El balance de un año difícil

A pesar de la crisis, el campo juega sus fichas para el 2009

Los productores cierran el 2008 con muchas dudas. La sequía afectó la calidad de los cultivos y ahora encaran “la gruesa” con malas cotizaciones. El conflicto con el gobierno sigue abierto.

Gladys de la Nova

DyN

Los números siguen sin cerrar en el campo, mientras unos quince millones de toneladas de granos descansan en silos en busca de un destino que debería ser la exportación, apertura de ventas mediante, algo que las autoridades no han dimensionado hasta ahora y que amenaza con transformarse en una pesada mochila, tanto para la producción como para las arcas oficiales.

Este año perfila un cierre lamentable, con cosechas que comenzarán a deteriorarse en calidad, más el ingreso de la nueva campaña, para la cual los precios no muestran tendencia de cambios ni recuperación, después del estrepitoso derrumbe que tuvieron en los últimos meses.

El sector agroempresario en su conjunto ya tomó nota de estos datos no menores que muestran un escenario donde la crisis recesiva global potencia a la agresión interna, corporizada en la actitud de indiferencia y falta de reconocimiento oficial a la gente que mejor hace lo que más necesita el país: producir.

De hecho, y aunque los controles de gestión productiva inclinen la balanza hacia el quebranto, quienes están en el negocio agropecuario se resisten a abandonarlo, quieren seguir en la actividad y se aprestan a dar pelea.

La gente del campo, casi en el abismo, va por mas y lo dejó bien claro esta semana: si no se definen políticas estructurales para el sector, enero volverá a reunirlos en las rutas del país y no precisamente para matear o compartir un asado.

Se aprestan a reeditar un año que merecería ser olvidado y están dispuestos a dar pelea por algo que debería ser una actitud normal y natural en democracia. Quieren dialogar con el Gobierno, buscar consenso y volver a empezar. No pocos afirman que el 2009 puede superar holgadamente la profunda crisis con que el agro llega a este diciembre, con los peores números de los últimos diez años, como mínimo.

Si la lupa se coloca sobre las cotizaciones granarias, no se salvó ningún cultivo y contrastando guarismos con diciembre del año pasado, los valores se desplomaron en más del 40 por ciento en todo el arco productivo agrícola, merma que no puede compensarse ni siquiera con la rebaja que está mostrando el mercado para algunos insumos esenciales.

El caso es que uno de los principales sectores económicos del país navega por las aguas del lamento y las pérdidas, se ignora su potencial y, a pesar de la adversidad, quieren ponerse de pie. Parece que el único modo de ser escuchados será, una vez más, volver a las rutas hasta que alguien los convoque al diálogo.

El tema está llegando a su punto más álgido y ninguna actividad escapa de la recesión, incluyendo la maltratada ganadería de leche y carne, donde hablar de rentabilidad es casi una quimera.

Sobran motivos para inquietarse y, sin perder tiempo, el gremialismo ruralista, nuevamente desbordado por sus bases, en pocas horas entregará proyectos en el ámbito legislativo, entre otros objetivos, para desarticular el devastador protagonismo de la Oncca en las cadenas comerciales de todas las actividades del campo.

No se salvó ninguna a la hora de poner palos en la rueda a cuanto producto del campo apunte a ser exportable. Los analistas sectoriales aseguran por estos días que si no se modifica el escenario el próximo verano, los chacareros recibirán por sus granos solo dos terceras partes de lo que cobraron el año pasado, además de frenar cualquier intento inversionista en el que hubieran pensado, arrastrando a otras cadenas de valor en la caída.

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Sembrar, a pesar de todo. Quienes están en el negocio agropecuario se resisten a abandonarlo, quieren seguir en la actividad y se aprestan a dar pelea.

Foto: Archivo/Campolitoral

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Cosecha y siembra

La cosecha de trigo tuvo un avance significativo en Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. El 50% de la superficie apta ya fue cosechada acumulando 3,53 millones de toneladas, informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

En pocos días comenzarán a trillase los primeros lotes en la zona de Mar y Sierras, que seguramente levantarán el promedio productivo obtenido hasta el momento, pero es muy difícil que se superen los 23qq/ha estimados para el final de la zafra nacional. La bolsa porteña estima que el volumen final de la cosecha apenas llegaría a las 9,7 millones de toneladas.

Mientras tanto continúa la siembra de la cosecha gruesa. En el caso del maíz ya se implantó el 87% de la proporción estimada y ahora comienza el período ideal para las siembras tardías.

El progreso de siembra de la soja ya cubrió un 65,5% de las 18.200.000 hectáreas proyectadas para el presente ciclo.

En números absolutos se implantaron un total de 11,9 millones de hectáreas, marcando un avance intersemanal de 5,5 puntos porcentuales y un retraso interanual de 5%.