Tres estrenos desde hoy

El lado oscuro de los héroes

De la redacción de El Litoral

[email protected]

Entre los estrenos de la semana, se desataca la presentación a nivel nacional de “Watchmen-Los Vigilantes” (“Watchmen”), adaptación del legendario cómic de Alan Moore y Dave Gibbons que se exhibe desde hoy en Cinemark. El director Zack Snyder lidera un puntilloso traspaso a la pantalla, apoyándose en las actuaciones de Malin Akerman, Billy Crudup, Matthew Goode, Jackie Earle Haley, Jeffrey Dean Morgan y Carla Gugino, que se extiende por 161 minutos.

El escenario de la historia es un mundo que se encuentra al borde de la destrucción nuclear, donde los Estados Unidos nunca perdieron la guerra de Vietnam, y Nixon sigue como presidente en plena década de los 80. Para los que no son aficionados a las historietas, vale aclarar que es una de las grandes obras maestras que surgieron en el arte del cómic.

Los personajes se mueven entre su vocación de servicio, el oportunismo, el servicio a la patria, sus opciones sexuales y otras cuestiones poco habituales, en aquellos coloridos encapuchados que hicieron las delicias de generaciones. Y por si fuera poco, en el presente de la narración están prohibidos, ante la desconfianza de una sociedad que les teme.

En este escenario, se relata la historia de un grupo de superhéroes del pasado y del presente, y los hechos que rodean el misterioso asesinato de uno de ellos. Watchmen presenta a los superhéroes como gente corriente que debe enfrentarse a sus propios conflictos éticos y a sus problemas personales, que lucha contra sus trastornos y fracasos y que, con la notable excepción del Doctor Manhattan, carecen por completo de superpoderes. La deconstrucción que la obra realiza del arquetipo convencional del superhéroe, combinado con el innovador uso de técnicas cinemáticas, de abundante simbolismo y de la metaficción, han ejercido una importante influencia sobre cómics y películas posteriores.

Conflictos entre casorios

El director Gary Winick reunió a Anne Hathaway, Kate Hudson y Candice Bergen en la comedia romántica titulada “Guerra de novias” (“Bride Wars”), la segunda novedad del complejo portuario.

Liv (Hudson) y Emma (Hathaway) son unas amigas íntimas que llevan desde la infancia planeando cada detalle de sus respectivas bodas. A la cabeza de su lista de “indispensables” temas nupciales, figura una ceremonia en el destino supremo de todas las novias de Nueva York: el Hotel Plaza. Ahora, a los 26 años de edad, ambas están a punto de casarse; de hacer realidad sus sueños; y de vivir felices y comer perdices. O a lo mejor, no...

Cuando un error administrativo provoca un choque de fechas de boda, las dos se van a casar el mismo día. Liv, Emma y su amiga de toda la vida se someten a la prueba definitiva. Liv, una abogada de éxito que está acostumbrada a conseguir lo que quiere, incluidos el hombre y el trabajo perfectos, no se conforma con nada que no sea la boda perfecta con la que ha soñado durante años. Emma, una maestra que siempre se ha distinguido cuidando de los demás, pero no tanto de sí misma, descubre la “Noviasauria” que lleva dentro y monta en cólera cuando su propia boda de ensueño se ve en peligro.

Ahora, las dos amigas del alma, cada una de las cuales haría lo que fuera por la otra, se ven enfrascadas en una batalla en la que todo vale, en la que no hay prisioneros y que amenaza con degenerar en una guerra total.

Al margen del sistema

La pantalla de Cine América estrena esta semana “El año siguiente” (“L’année suivante”), de Isabelle Czajka, con Anaïs Demoustier, Arianne Ascaride, Patrick Catalifo, Bernard Le Coq y Coura Traoré. Esta ópera prima de la guionista y directora francesa premiada en el Festival de Locarno 2006 se sumerge en la intimidad de Emmanuelle (impecable trabajo de Demoustier), una solitaria adolescente que vive en “La Banlieue”, un barrio suburbano de París dominado por grandes centros comerciales, supermercados y cadenas de comida rápida.

Czajka demuestra una gran capacidad de observación, una sensibilidad y una sutileza infrecuentes, que le permiten exponer en esta suerte de diario personal, toda la confusión, la inseguridad y la frustración que acumula Emmanuelle, pero sin caer jamás en la obviedad confesional, ofrecer respuestas inapelables ni juzgar a su criatura, observadora, antes que protagonista.

Su madre (Ascaride), en cambio, parece llevarse el mundo por delante. Emmanuelle deambula por el mundo (su casa a punto de ser vendida, el colegio secundario, las calles de la ciudad) sin involucrarse demasiado, sin entender del todo cómo son las reglas del juego, y por momentos casi resignada a contentarse con los despojos de un sistema que la abruma y la supera.

La directora no apura, no fuerza ni subraya el relato. El ritmo casi parsimonioso de la narración calza a la perfección con la sensación de extrañeza, con la contención emocional de Emmanuelle. Así, “El año siguiente” surge como una inteligente y genuina captación de un universo muchas veces inasible e indescifrable, como el del adolescente en un contexto marcado por la fugacidad y la incomunicación. No se trata, por cierto, de un mérito menor.

 

2.jpg

Tiempos felices: Los Minutemen, los primeros superhéroes de la historia según la historiografía de Watchmen, posando en una fiesta, cuando la sociedad aún no se preguntaba “¿quién vigila a los vigilantes?”

Foto: Gentileza UIP