Provincia de Santa Fe
Diversidad de aves en Jaaukanigás
Provincia de Santa Fe
Diversidad de aves en Jaaukanigás
Con cerca de 300 especies, las aves son los vertebrados terrestres más diversos en el Sitio Ramsar Jaaukanigás -humedal de importancia internacional y una de las regiones argentinas más ricas en avifauna-, ubicado en el Departamento Gral. Obligado, en el noreste santafesino. Entre las más conocidas se encuentran las garzas (blanca y mora) y la espátula rosada.
Jabirú y Tuyuyú coral.
Foto: Gentileza Alejandro Giraudo
(C) Sitio Ramsar Jaaukanigás: Biodiversidad, aspectos socioculturales y conservación - Conicet Santa Fe - El Litoral
Como rasgo más característico y particular, tienen notables adaptaciones para volar, si bien existen unas pocas especies corredoras y nadadoras. Gracias al vuelo pueden elegir dónde comer, nidificar y refugiarse; disponen de un medio de escape muy efectivo ante predadores no voladores y poseen una capacidad casi única de responder frente a variaciones ambientales, tanto predecibles -los ciclos de la inundación del río Paraná- como azarosas de un sistema (incendios, grandes sequías, entre otras). Con toda probabilidad, esta capacidad adaptativa posibilitó que las aves, con 9.000 especies, posean la mayor diversificación dentro de los vertebrados terrestres. Al respecto, los mamíferos contienen poco más de 4000, los reptiles unas 6000 y los anfibios cerca de 4000 especies.
El vuelo
Gran parte de las adaptaciones morfológicas de las aves tiene que ver con su capacidad de vuelo. Sus características morfo-fisiológicas han adquirido un diseño destinado a la conquista del espacio aéreo. Se puede considerar que la mayoría de los sistemas de las aves están modificados para esta función específica: la piel posee las plumas, estructuras complejas de queratina, muy livianas y fuertes, que permiten el desplazamiento del aire para sustentar el vuelo y mantener el calor del cuerpo; los pulmones tienen sacos aéreos que se introducen en los huesos -huecos y con aire en su interior-; los huesos poseen muchas modificaciones, como el desarrollo del esternón (quilla) para sostener grandes músculos pectorales (pechuga) que les permiten batir las alas. No obstante, unas pocas especies, como el ñandú (Rhea americana), han perdido la capacidad de volar y se han transformado en corredoras o nadadoras (p. ej., los pingüinos). Las aves, asimismo, son indicadoras de condición ambiental.
importante para las migraciones
Las migraciones constituyen uno de los fenómenos naturales más impresionantes que existen. Resulta difícil imaginar que, cada año, aves de pocos gramos de peso puedan volar hasta 15.000 km, como es el caso del Pitotoi, o chorlo de patas amarillas chico (Tringa flavipes). Esta última y otras ocho especies de chorlos y playeros vienen desde Siberia, Alaska, Canadá, Groenlandia y EE. UU., donde nidifican, y arriban durante la primavera-verano a la Argentina (muchas veces llegan hasta Tierra del Fuego), donde sólo se alimentan, para evitar el duro invierno nórdico. El Paraná es uno de los corredores migratorios que éstas y otras aves utilizan. Cuando el río está bajo, miles de estas aves se concentran en sus playas y aguas someras para alimentarse. Otras migraciones son las que realizan aves que pasan el invierno en la Amazonia y retornan a la Argentina en épocas calurosas y nidifican en nuestra región, por ejemplo, la tijereta (Tyrannus savana) y el suirirí real (Tyrannus melancholycus), ambos insectívoros. Otro tipo de movimiento migratorio es el que realizan aves que nidifican en la Patagonia y sur de la región pampeana y migran al norte durante el invierno, como es el caso del hermoso cisne de cuello negro (Cygnus melacoryphus), el macá grande (Podiceps major), el sobrepuesto (Lessonia rufa) o la remolinera común (Cinclodes fuscus). Además de estas migraciones, más regulares y mejor conocidas, se descubrieron complejos traslados en dirección este-oeste y norte-sur de varias poblaciones de aves acuáticas, que incluyen patos, garzas, mbiguáes y cuervillos, que se mueven entre grandes humedales de la Argentina, donde nidifican o se alimentan. Por ejemplo, muchas aves acuáticas se desplazan entre los bañados de Figueroa (S. del Estero), los bajos submeridionales y sistema de los saladillos (S. Fe), llanura de inundación del río Paraná e inclusive pueden alcanzar hasta las lagunas Dos Patos y Mirim, en el sur de Brasil. Estos movimientos pueden ser desde verdaderas migraciones hasta nomadismo, y muestran la relación que existe entre los humedales de una región y la amenaza que significan la canalización y desecamientos, o la contaminación, de todos los humedales.
La vegetación, a favor
Una notable diversidad de tipos de vegetación tales como selvas marginales, palmares, humedales, pastizales, sabanas y bosques xerófilos (adaptados a la vida en un medio seco) favorecen la existencia de distintas comunidades de aves con especies propias de cada uno de estos hábitats, y con otras que son generalistas y se distribuyen ampliamente. Las aves, por su belleza y facilidad para observarlas, constituyen un importante recurso eco-turístico. Especies acuáticas como la garza blanca (Casmerodius albus) y la garza mora (Ardea cocoi), la espátula rosada (Ajaia ajaja), y tres especies de cigüeñas -entre ellas el Jabirú (Jabiru mycteria)-, una gran variedad de carpinteros, aves rapaces, el Surucuá (Trogon surrucura) -un escaso habitante de las selvas-, y diversos pájaros sumamente llamativos como el federal o juan soldado (Amblyrhamphus holosericus), una presencia frecuente en los esteros, de contrastantes colores negro y anaranjado, forman parte de la oferta natural, visual y auditiva que se puede encontrar.
Fuente: Sitio Ramsar Jaaukanigás: Biodiversidad, aspectos socioculturales y conservación. ISBN: 950-9267-13-9. Edición: Alejandro R. Giraudo. Seleccionó y adaptó: Lic. Enrique A. Rabe (ÁCS/Conicet Santa Fe).
Garza mora.
Foto:Archivo El Litoral