RECUERDOS Y HUELLAS. “Creo que mis padres se dieron cuenta que el jazz me llamaba mucho la atención, y además de escuchar la música en casa de muy pequeño empecé a ir a conciertos. Así vi en vivo a las grandes figuras del jazz como Chet Baker, a quien conocí a los seis años, hipnotizado; incluso tengo una foto en casa de ese concierto. También vi tocar a Miles Davis y a muchísimos de los que hoy son grandes”.

POLIVALENTE. “Hoy tienes que ser polivalente porque está complicado, creo que en todas partes. Así es que doy clases, toqué mucho -ahora no tanto-, y me he ido orientando a la composición para big band y a la producción audiovisual para apoyar mi parte artística, que es la composición”.

EL SECRETO. “No hay secreto; el único es trabajar. No hay una receta mágica, ni la inspiración tampoco creo que exista; es una búsqueda en la que se descartan muchas posibilidades que muchas veces guardas en un cuaderno para usar otro día. Incluso hay veces en que no pasa nada y crees que has perdido el tiempo, pero no es así: descartaste muchas ideas que no te van bien en este momento pero que más adelante van a funcionar”.

LA BÚSQUEDA. “Componer es algo que apasiona, una relación de placer y sufrimiento; una búsqueda racional y sensitiva que requiere conocimientos musicales, cuantos más, mejor; y escuchar mucha música, leer muchas partituras de música que te guste y sacar a ver cómo lo han hecho, develar su “secreto’. Después hay un proceso emocional en el que te dejas llevar por tu fantasía, a ver qué sale. El compositor va en busca de una geometría, de unas proporciones que ya están allí, y lo único que hace es ir a buscarlas. Para mí es así, porque cada frase musical tiene un significado abstracto que se rige por un código propio que necesita respirar, que tiene una jerarquía de notas en que unas se atraen hacia otras. Componer es respetar esa normativa e intentar hacer tu versión, buscar tu propia voz que es lo más difícil que hay en arte, en cualquier disciplina”.

LA PROPIA VOZ. “Creo que nunca no se crea algo nuevo, sino que se añade una pequeña pincelada a lo que te ha precedido. Buscar la propia voz es buscar una pequeña diferencia con lo que hay, nada más. Es muy humilde y muy discreto, pero cuando alguien te oiga, si sabe un poco de música te va a identificar, que es lo que les pasa a los grandes. Es lo que pasa con Chet Baker o Miles Davis: al escuchar una nota sabes que son ellos. Esa es la búsqueda, como intérprete o compositor”.

PELOS DE PUNTA. “En los conciertos me fijo en muchas cosas. Para un músico es complicado disfrutar de la música o despegarse de su conocimiento para simplemente oír, pero intento lograrlo. A veces trato de cerrar los ojos y ver qué pasa, ver si se me ponen los pelos de punta, que al fin y al cabo de eso se trata. No es un placer hedonista; creo que el arte es el único sitio donde uno se puede retraer, uno de los pocos sitios donde uno se puede refugiar. La música puede ser un entretenimiento, pero va más allá: brinda estructuras que te ayudan a vivir, que ya es mucho”.

así soy yo

JAZZERO

Carles es ejecutante de saxos soprano, alto, tenor y piano, y compositor de vasta trayectoria académica y artística.

DÍA A DÍA

“Me dedico a la composición unas cuatro o cinco horas diarias. También dicto clases de música y trabajo en producciones audiovisuales en free lance. Nadie es profeta en su tierra, y de pronto resulta más fácil hacer iniciativas fuera que en mi propio país. Es así en todos lados, hay que adaptarse y bueno, aquí estamos”.

12º FESTIVAL DE JAZZ

Su presencia en Santa Fe es una gestión de larga data: en 2004 la Santa Fe Jazz Ensamble tocó uno de sus temas en el Festival que hoy lo convoca. De Santa Fe “sólo conocía el Ensamble y que hay una orquesta, pero al llegar noté que la música ocupa aquí un lugar importante: hay un movimiento grande que denota interés de la gente y deja entrever un futuro promisorio”.