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Cómo sobrevivir al comienzo de clases

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Empezar las clases es una oportunidad de fortalecer la relación de la familia con la escuela. 

 

Las especialistas Alejandra Scialabba y Tamara Vinacur, autoras del libro “Qué escuela quiero para mi hijo”, proponen reglas básicas para los papás en el comienzo del ciclo escolar.FUENTE. COLOMBO PASHKUS. FOTO. EL LITORAL.

El inicio del ciclo lectivo, particularmente cuando se trata de un nuevo nivel de enseñanza (empezar la primaria, la secundaria, ni que hablar cuando se trata del inicio del jardín de infantes) despierta mucha ansiedad no sólo en los chicos, sino también en los padres. Pero “empezar” las clases representa a su vez una oportunidad: la de fortalecer la relación de la familia con la escuela.

Alejandra Scialabba y Tamara Vinacur, fundadoras de la consultora en educación Diéresis y autoras del libro “Que escuela quiero para mi hijo”, dan algunos tips para tener en cuenta en las distintas etapas del año escolar:

En primer lugar, resulta conveniente establecer una rutina, tal como acordar un horario para irse a dormir y despertarse para cumplir con las horas de sueño necesarias y fijar una práctica que ofrezca seguridad a los chicos.

Para los chicos que tendrán que viajar solos por primera vez, resulta útil practicar el viaje en colectivo o en subte con ellos, de forma tal que se vayan familiarizando con el recorrido y conociendo algunas cuestiones vinculadas a su seguridad.

El establecimiento de una rutina supone también que, de a poco, los chicos se acostumbren a preparar la ropa, los materiales y la mochila la noche anterior. Esto permite que tengan que “correr menos” la mañana siguiente.

ANTE EL CAMBIO DE COLEGIO

Es importante alentar a que los chicos compartan sus ansiedades, expectativas y temores frente al primer día en un lugar distinto. Explicarles, particularmente si se trata del inicio del jardín de infantes o primeros grados de primaria a dónde van a ir, qué es lo que van a hacer y por cuánto tiempo; responder preguntas que puedan generar temores acerca de cómo será ese primer día en la escuela o jardín nuevo; y enfatizar las cosas que van a realizar y que pueden disfrutar.

Resulta conveniente que el primer día de clases no sea el primer momento en que el chico conoce la escuela. En la medida en que sea posible, sería bueno que conociera también al directivo y a algún docente. Si fuera posible, resulta conveniente que conozca a algún compañero antes de empezar.

Al finalizar ese primer día es necesario dar lugar a que los chicos cuenten sobre lo que pasó en la escuela; escucharlos e interesarse por eso es un modo de demostrar que como padres lo acompañan, entienden, y sostienen de algún modo frente a las distintas situaciones que transita.

Pero una vez que se produce el ingreso a la educación formal es tarea de los padres seguir acompañando a la institución educativa elegida y a los chicos, apoyándolos, estimulándolos, desafiándolos y dándoles una formación integral que excede los limites de la institución educativa en la cual los inscriben.

UNA ALIANZA NECESARIA

Las familias forman parte de la construcción del vínculo escuela-familia. No se trata de una política de la institución en relación a los padres de sus alumnos, ni de una característica de una comunidad que la escuela deba aceptar como dato de partida. Como toda relación, se construye con cuidado, con paciencia y con algunas reglas claras. Un buen modo de entender la relación entre la escuela y las familias es, entonces, comprender los beneficios, los derechos y las obligaciones de cada uno. El periodo de inicio es una instancia de fundación en esta alianza y es por ello que merece atención especial.

En ese sentido, y para poder fortalecer la tarea de la escuela durante el año, es útil identificar qué esperan las escuelas de los padres. Esto podría resumirse en los siguientes puntos: apoyo en las exigencias rutinarias como cumplir con aspectos formales tales como la presentación personal, asistencia y puntualidad, cumplimento con materiales pedidos, asistencia a reuniones de padres; apoyo en el trabajo escolar diario y, para ello, reforzar los contenidos trabajados en clase, proveer diversidad de materiales de consulta, cumplir con las tareas y fomentar hábitos de estudio; y finalmente apoyo emocional y afectivo a través de una buena comunicación y desde el afecto, el juego y las actividades compartidas.

ACOMPAÑAMIENTO

Algunas cuestiones concretas en las que se pone de manifiesto el apoyo de la familia a la escuela elegida pueden ser las siguientes: establecer hábitos de estudio y para ello buscar lugar y ámbito adecuados, revisar cuadernos y tareas diariamente, y acompañarlos cuando presenten dificultades; fomentar la responsabilidad y la autonomía, sin hacer las cosas por ellos ni controlar excesivamente sus acciones; permitirles equivocarse para aprender de los errores.

Es importante evitar que falten al colegio por razones injustificadas; mantener informado al colegio de cualquier cambio que pueda afectar su desempeño escolar; asistir a reuniones y actividades convocadas por la institución; mantener un dialogo fluido con docentes y directivos para conocer novedades en la educación de sus hijos, y proveer un ambiente familiar cálido y de apoyo. Por último, es necesario asegurar que su hijo duerma las horas adecuadas, que coma de manera balanceada, que concurra al colegio en horario y lleve los materiales necesarios.