Polémica en Austria

Islamismo y democracia

Jordi Kuhs/EFE

Una encuesta que revela que el 20 por ciento de los maestros de religión musulmana en Austria rechaza la democracia y los derechos humanos ha causado una gran polémica en la república alpina.

Entre los 8,2 millones de habitantes del mencionado país europeo, hay más de 400.000 musulmanes, en su mayoría de origen turco, y se estima que unos 35.000 alumnos acuden todos los años a clases de religión islámica en los institutos de enseñanza pública.

El sociólogo Mouhanad Khorchide, austríaco de origen turco, entrevistó el año pasado a 210 de los cerca de 400 maestros de religión musulmana, para su tesis doctoral. Y los resultados del sondeo han sido calificados de forma unánime por todos los partidos políticos austríacos, de “inaceptables” y “catastróficos”.

Un 21,9 por ciento de los encuestados rechaza la democracia por no ser compatible con el Islam, mientras que un 28,4 por ciento destaca que no se puede ser europeo y musulmán al mismo tiempo.

Además, otro 27 por ciento rechaza los derechos humanos por no ser compatibles con el Islam y un 18 por ciento defiende que los musulmanes convertidos a otras religiones sean condenados a muerte. Asimismo, un 8,5 por ciento de los profesores considera “comprensible” que se use la violencia como medio para propagar el Islam.

Los partidos políticos se han mostrado indignados por los resultados de la encuesta, y no sólo los de extrema derecha, sino también los socialdemócratas, conservadores y ecologistas. Con una inusual unanimidad, los partidos han exigido que sean suspendidos los maestros con tendencias antidemocráticas y que el Estado interfiera en la formación de los docentes.

El Ministerio de Educación de Austria ha pedido explicaciones a la comunidad de culto islámico y ha solicitado un informe sobre la situación en los centros de formación de maestros islámicos.

La religión musulmana fue reconocida oficialmente por el Estado austríaco en 1912, tras la anexión de Bosnia por parte del entonces imperio Austro-Húngaro, y recibe hoy día ayudas estatales.

Desde 1949, la ley austríaca regula las clases de religión de todas las comunidades de cultos oficiales en las escuelas estatales. El Estado financia estas clases, pero no interfiere en la educación de los maestros que las imparten ni en la elección del material didáctico usado.

Los resultados de la encuesta han provocado ahora un debate sobre las carencias de la instrucción de los maestros, que, según revela el mismo sondeo, en un 40 por ciento no cuentan con formación pedagógica o religiosa alguna, para dar clases de ese tipo. Pero, ante la falta de alternativas, estos profesores fueron seleccionados en las últimas dos décadas por la comunidad de culto musulmán para dar clases en los institutos.

Además, el resultado del sondeo refleja que un 40 por ciento de los maestros reconoce que no sabe suficiente alemán, pese a que la Ley obliga a usar ese idioma en las clases, y no el árabe o turco.

El presidente de la comunidad musulmana de Austria, Anas Shakfeh, de origen sirio, fue durante veinte años, personalmente el encargado de supervisar la calidad de los maestros. Por eso, Shakef se encuentra ahora en el centro de las críticas, sobre todo porque ni siquiera él mismo cuenta con la formación adecuada para dar clases o supervisar a otros maestros.

Entrevistado por el semanario vienés “Falter”, que destapó el escándalo, el presidente de la comunidad musulmana reconoce que los resultados de la encuesta “no son buenos”.

Pero Shakefh se muestra indiferente ante el hecho que uno de cada cinco maestros rechace la democracia y asegura: “mientras sea sólo una opinión personal, yo no tengo nada que ver”.