Proyecto conjunto de la Daia y la Universidad Católica
Plan educativo: universitarios tutorearon a niños con carencias
En el marco de “Peraj”, estudiantes universitarios acompañaron durante el año a 15 niños en edad escolar. Les dieron apoyo y los ayudaron a afianzar sus lazos sociales. Santa Fe es la primera ciudad del interior en la que se realizó esta experiencia, nacida en Israel.
De la redacción de El Litoral.
“Fue una experiencia re linda e interesante. No sólo conocí una nueva amiga, sino también una familia, que me abrió las puertas. Mi niña, Emilce de 12 años, era peleadora y andaba medio floja con el estudio. Dedicamos un rato a hacer la tarea y el resto del tiempo jugamos, armamos un dominó, pintamos remeras, hicimos algunas salidas. Todo la ayudó a mejorar su relación con sus compañeras y con el estudio”. Así resume Leila, estudiante de psicología de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), su experiencia de acompañar durante un año a una niña de la escuela Lourdes, en el marco del proyecto Peraj (“flor”, en hebreo).
“Nos permitieron entrar en sus vidas y compartir momentos que pusieron a prueba la predisposición, la paciencia, la humildad, la solidaridad, el compromiso, las ganas de crecer juntos y de pensar que todo es posible, sólo es necesario empezar”, reflexiona Romina, en su balance como tutora.
Buenos resultados
El objetivo consiste en que un joven acompañe a un niño en edad escolar, con necesidades básicas insatisfechas, para convertirse en un “hermano mayor”. Este año se realizó una prueba piloto, en la que 15 estudiantes -de la UCSF y la Universidad Nacional del Litoral (UNL)- acompañaron y tutorearon a 15 chicos de las escuelas Lourdes y Bialik. Santa Fe es la primera ciudad del interior del país, en la que se realizó esta acción conjunta coordinada por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia) y la UCSF.
“Los resultados del primer año son sorprendentes: se ha dado una comunión entre los tutores y los chicos. Lo que queremos transmitir es que hay cosas que se pueden hacer y que hay una juventud dispuesta a hacerlas”, destacó Marcelo Vorobiof, representante de la Daia.
En tanto, el rector de la UCSF, Gerardo Galetto, aseguró: “La idea es que el tutor no sólo ayude con su tarea educativa, sino que sea como un hermano mayor, que colabore con la socialización, con actividades recreativas y culturales. Es un proyecto integral, que supone un acompañamiento personal”. En este sentido, destacó el hecho de que sea una incitativa “interreligiosa e intercultural, lo cual es un signo importantísimo para la sociedad”.
Confianza y libertad
Guila es docente de primer y tercer grado de la escuela Bialik. Tres de sus alumnos fueron tutoreados. “Uno de los nenes es de una familia muy humilde y pasa todas las tardes con sus abuelos. Romina, su tutora, produjo un cambio y una relación de afecto que contribuyeron al desarrollo intelectual y espiritual de ese niño. Además le permitió crecer como persona y le dio cierta independencia al salir de su casa, ir a la granja La Esmeralda, ir por primera vez a un cine”, relató la maestra.
A futuro
Vorobiof explicó que la idea es “agrandar la propuesta para el año que viene”. Para ello, además del presupuesto otorgado por el Estado de Israel, necesitarán contar con sponsors, para darle apoyo económico a los tutores para gastos de movilidad, materiales didácticos o algún paseo con los chicos.
“Estamos convencidos de la filosofía y la realidad de este proyecto. La idea es que, año a año, se renueven los tutores y los chicos para generar una red más amplia”, apuntó.
Por su parte, Galetto reconoció la importancia que tienen este tipo de actividades para “generar una conciencia de responsabilidad social en los futuros profesionales”: “Quien tiene la posibilidad de acceder a un estudio universitario, encuentra un canal para volcar su tarea de ayuda social, que es parte de nuestra identidad”.