Peregrinación a La Meca
Una marea humana llegó al monte donde
Mahoma pronunció su último sermón
De la Redacción de El Litoral
AFP/EFE
Cientos de miles de fieles musulmanes se congregaban este domingo en el Monte Arafat, en uno de los grandes momentos de la peregrinación anual a La Meca, cuyos ritos iniciados ayer continuaban sin incidentes y rodeados de un enorme dispositivo de seguridad.
La marea humana empezó a reunirse en el Monte Arafat, también llamado Monte de la Misericordia, desde donde el profeta Mahoma dio su último sermón hace más de 14 siglos.
En colectivos o a pie, los fieles recorrían lentamente los kilómetros que separan el Monte Arafat del valle de Mina, donde comenzó la peregrinación ayer con una jornada de oración y recogimiento. Los hombres llevaban el vestido de tejido blanco sin costuras de dos piezas que, según la tradición, les servirá de mortaja, mientras que las mujeres iban enteramente cubiertas a excepción de la cara y las manos.
Bajo fuertes medidas de seguridad, la masa repetía a coro: “Heme aquí respondiendo a tu llamada, Señor, heme aquí. No hay otro Dios más que tú, a ti las alabanzas”.
“Es un día de enorme alegría”, decía un hombre antes de fundirse en lágrimas a su llegada a Arafat, feliz de cumplir con una peregrinación que el Corán impone a los fieles al menos una vez en la vida, si se cuenta con la salud y los medios económicos necesarios.
Igualmente emocionada, la egipcia Suad Dasuqui, de 50 años, pedía “la victoria del Islam y la unión de los musulmanes”, al tiempo que alababa esta peregrinación que reúne a fieles de todas las razas y países. Abriéndose paso entre la multitud, unos voluntarios ofrecían comida y bebida en forma gratuita.
Oración colectiva
A media jornada, los fieles participarán en una oración colectiva en la mezquita de Namera, construida en el lugar en que Mahoma oró al hacer la peregrinación.
Los peregrinos iban a pasar el resto de la jornada rezando e implorando el perdón de Dios en el Monte Arafat, símbolo de la espera del Juicio Final.
Mañana regresarán a Mina para inmolar un animal, en general un cordero, en recuerdo del sacrificio que estuvo a punto de cumplir Abraham al querer matar a su hijo Isaac por orden de Dios. Ese rito marca el inicio de la fiesta de Al Adha o del Sacrificio.
Los peregrinos pasarán otros dos días en Mina para el rito de la lapidación de Satán, que consiste en lanzar 21 piedras contra cada una de las tres estelas que simbolizan al diablo.
El rito de la lapidación acabó en varias ocasiones con avalanchas, como las que causaron 364 muertos en 2006, 251 en 2004 y 1.426 en 1990.
Para evitar que se repitan, las autoridades han construido puentes de tres niveles alrededor del lugar del apedreamiento.
Desde el comienzo de la peregrinación a La Meca, en la que participan más de 1,7 millones de fieles procedentes del extranjero y cientos de miles de sauditas y de residentes musulmanes del reino, “no se ha registrado ningún incidente”, dijo el gobernador de La Meca, el príncipe Jaled al Faysal Ben Abdel Aziz.




