La mayoría de sus 16 víctimas eran mujeres
Duelo e interrogantes tras la
matanza en el colegio alemán
La policía confirmó que el autor de la masacre resultó herido y luego se suicidó.
AFP-EFE-Télam
Las banderas ondeaban a media asta hoy y Alemania trataba de comprender las razones que llevaron a un adolescente a matar ayer a 16 personas en Winnenden (sudoeste), antes de morir en un tiroteo con la policía luego de una sangrienta persecución.
En la pintoresca ciudad de Winnenden, a 20 km de Stuttgart, habían colocado velas y ramos de flores ante el colegio, cuyos ventanales fueron acribillados a balazos.
Un ex alumno de 17 años, Tim Kretschmer, irrumpió ayer a la mañana, matando a nueve estudiantes, ocho de las cuales eran chicas, y a tres docentes, con una pistola Beretta que recargaba incesantemente. Durante su fuga mató a otras cuatro personas, antes de suicidarse luego de un tiroteo con la policía. El adolescente había advertido sobre sus intenciones en un foro de discusión en Internet, informó hoy el ministro de Interior del Estado regional de Baden-Wurtemberg, Heribert Rech, en rueda de prensa. “Tengo armas aquí, mañana por la mañana iré a mi antigua escuela. Estoy harto, ya tengo suficiente de esta vida sin sentido, siempre lo mismo. Todos se ríen de mí y nadie reconoce mi potencial”, explicó el joven asesino.
Las palabras de Tim Kretschmer advirtiendo de la inminente masacre fueron registradas sobre las 2.45 del mismo día del crimen por un joven de Baviera, que no las tomó en serio en su momento y que, tras la masacre, avisó a la policía, dijo el ministro de Interior.
Añadió que el asesino utilizó una pistola automática que su padre guardaba en su dormitorio, así como más de 200 balas que tomó de uno de los dos armeros cerrados con una combinación que, según la policía, debía conocer.
Rech explicó que en el colegio de Albertville realizó un total de 60 disparos y otros nueve en el parque del hospital psiquiátrico en el que debía haber continuado su tratamiento y donde asesinó a un jardinero.
Otros 44 disparos fueron realizados por el joven al término de su fuga de 40 kilómetros en Wendlingen, donde mató a un vendedor de automóviles y su cliente.
El asesino se quitó la vida finalmente tras ser alcanzado en una pierna por un disparo de la policía, que lo acorraló en el estacionamiento de un centro comercial junto a una concesionaria de automóviles. Rech subrayó que era un experimentado tirador que acompañaba con frecuencia a su padre el club de tiro del que su progenitor era miembro.
Misa
Anoche, más de 1.000 personas participaron en una misa en la iglesia local, mientras un equipo de psicólogos se instalaba en la ciudad para ayudar a los traumatizados habitantes.
Un solo título atravesaba la portada del diario local, el Winnender Zeitung: “¿Por qué?”.
La misma pregunta se planteaban todos los habitantes de esta próspera ciudad de 27.000 habitantes, en una región de pleno empleo, conocida por su amor al trabajo, el orden y la limpieza.
La policía estudia si el padre del joven debe ser acusado. Éste poseía legalmente unas 15 armas. Salvo una de ellas, todas las otras estaban guardadas bajo llave.
Pero el arma del crimen y las municiones eran accesibles al joven que, según los medios, se había iniciado en su utilización en el club de tiro de su padre. Los investigadores también se apoderaron de la computadora del asesino. “Hemos examinado su computadora y encontramos juegos de video típicos de este tipo de locos, incluyendo el juego Counter Strike”, indicó Ralf Michelfelder, un responsable de la policía local. Se anunció una conferencia de prensa, en la que la policía tiene intenciones de presentar los primeros elementos sobre las motivaciones del joven.