Al margen de la crónica

Polaroids de propiedad horizontal

Vivir en un edificio es una experiencia que sólo puede comprender aquel que alguna vez habitó uno. A la hora de decidir dónde vivir, uno puede elegir el barrio y si prefiere casa o departamento, según lo permita el bolsillo. Si se inclina por un departamento, podrá elegir la cantidad de habitaciones, el piso, frente o contrafrente, entre otras cuestiones. Pero hay algo que siempre resulta azaroso: los vecinos. Ellos son como los parientes: no se los elige.

Por lo general, a uno le muestran un departamento en horarios en que la mayoría está fuera del hogar: los adultos trabajando, los niños en la escuela, los bebés en la casa de algún familiar que los cuida. Ahora bien, ¿qué pasa cuando uno se muda y descubre que la vecina de arriba tiene 5 hijas y además vive con su madre? ¿Puede rescindir el contrato de alquiler o pedir un resarcimiento por daños a la salud mental? Ocho mujeres juntas pueden alterar los nervios de cualquier persona. Si encima a los dos días uno descubre que al lado vive una vieja que se está quedando sorda y ve todas las novelas latinoamericanas con el volumen del televisor por encima del 60. Ni hablar del adorable caniche toy del vecino de abajo, que nos molesta con su ladridito estridente a toda hora.

Compartir puerta de entrada, hall, garage, terraza, ascensor y escaleras es otra de las maravillas que tiene la vida en un edificio. Empezando por el que dejó la puerta del ascensor abierta, justo cuando uno llega con toda la provista de supermercado; o aquel otro que se pone a lavar el auto en la puerta de la cochera, en el momento en que uno quiere sacar el propio. Una nota aparte merece el encargado, el lleva-y-trae de la pequeña comunidad de cemento.

En fin, las delicias de la vida cotidiana en un edificio son infinitas. Pero algunas cosas buenas tiene el compartir piso, techo y paredes con otras personas, como la mano solidaria que nos abre la puerta a altas horas de la noche, cuando uno perdió las llaves en medio de una borrachera.