Mística sufí del siglo XII para los problemas de hoy

Por Francesca Cicardi, EFE

Expertos de todo el mundo buscaron actualizar el pensamiento místico del filósofo andalusí Ibn Arabi (1165-1240 d.C.), para encontrar soluciones a los problemas a los que se enfrenta el mundo actual, en una conferencia internacional que acaba de realizarse en El Cairo.

El congreso “Ibn Arabi en Egipto: confluencia de Oriente y Occidente” estudió la vida y obra del que fue uno de los principales exponentes del sufismo, la rama mística y esotérica del Islam.

En la inauguración del encuentro, el embajador español en El Cairo, Antonio López, destacó la necesidad de “recibir con más humildad la sabiduría del pasado, en estos momentos de grandes tensiones políticas y económicas”. Por su parte, el editor en España de algunas de las obras de Ibn Arabi, Ramón Jiménez Madrid, también alabó los valores espirituales del filósofo, que “hay que mantener por encima de todas las cosas, en estos tiempos en los que sólo se habla de economía”.

En este sentido, el tema recurrente de Ibn Arabi es la unicidad de la existencia humana como un todo, así como su trascendencia y su reflejo en el mundo, y en el que algunos estudiosos de sus escritos ven la globalización.

Nacido en Al Andalus, en la ciudad de Murcia, Ibn Arabi viajó a Egipto en dos ocasiones, donde existía una destacada comunidad de andalusíes, cuyas relaciones con el filósofo ha estudiado el profesor Jorge Lirola, para quien Ibn Arabi es el “mayor sufí de todos los tiempos”.

Hoy Egipto es el segundo país que conserva más obras originales de Ibn Arabi, después de Turquía, explicó Lirola. El experto andalusí trató de determinar en su ponencia la influencia del pensamiento de Ibn Arabi en Egipto, país donde actualmente el sufismo permanece arraigado en las costumbres populares, a través de rituales religiosos y celebraciones musicales y festivas.

Precisamente la música sufí es una de las principales manifestaciones de la mística islámica, y ha sido la encargada de abrir el congreso, de la mano del compositor Ahmad al Sawy, con un concierto de violonchelo, cítara y piano.