De Santa Fe a Europa. “Me definiría como creadora de modas. Comencé cuando era una niña, con mis muñecas. Después, cuando era jovencita, tenía crédito en una sedería y todos los meses iba y me compraba cierta cantidad de telas que mandaba a coser. Así me hacía vestidos para ir al baile los sábados. Cuando la modista no tenía tiempo para confeccionarlos, le pedía que me los corte; entonces, empecé a coser sola. Más tarde comencé a pintar. Me gustaba coser y pintar la ropa. En 1974 me fui a Europa porque mi marido es músico y trabajaba allá. Tenía 18 años, viajé 17 días en barco y llegué a Barcelona. También fui a Ibiza, Alemania, Francia y la India. Él viajaba y yo lo acompañaba. Allá unos amigos vieron los diseños que había pintado y me dijeron: “¡que bello! ¿por qué no te ponés a hacer ropa?”

Aprendizaje. “Cuando tenía ya 20 años comencé a estudiar Corte y Confección, primero en Alemania y después en Barcelona; hasta que en el 82 llegué a Italia y empecé a trabajar con diseñadores. Ya no estudiaba sino que trabajaba, miraba, aprendía en el hacer. Tuve la suerte de que me gustaba tanto lo que hacía que progresaba rápidamente. Así pude trabajar para diseñadores italianos muy buenos y, sobre todo, con el grupo de modistas que trabaja con el diseñador y que te cuenta los secretos de la alta costura. Cuando llegué por primera vez a la alta costura en el corazón de Italia, me quedé fascinada con las técnicas y fue maravilloso”.

El mundo del diseño. “Los diseñadores que fueron base en mi camino son Peter Langner y Renato Sabi. Tuve la posibilidad de trabajar en el taller de Valentino durante la temporada de verano. En España conocí a Nacho Ruiz, que es un diseñador fantástico con el que trabajé también. Ahora resulta que quien es diseñador no sabe coser y quien sabe coser no es diseñador, pero yo me ha fascinado al ver diseñadores como Langer. Él agarraba su valija, la llenaba de vestidos, y viajaba. Tiene negocios en Hong Kong, en Nueva York, en todas partes. Cuando terminaba de vender su colección, volvía y se ponía el guardapolvo blanco para comenzar a crear. Cuando el vestido ya tenía su mano, porque él lo cortó y armó, pasaba a la producción. Ahí hacía el modelo original y las modistas se dedicaban a la reproducción. No es Valentino el que corta, pero cuando vos ves un vestido, decís ¡qué corte! ¡Eso es Valentino! o ¡Eso es Versace! Porque en realidad representan: trabaja gente que ha seguido durante años lo que él siente, lo que quiere transmitir a través de un corte”.

La alta costura. “El vestido de alta costura se inicia con la creación. Un diseño de estas características viene ideado únicamente para una persona, a su medida. Después está la elección de la tela, que es fundamental, y finalmente la elaboración. Me acuerdo que trabajaba con las viejas modistas que me veían hacer un punto al interno de un vestido y me pegaban en la mano, diciendo: “eso no es alta costura”. La alta costura tiene reglas: cómo coser al interno, cómo terminar un bordecito, cómo pegar un cuello, cómo coser una manga... Eso no te lo enseña la escuela, te lo cuenta la modista que trabajó 40 años para un diseñador. Ahí adquirís la técnica. El vestido es bello sí, pero totalmente cómodo, como una segunda piel. Coser alta costura es deleitarse, vestir alta costura es ser inmensamente feliz con lo que tenés puesto, porque te queda muy bien y estás muy cómoda”.

Transmitir saberes. “Después de todo eso puse mi propio negocio. Durante diez años tuve un local en Roma. Finalmente, después de 35 años, decidimos volver. Acá ya es diferente: tenemos una casa en Arroyo Leyes y mi intención es el contacto con la naturaleza, llevar un ritmo de vida diferente, porque la ciudad en Europa es terrible: trabajar, ganar, gastar; es un círculo. Yo no quiero dejar ésto y, sobre todo, no quiero dejar sin transmitir. Entonces, por un lado tengo mi trabajito, no necesito una gran cantidad de dinero para vivir. Y, por otro lado, estoy trabajando con Victoria Bassi, que es diseñadora, se recibió hace poquito y tiene 25 años. Me encanta poder transmitirle un bolsón lleno de experiencias. Así todo lo que aprendí no muere conmigo”.

PERFILES

Textos.Revista Nosotros. Foto. Flavio Raina

María Angélica Tutanovsky

Después de trabajar en Europa, trajo su experiencia y sus diseños de alta costura a nuestra ciudad.

Creadora de moda

Creadora de moda

&

Así soy yo

Una vocación

“De chiquita me gustaba hacer las cosas sola, crearlas. A la siesta me sentaba abajo de un árbol con una canasta llena de telas y mis muñecas. Ahí me ponía a cortar, a coser y hacerle vestiditos. Habré tenido siete años. Agarrar un pedazo de tela, ponerlo en el maniquí, ir imaginando el diseño, dibujarlo antes de que se escape la idea... éso es lo que más me gusta: crear moda”.

Mis intereses

“Me gusta hacer muchas cosas: diseño, dibujo historietas, leo y también escribo. Además, practico yoga, medito, hago una búsqueda interior. Pero, en realidad, la costura se convirtió en la forma de ganarme la vida”.