DE RAÍCES Y ABUELOS

COMUNICATE: a los teléfonos 4502544/60 o al e-mail [email protected] o por carta a Rivadavia 3535 y publicamos tu historia sin cargo.

Santafesina destacada, de origen piemontés

1.jpg

los Crolla son oriundos del pueblo de cressa.

 
 

La Prof. Adriana Crolla fue galardonada por su trabajo en relación a la cultura del Piemonte. Es la tercera vez que el Centro Piemontés de Santa Fe presenta un candidato y es distinguido.Textos de Mariana Rivera.

“El premio que me otorgó la Federación de Asociaciones Piemontesas de la Argentina va más allá de lo que significa en sí como mujer de origen piemontés, sino que lo siento como un reconocimiento a mi profesión como profesora de letras”, aseguró agradecida la Prof. Adriana Crolla, quien a fines del año pasado recibió esta distinción.

En realidad, el galardón fue entregado en la 35º Fiesta del Piemonte de Santa Fe a directivos del Centro Piemontés, institución que la propuso como candidata para este premio en el que participan entidades de ese origen de todo el país, ya que ella se encontraba en Génova, Italia, participando del Congreso sobre Emigración y Migración Europea.

Según comentó, “para mí es un reconocimiento que va más allá de la colaboración que presto desde hace más de 15 años en la institución, siempre ayudando en la comisión directiva en cargos menores porque no puedo destinarle mucho tiempo. Es un centro que fui aprendiendo a querer, al igual que mi italianidad”.

Reconoce que “nunca se me había ocurrido en mi vida ponerme a estudiar italiano”, ya que “mi modelo de lengua y de cultura era el francés”, pero su desempeño profesional en la Universidad Nacional del Litoral requirió que comenzara a indagar en este idioma. “Entré a trabajar en una cátedra donde también se enseñaba la Literatura italiana y sentí la necesidad -por una cuestión de ética profesional- de aprender al menos la fonética italiana para leer un poema. Eso me fue llevando a continuar los estudios”, recordó.

A partir de allí, todo en su vida comenzó a estar conectado con el italiano: en 1985 participó en un Encuentro de Profesores de Literatura Italiana, de donde surgió la Asociación Nacional de Profesores de Literatura Italiana, y en 1989 obtuvo una beca en la Universidad para Extranjeros de Perugia, Italia.

En este sentido, Crolla admitió que “fue una experiencia tan maravillosa; fue tanto lo que recibí y descubrí de la cultura italiana que fue un despertar. Paralelamente, esto me llevó a empezar a indagar en mis orígenes y a obtener la doble ciudadanía”.

Ana, un ejemplo

Consultada en relación con sus orígenes familiares, la Prof. Crolla aclaró que “no tenía mucha seguridad del lugar de dónde provenían mis ancestros y mandé varias cartas a la comuna de Cressa, en la provincia de Novara, en el Piemonte. Me enviaron la partida de nacimiento de mi bisabuelo, Giulio Crolla. Él vino a los 11 años con sus padres (Giovanni Crolla y Maria Ferri) y con una niña que, según me contaba mi papá, aparentemente era una huérfana o alguien de la familia pero que no tenía el mismo apellido, que después se terminó casando con mi bisabuelo”.

Y continuó: “Vivieron siempre en Ascochinga, cerca de Monte Vera, dedicados al trabajo de campo. Pero en mi casa nunca se escuchó el italiano. Mi abuela paterna, Ana, que fue con la que más contacto tuve, sabía el italiano o el dialecto porque su madre había venido de Italia pero no recuerdo que ella me hablara en ese idioma. Pero me acuerdo de algunas palabras o frases en italiano. seguramente fue ella la que, sin ser letrada (ya que había llegado al segundo grado), era una gran lectora y subliminalmente, me transmitió la herencia intelectual. En mi casa, mi familia estaba dedicada al campo o a la mecánica (mi papá era tornero), y no había libros (yo fui armando la biblioteca)”.

En este punto, destacó el rol de su abuela Ana en su familia, a quien definió como “una intelectual y una feminista sin declarar”: “Fue la que luchó; para mí fue un modelo en la familia porque se opuso a su marido, quien no quería que sus hijos estudiaran y por ese motivo se separó. Fue un gesto de rebeldía femenino que mi abuelo no pudo soportar. Ella logró, vendiendo huevos y criando gallinas, juntar las moneditas para pagar el tren para que mi papá y mi tío pudieran venir a Santa Fe a estudiar”.

Mi papá -precisó- era el mayor, era muy inteligente y con una gran curiosidad. Quería estudiar, salir del campo, quería llegar a ingeniero pero llegó a tornero. Mi padre y mi abuela fueron las personas que permitieron que desarrollara ésto que en mí era innato.

Crolla también comentó que “mi bisabuelo Giulio nació en Cressa el 27 de septiembre de 1877 y se casó con María Rocca, aquella huérfana que mis tatarabuelos trajeron siendo niña. La familia Crolla se completaba con una hija más y llegaron a Campo Crespo cuando Giulio tenía 11 años. De sus hijos, el mayor fue mi abuelo Vicente, quien se radicó en Ascochinga cuando se casó con mi abuela, Ana Carolina Baraggia (hija de una italiana viuda, que vino con sus hijos sola desde Novara). Giovanni Crolla y Giulio Crolla nacieron en Cressa, provincia de Novara. Piemonte y seguramente se cumplió con ellos el fenómeno de las redes inmigratorias”.

Costumbres de época

La Prof. Crolla también habló de una costumbre muy típica de las mujeres del campo: venir a la ciudad a “hacer sociales”. “Mi abuela Ana venía de visita a mi casa; era la famosa visita de las mujeres de aquella época, cuando todas las mujeres de esa generación que vivían en el campo venían al hospital Italiano, como excusa para venir a la ciudad. Se hacían atender pero era como un paseo para ellas. Además, como el hospital tenía tanto movimiento, seguramente alguien de la campaña estaba internado y entonces también aprovechaban para venir a visitarlo. era un lugar de visita social, de encuentro, al igual que el cementerio”.

Y concluyó: “Hoy en día me identifico con este pasado. Cada vez que voy a Italia quiero creer que mis ancestros están pudiendo volver a esa tierra que dejaron con mucho entusiasmo y, seguramente, con mucho dolor. No hay nombres notables en mi familia sino gente de trabajo, gente como mi abuela -que nació acá- que se ha sabido mantener y salir adelante. Creo que hay un fervor que se mantuvo latente y eso lo viví en forma particular cuando logré llegar a Cressa, en 1998”.

Afecto recibido

Por último, Adriana Crolla advirtió que “en Cressa ya no había familias colaterales con mi apellido pero en Pogno, a 10 kilómetros, conocí al tío Romano, hoy ya fallecido, quien cuando me vio me dijo “Tu sei Crolla’ (sos Crolla), y me sentí inmediatamente incorporada a esta familia. Anna Maria, su sobrina, muy parecida a mí en semblante, me mostró los estudios genealógicos que había hecho, constatando que su familia había vivido allí desde el siglo XIV. Entre sus ancestros hay un Vincenzo, quien podría ser el padre de mi tatarabuelo, pero que -al radicarse en Cressa cuando se casó con una Mattioli- canceló el contacto con su familia de origen. Todo lo cual me hace presumir que pertenecemos a la rama familiar de estos Crolla que con tanto afecto me recibieran.

Y agregó algo que le da mucho orgullo: “Ya grande, mi papá Norberto, quiso que le enseñara italiano. El entusiasmo y amor que ponía mi papá por aprender la lengua del país de origen de sus mayores colaboró en detener un poco el espantoso Alzheimer que terminó anulando su inmensa sabiduría y fuerza interior”.

2.jpg

Fotografía de la familia de Giovanni Crolla y María Rocca.

4.jpg

Integrantes de la comisión directiva del Centro Piemontés de Santa Fe.

Múltiples aportes

El currículum vitae de la Prof. Adriana Crolla es muy extenso pero podríamos sintetizarlo mencionando que -a partir de que comenzó a incursionar en el idioma italiano- en la UNL propuso dictar un curso de extensión de lengua italiana, con su colega Zunilda Manabella, y ambas tuvieron a su cargo la organización del Profesorado de Italiano en Paraná.

A principios de los ‘90 estuvo entre los organizadores del Congreso de la Asociación Nacional de Profesores de Italiano y como una de las fundadoras de la Asociación Regional de Docentes de Italiano de Santa Fe y Entre Ríos. “De esta manera me fui definiendo hacia la literatura italiana, hacia algunos grandes amores, entre los que está el Dante Alighieri, además de otros escritores del siglo XX como Italo Calvino”, resumió.

Además de su desempeño como docente, entre sus últimos emprendimientos se cuenta la creación del Portal de la Memoria Gringa (www.fhuc.unl.edu.ar/portalgringo), iniciativa de docentes e investigadores de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral, entre otros colaboradores, que cuenta con el apoyo de la Dirección de Cultura de esa casa de altos estudios.

3.jpg

la premiada contó sobre su origen.