DESTINOS

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El estilo criollo sobresale en las construcciones, cálidamente ambientadas. Galerías y jardines con añosos árboles las rodean.

Donde la naturaleza se “roba” al tiempo

Entre cipreses, álamos y sauces, a la vera del cerro La Esperanza, en el valle de Traslasierra, una estancia recibe pasajeros todo el año. Un arroyo hace a las delicias de quienes buscan descanso.TEXTOS. TERESA PANDOLFO. FOTOS. GENTILEZA ESTANCIA NIÑA PAULA

En el valle de Traslasierra, en las Sierras Grandes de Córdoba, en territorios pertenecientes a la Pedanía Nono, se encuentra la estancia Niña Paula, de 180 hectáreas, convertida en una hostería de montaña, con restaurante y salón de té.

Se la ubica por el Camino de las Altas Cumbres, nueve kilómetros antes de la intersección vial que divide los rumbos entre Mina Clavero y Nono. La hostería cuenta una rica historia y actualmente se caracteriza por la cordialidad que brindan Beba y Hugo Griot, su hija Lucrecia y el marido de ésta, Juan Sotgiu.

La casona es estilo criollo con reminiscencias coloniales. Las habitaciones amplias se ubican sobre una galería desde la cual se observa el jardín diseñado con una variedad importante de flores, plantas y especies arbóreas, que cambia la rutina visual propia de las altas cumbres. Un arroyo cruza y bordea la estancia.

El sonido de este curso de agua de vertiente, la esmerada atención y la delicada gastronomía familiar hacen a las delicias de los huéspedes y resultan determinante en su descanso. Porque en Niña Paula es posible concretar lo que actualmente la mayoría de los viajeros busca: olvidarse de las abrumadoras obligaciones cotidianas y de las noticias que inquietan. Y esto se logra porque los urbanos celulares no tienen señal en las cercanías de la casona. Es necesario ir allende la ruta, unos metros antes de la tranquera para volver a tener conexión con la civilización.

Un tiempo propio

La ocupación del tiempo en Niña Paula tiene otras motivaciones. Se toma un tranquilo desayuno con mermeladas caseras de higos, naranja o moras, o un té con tartas y confituras de esmerada factura. O pasa por bañarse y tomar sol en el arroyo de agua transparente y degustar los platos que diariamente se preparan con el concurso de los productos de la huerta y granja propia.

El paisaje propiamente es de campo y las jornadas invitan a dar paseos por la escarpada geografía del lugar. A toda hora, el solar es marcadamente más fresco que en las localidades cercanas.

Como toda estancia antigua, tiene su historia, y data del año 1860. En su momento perteneció al coronel Olmedo, caudillo de la zona que estuvo a las órdenes de Bartolomé Mitre. Al fallecer, pasó a manos de su sobrina Paula Cáceres Olmedo, conocida anfitriona de familias procedentes de Cuyo y el Noroeste argentino. De allí el nombre de Niña Paula con el que luego se identificó al solar. Dicen que lo frecuentaban el cura Brochero, en proceso de beatificación, y el ex presidente Miguel Juárez Celman

En la década del “40, el predio fue adquirido por Federico Dempke, de origen alemán, quien la convirtió en hostería, y en el año 1953 la compró Angel Esteban Griot. Ya en el nuevo siglo, remozada, la hostería volvió a abrir sus puertas para recibir pasajeros durante todo el año con media o pensión completa.

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Mas información: www.estancianiniapaula.com.ar; e-mail: [email protected]. Por teléfono, se puede llamar al (03544) 155-72767