Las relaciones comerciales con Brasil

Alimentos y creatividad, las ventajas de la Argentina

El titular de la Cámara Argentino-Brasileña sostiene que falta negociación política y participación de los empresarios en la resolución de las diferencias. Advierte que hay asimetrías que son inmodificables y que nuestro país se debe internamente definiciones.

Teresa Pandolfo

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El ex presidente Fernando Henrique Cardoso decía que para Brasil la Argentina no era un opción, sino un destino. Es decir, supera lo comercial y, si tuviéramos la simplicidad de sentarnos a negociar antes de tomar medidas, no se habría llegado a estas diferencias -quejas de los sectores industriales de ambos lados de la frontera-, pero debe existir negociación con gente que sabe lo que se compra y lo que vende.

Quien habla es el doctor Jorge Rodríguez Aparicio, presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Brasileña, quien ayer estuvo en nuestra ciudad porque se firmó un acuerdo de complementación con la Asociación de Dirigentes de Empresas.

En momentos en que las economías se han retraído por el colapso financiero internacional, a lo que Rodríguez Aparicio denomina como “una crisis ética y moral”, el empresario califica a la coyuntura como “complicada”. “Lo que ocurre —dice— es que no estamos acostumbrados a lo que son las diferencias de intereses de tipo comercial. Entre Estados Unidos y México, éstas son cuestiones de todos los días”, agrega.

A su juicio, los conflictos comerciales que ahora tenemos con Brasil no abarcan más del 5 ó 6 % del intercambio, pero —aclara— “para quien los sufre es del 100 por ciento”. Explica que en sectores como línea blanca, textil, calzado, electrodoméstico y autopartes no supera el porcentaje antes mencionado.

Rodríguez Aparicio tiene una relación de larga data tanto industrial como profesional con Brasil. Importa café que luego industrializa en la Argentina y tiene radicado un estudio contable y consultoría en San Pablo. La Cámara que preside está organizando la Semana de la Argentina en San Pablo juntamente con la Cancillería.

Asimetrías

El empresario sostiene que existen asimetrías que “son inmodificables, por ejemplo, de mercado. “No es igual producir sábanas para 190 millones de habitantes que para 40 millones. ¿Cómo se resuelve esto? Con negociación y participación de los empresarios, pero no somos ni convocados ni consultados”, informa. Grafica lo dicho con el viaje que concretaron los ministros nacionales Jorge Taiana, Débora Giorgi y Carlos Fernández a Brasilea, por las autorizaciones automáticas y no automáticas de importaciones y exportaciones, en el que no llevaron empresarios ni hicieron consultas.

“¿Cómo vemos que la Argentina pueda resolver estas restricciones de mercado? Bueno, hay toda una serie de medidas que debemos tomar internamente en el país: acceso al crédito, facilidad en el pago de los impuestos y, fundamentalmente, la seguridad jurídica. Lo peor que nos puede ocurrir es que se cambien las reglas de juego y esto ocurre con frecuencia”, indica.

Rodríguez Varela dice que se pasan muchas horas/hombre para estudiar normativas “y, cuando las tenemos, las vuelven a cambiar”.

En tanto, explica qué ha ocurrido del lado de Brasil cuando la crisis comenzó a golpear en una medida mucho mayor que la esperada. “Cuando ello comenzó a suceder, el presidente Lula convocó a todas las cabezas de las grandes empresas y de las entidades que nuclean a los empresarios y pidió a los gobernadores que hicieran lo mismo en sus respectivos Estados, a fin de considerar qué medidas tomar”.

Como resultado, Rodríguez Aparicio sostiene que se dispuso que la industria automotriz quedara exenta del Impuesto a la Producción Industrial (IPI); se modificaron para abajo las tablas del Impuesto a las Rentas para las Personas Físicas; se disminuyó la tasa que deben pagar las sociedades respecto del mismo tributo. Otras actividades también fueron eximidas de presión fiscal.

“En lugar de ir sólo a facilitar la compra de bienes por parte de los consumidores, que también se hizo, se fue al productor para que ese artículo saliera más barato al mercado. Pero —recalca— fundamentalmente los consultaron a los industriales”.

Políticas distintas

Al ser consultado sobre qué sectores nuestros, aun en esta crisis, están en mejores condiciones para su introducción en Brasil, respondió que “nuestra gran ventaja son los alimentos. Pero fíjese —dijo— que a las restricciones para exportar las pone Argentina, primero. Por eso Brasil buscó otros proveedores de trigo y de carnes”.

El entrevistado refiere algunas diferencias en las políticas. “Lula dice: el principal fertilizante para el productor agropecuario es que gane plata; cuanto más gane, más le conviene a Brasil” . Aclara a la periodista que, si estuviera en el vecino país, no lo votaría a Lula por razones ideológicas.

“En lugar de limitar las importaciones de arroz , Brasil —es un gran productor, consumidor y exportador de arroz y, frente a la demanda china, hizo que los precios en el mercado interno aumentasen— procuró incrementar la producción” , y refiere que Lula ha dicho que “jamás Brasil va a incumplir con sus acuerdos internacionales, vamos a eximir al productor de arroz para que triplique la producción”. “Y esto es lo que está ocurriendo”, continúa explicando.

Recuerda que lo mismo ocurre con el trigo. “Tradicionalmente, se cosechaban 800.000 toneladas anuales; en la actualidad, 5 ó 6 millones de toneladas, y para 2009, se va a duplicar la siembra”.

Al comentársele las declaraciones de Cristiano Ratazzi, CEO de Fiat Argentina, en Ámbito Financiero, quien dijo que el 80 % de la producción de autos de esa marca va a Brasil y que debía esperarse que le fuera bien para que la industria automotriz argentina se recuperara, Rodríguez Aparicio explicó que las terminales locales se fueron especializando en autos de mejor gama que los que fabrican las brasileñas.

“No tenemos un auto barato, desaparecieron el Fiat 600 y el Citroën. ¿Qué ocurre, entonces, con el mercado automotor o en el textil?¿ En qué estamos mejor posicionados que nuestros vecinos? En temas que hacen a la creatividad”, concluye.

Alimentos y creatividad, las ventajas de la Argentina

El Dr. Jorge Rodríguez Aparicio y Benito Correnti, en representación de la Cámara de Comercio Argentino-Brasileña y ADE, suscribieron un acuerdo de complementación para el intercambio.

Foto: Luis Cetraro

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ADEMÁS

La característica de una población exigente

Al destacar nuestras ventajas, Rodríguez Aparicio relata que tenemos poca población pero es muy exigente en su calidad de vida. “Aquí, el salario mínimo ya está rozando los 300 dólares, mientras que Brasil recién lo ha puesto en los 202 dólares. Un mercado exigente y la creatividad son las ventajas que tenemos. Nos peleamos por los zapatos brasileños o chinos que son de plástico, cuando poseemos los mejores cueros y diseñadores del mundo. Deberíamos tener zapatos que llevaran la marca de “calzado argentino’ ”. Igual ocurre con la ropa del hombre, la brasileña exhibe otro estilo, o con la industria marroquinera.

Indica que Brasil tiene una extendida industria marroquinera, pero los turistas brasileños vuelven a su país llenos de calzado nuestro, porque aquí los cueros y diseños son excelentes”.

Concluye diciendo que en el campo energético, informático, además de la biotecnología, Argentina puede tener un muy buen desarrollo.

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EL DATO

Valores de referencia

y licencias

Una de las diferencias surgidas fue con las licencias automáticas y las no automáticas para el comercio, que no deben demorarse más de 60 días. “La queja de los brasileños es que ese plazo se eterniza”, dice Rodríguez Aparicio.

“Aparecieron luego otras resoluciones de la Afip que son los valores de referencia. Este es el valor que el organismo considera que tiene el producto en la Argentina sobre el cual se aplica el impuesto. Desde el punto de vista técnico sirve para que no se subfacture o sobrefacture. En lo práctico, ¿cómo se resuelve? Dialogando y negociando”, refiere el empresario.