acá estamos todos, dirigentes, jugadores, cuerpo técnico, médicos y utileros unidos y planteando una sola estrategia. Ahora que hicimos nosotros la denuncia, depende de lo que pueda investigar y hacer la Justicia. Se nos criticó aquella vez de la rotura del micro porque no hacíamos la denuncia. Y, en realidad, la explicación fue que ya la había hecho el chofer del micro y estaba de más que la reiterásemos. Ahora, fuimos nosotros los encargados de radicarla y empezarán de inmediato las citaciones y actuaciones”, comenzó diciendo el actual vicepresidente segundo del club, Miguel Ponce, en la cálida tarde porteña.

—¿Se podrían producir rescisiones de contrato, Miguel?

—Hablamos con la doctora Reschia, lo hicimos también con Sergio Marchi y el martes, con seguridad, volveremos a encontrarnos con ambos en Santa Fe. Si por los errores de algunos hay que pagar con la rescisión de contratos, se verá. Nosotros creemos que no. Y queremos, por sobre todas las cosas, que esto no se produzca y que sigamos peleándola todos los que estamos ahora.

—¿Se tomaron determinaciones que tengan que ver con la seguridad del plantel?

—Desde el mismo jueves se resolvió tener custodia policial para el equipo, además de poner móviles en el club. Después, habrá que ver en lo personal, donde el más afectado es Martín Zapata.

—¿Por qué Zapata?

—Porque es el capitán, el referente del grupo y uno de los más conocidos por su larga trayectoria en el club. Martín es un muchacho que tiene experiencia como jugador, pero convengamos que recién está por cumplir 30 años y es muy joven aún. El siente los temores lógicos y propios de vivir una situación así.

—¿Pensás que lo del jueves fue más grave que lo de la noche posterior al partido con Tiro Federal?

—En este caso, hubo total responsabilidad de Unión y por eso hicimos la denuncia. Quédense tranquilos que nosotros hicimos una evaluación profunda de lo ocurrido, con serenidad y compromiso. Acudimos a la policía porque eso era nuestro deber, nuestra responsabilidad.

—¿Es cierto que Carabajal es uno de los que están con ganas de irse del club?

—Yo, personalmente, estuve hablando con Gastón. En este momento, no está jugando y ni siquiera integra el banco de suplentes, pero en la charla que tuve con él, nunca me comentó su supuesto deseo de dejar el club. Inclusive, estuve hablando con Rodríguez, su representante, y no me comentó nada. Lo que pasa es que se hablaron muchas cosas que no son ciertas y tenemos que andar desmintiendo todo.

—Como que Rosales y Guerra se quieren ir...

—Exacto... Ninguno de ellos nos dijo que se quería marchar, pero se ve que tiene que pasar algo para que se digan un montón de cosas que no son verídicas y confunden a la gente.

—¿Cómo te sentís después de haber dado la cara para hacer la denuncia policial acerca de lo ocurrido el jueves?

—En primer lugar, te quiero aclarar que, si bien lo hice personalmente, ésta fue una decisión de la comisión directiva... Me siento bien, por un lado, porque lo comenté con mi familia y recibí total apoyo de parte de ellos. Mirá, para que quede claro, yo ayer me fui al entrenamiento y luego me subí al micro para viajar con los jugadores y estar al lado de ellos. Y mi familia se quedó sola. Es cierto que es mi función como dirigente, la elegí y la acepto. Pero ésa es la realidad. Ellos permitieron que yo hiciera lo que hice, me apoyaron y por eso me siento bien con lo que hice. Nosotros también estamos complicados; sin embargo, alguien le tiene que poner el cascabel al gato de una vez por todas, sino, ¿hasta cuándo seguiremos con esto?

—¿Sabés que ahora habrá citaciones y que posiblemente haya que reconocer a los que estuvieron en La Tatenguita, y que...?

—Mirá, acá no estamos descubriendo la pólvora ni nada que se le parezca. Todos sabemos lo que pasa, yo no tengo problemas en dar nombres y en apoyar a la Justicia. Ahora dependemos de lo que haga ésta, pero nosotros tendremos que ayudar. Mientras tanto, a los jugadores hay que respaldarlos y acompañarlos porque, te repito, en esto estamos todos involucrados y unidos.

—¿Qué te sorprendería?

—Que algún dirigente o algún jugador tomase la decisión de irse. Eso no sólo me sorprendería, sino que me disgustaría mucho porque éste es el momento en que debemos ser valientes y tener coraje para afrontar la situación y seguir adelante. Por eso me molesta que algunos medios y algunos periodistas nos falten el respeto.

—¿Qué fue lo que te molestó?

—Que dijeran que soy un pelotudo y un cómplice de los barras... ¿Qué van a decir ahora? Quisiera escucharlos. No descarto continuar con esto, porque la verdad es que me jodió que se dijera eso de mí. Te repito: esto lo hice yo, pero fue a título general de la comisión directiva, pues cuento con el apoyo y el acompañamiento de todos mis pares.

Esta conversación tuvo lugar previamente al partido. Después, antes de retirarse del estadio de All Boys para emprender el regreso a Santa Fe, César Donna se acercó a Miguel Ponce y le dijo: “Cualquier cosa, no dudes en llamarme”. Ponce, claro está, se subió al micro y regresó a Santa Fe con los jugadores, esperando que los primeros días de la semana acerquen una tranquilidad que hoy, en Unión, no existe.

“Alguien debe ponerle el cascabel al gato”

La salida de Unión después de la derrota en Floresta. Hacía mucho que el Tate no jugaba tan mal y mostrando tan poca capacidad de respuesta ante la adversidad. De todos modos, se nota que se sintió lo ocurrido el jueves.

Foto: Gentileza de Matías Nápoli para El Litoral

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EL DATO

Una gran frase.

En una de las cabeceras de la cancha de All Boys había una gran bandera que rezaba esta frase: “Que vuelvan los visitantes”. La colgó la gente del albo, lógicamente, y encierra el pensamiento generalizado de toda la gente de la categoría, que debe sufrir por ver partidos sin la presencia de las hinchadas rivales.

“Alguien debe ponerle el cascabel al gato”

Weiner intenta el remate al arco, mientras observa de cerca el árbitro Barraza, que no tuvo buena actuación, aunque tampoco incidió en el resultado final.

Foto: Gentileza Matías Nápoli