CERRANDO LA TRANQUERA

el análisis de un especialista

¿Qué pasa con los commodities?

A pesar de la crisis, el mundo está confirmando niveles de consumo récord para el trigo, la soja y el maíz. La baja de precios retroalimenta una demanda cada vez mayor.

Pablo Andreani

CMI Contenidos/ Agripac Consultores

El nuevo informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) no arrojó grandes novedades con respecto al mes anterior. El único cambio de importancia que hizo ese organismo fue en el consumo de maíz para etanol, con una reducción de siete millones de toneladas en su consumo interno, situación que impacta en el estimado de demanda a nivel mundial. No obstante, el mundo está confirmando niveles de consumos récord en todas las commodities. Entre trigo, maíz y soja se está proyectando un volumen de demanda para la campaña 2009 del orden de los 1.680 millones de toneladas, un nuevo nivel histórico.

A juzgar por la crisis internacional, por el momento no ha tenido impacto alguno sobre los niveles de consumo. Por el contrario, la baja de los precios parece que apunta a retroalimentar una demanda cada vez mayor.

Los mercados vienen buscando cada vez nuevos mínimos y esto no se produce por caída de la demanda, sino por una ruptura de la cadena comercial debido a la crisis financiera mundial que impactó sobre el flujo de divisas a escala global.

La demanda de petróleo no cayó como para justificar la destrucción que se produjo en el precio del barril, que pasó del pico máximo de 147 dólares a fines de julio pasado a los 47 dólares actuales, con una pérdida de 100 dólares por barril. Con este nivel de precios, muchos países productores no pueden extraer pues entran en pérdidas operativas reales. Lo mismo puede decirse del resto de los productos agrícolas, pero en este caso debemos ajustar un poco la sintonía.

Cereales

Con el actual nivel de precios, el rendimiento de indiferencia de maíz en un campo propio llega a 9.000 kilos por hectárea. En el caso del trigo, el umbral varía según zonas entre 3.000 y 5.000 kilos por hectárea. Con estos niveles, más de 50 por ciento del área maicera y triguera entra en pérdida real.

Ahora bien. ¿Qué sucede en el resto del mundo? Si bien la baja ha sido de importancia en el resto de los países productores y exportadores competidores de la Argentina, no tienen el nivel de retenciones que rige en nuestro país.

Brasil, por caso, que tuvo que asumir gastos de producción en soja muchos mayores que los nuestros, se ha visto beneficiado por una devaluación del real de 40 por ciento desde que comenzó la crisis. Los productores argentinos, en cambio, deberán enfrentar en cosecha el trago amargo de altos costos de producción y fuerte baja en el valor de sus granos.

¿Que debería suceder para que los productores no entren en zona de quebranto? Los caminos que surgen son una mayor baja de las retenciones; profundizar la devaluación del peso; o una suba considerable en el precio de las commodities.

Nos inclinamos por esta última opción como la más probable y en tal sentido habrá que esperar el discurso del presidente electo estadounidense Barack Obama al Congreso de ese país el próximo 20 de enero.

A partir de ese momento, el mundo entero y los ciudadanos estadounidenses podrán darle un aval político a sus anuncios o mostrarse desconfiados e indiferentes, como ha venido sucediendo hasta ahora.

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el dato

El maíz y el trigo en rojo

Con el actual nivel de precios, el rendimiento de indiferencia del maíz en un campo propio llega a 9.000 kilos por hectárea. En el caso del trigo, el umbral varía según zonas entre 3.000 y 5.000 kilos por hectárea. Con estos niveles, más de 50 por ciento del área maicera y triguera entra en pérdida real.

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Proyección. Para la campaña 2008/9 se estima que la demanda mundial de granos alcanzará las 1.680 millones de toneladas.

Foto: AFP