Son los que han perdido sus casas embargadas para pagar deudas
La crisis obliga a miles de familias norteamericanas a vivir en carpas
Aproximadamente 1,5 millón de niños en EE.UU. no tienen vivienda, cifra que aumentó rápidamente en los últimos meses.
La tent city de Sacramento, la capital del Estado de California, ha pasado a ser el símbolo de las miles de familias que sufren la recesión y la crisis inmobiliaria en EE.UU.
Foto: AGENCIA AFP
EFE-Télam-AFP
Hasta hace poco eran trabajadores de clase media que vivían en casas con jardín, pero la recesión está empujando a miles de familias en Estados Unidos a lo inimaginable: vivir en tiendas de campaña o moteles baratos de ruta.
En Sacramento, capital del Estado de California y una de las zonas del país donde la crisis inmobiliaria ha golpeado con más fuerza, un campamento para gente sin hogar alberga ya a cientos de personas y crece a un ritmo de unos 50 nuevos residentes diarios.
Este asentamiento de tiendas de campaña sin servicios de ningún tipo ha atraído la atención de la prensa y de las ONG’s, que alertan acerca de las malas condiciones higiénicas y del riesgo de que enfermedades como el cólera empiecen a propagarse.
Los residentes de la tent city, como se conoce en EE.UU. a estos campamentos, no son sólo vagabundos alcohólicos, sino también numerosas familias con niños, cuyos miembros adultos han perdido sus trabajos y sus casas por no poder afrontar los pagos de la hipoteca.
“Hay entre 300 y 400 personas viviendo aquí, es difícil decirlo con exactitud porque su número crece cada día”, dijo un portavoz de la organización humanitaria Loaves and Fishes, que atiende las necesidades de la gente sin hogar.
“Estamos preocupados por las condiciones sanitarias”, añadió. “No hay saneamientos, no hay agua, sólo cubos de basura”.
Su organización apoya la propuesta del alcalde de Sacramento, Kevin Johnson, de convertir el campamento en un asentamiento permanente. “Si no se les puede dar a estas personas una casa, que al menos tengan un sitio para vivir con los servicios adecuados”, dijo.
Símbolo de la recesión
La ayuda en alimentos de algunas ONG’s a los sin hogar reemplaza el trabajo de asistencia que el Estado aún no ha podido solucionar.
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Johnson, una antigua estrella del equipo de baloncesto Phoenix Suns, ha conseguido atraer la atención de los medios de comunicación hacia la tent city de Sacramento que, aunque no es la única del país, se ha convertido en un símbolo de la recesión.
“Durante años hemos intentado meter a los “sin techo’ debajo de la alfombra”, reconoció Johnson en una entrevista esta semana. “Nos hemos apoyado en los buenos samaritanos y en las ONG’s, pero ahora el problema nos supera”.
Johnson ha propuesto crear un asentamiento permanente para estas familias con la ayuda de parte de los 2.300 millones de dólares (1.779 millones de euros) que el programa de estímulo económico del presidente Obama dedica a resolver los problemas de la gente sin hogar.
La organización Loaves and Fishes denuncia que el número de personas sin casa ha crecido en la región un 26 por ciento en el último año y que se están encontrando con familias en situaciones dramáticas.
“Tenemos mucha gente viviendo en coches, comprando grandes cajas de mudanzas y viviendo en ellas”, dijo Joan Burke, una de las responsables de Loaves and Fishes, al diario The New York Times. “Están haciendo todo lo que pueden con tal de poner un techo sobre su cabeza”.
Según una encuesta del Centro Nacional Para Familias sin Hogar, aproximadamente 1,5 millones de niños en EE.UU., uno de cada 50, carecen de vivienda, pero la propia organización reconoce que las cifras están desfasadas.
“Estos números crecerán a medida que las ejecuciones de (embargos de) casas sigan aumentando”, dijo Ellen Bassuk, presidenta del centro, en un comunicado.
En moteles
Los sin hogar. Familias enteras han tenido que abandonar sus casas y viven amontonados entre sus pertenencias en moteles baratos, a la vera de las rutas.
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En Orange County, al sur de California, los medios han alertado de un triste fenómeno: cada vez más familias viven en habitaciones de motel durante meses o, incluso, años, tras perder sus hogares o trabajos.
La zona es conocida por los altos precios de los alquileres, la escasez de viviendas subsidiadas por el Estado y la abundancia de moteles vacíos que en otros tiempos alojaron a los turistas de Disneylandia.
En sus habitaciones viven hoy, según las organizaciones humanitarias de la zona, más de mil familias, que pagan en torno a 800 dólares (618 euros) semanales por el alojamiento pero que no tienen ahorros para afrontar el depósito de un alquiler ni acceso a créditos para la compra de una casa.