EDITORIAL

Indefensión de las Fuerzas Armadas

Las Fuerzas Armadas de la Argentina deberán redoblar, en 2009, su control de gastos. La línea política que baja con esa orden, ya ha sido trasmitida por la ministra del área, Nilda Garré, a los altos mandos de Ejército, Marina y Fuerza Aérea.

Por medio, está la crisis global y sus primeros impactos en la Argentina, que llevan a las autoridades nacionales a priorizar el aparato productivo y la estabilidad social. Así formulada, la decisión de controlar los recursos en las FF.AA. suena correcta, aunque restaría ver qué otros esfuerzos se realizan para cortar gasto público en un año electoral.

Al margen de tal duda, es necesario no perder de vista que, desde 2003 a la fecha, las instituciones militares han sido objeto de una permanente desvalorización, en aras de profundizar la despolitización de los cuadros de comando, tornarlos a un régimen estrictamente profesional y alinearlos detrás de la Constitución y el poder civil.

Ese proceso de readecuación, sin embargo, ha llevado a que la cuestión militar se transforme en un tema políticamente incorrecto para la ideología dominante- al que sólo se refieren aquellos que añoran los años del terrorismo de Estado. Y no es así.

Las Fuerzas Armadas son parte constitutiva del Estado y, hoy por hoy, todos los especialistas en temas militares coinciden en que se encuentran limitadas y próximas a un estado de indefensión.

De acuerdo con los últimos datos disponibles un informe del Centro Nueva Mayoría, que dirige Rosendo Fraga- las FF.AA. tuvieron en 2008 un presupuesto de 2.830 millones de dólares que representaron 0,87 % del PBI. En 2007, ese gasto significaba 0,92 % del producto. Las cifras de la Argentina son las más bajas de la región, cuyos países, en promedio, destinaron 1,77 % del PBI a gastos de defensa.

En el caso argentino, el 72,79 % del presupuesto se gasta en personal (incluyendo prestaciones previsionales), 24,06 % en bienes y servicios y 2,9 % en inversiones. En este último ítem se cuenta la adquisición de equipo militar. Como referencia, e independientemente de su volumen en dinero, Chile destina 24,6 % de su presupuesto en Defensa a esas adquisiciones, Brasil 9,07 % y Ecuador, 7,55 por ciento.

Toda la región se está reequipando en el plano militar, debiéndose establecer diferencias entre quienes han decidido mantener su capacidad operacional, quienes no la consideran una prioridad nacional, y quienes claramente la están aumentando (por ejemplo, Venezuela).

Podría entenderse que la Argentina se encuentra en el segundo grupo. Sin embargo, su adhesión a la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y su participación en el Consejo de Defensa Sudamericano, indicarían lo contrario.

En ese ámbito, la visión estratégica, liderada por Brasil, es prepararse para defender los recursos naturales de la región, entre otros, la minería, la Amazonia, el petróleo y el agua. ¿Cómo se sumará la Argentina a ese proyecto de defensa? ¿Alentando, con incendiarios discursos de barricada, a quienes tengan que combatir?

¿Cómo se sumará la Argentina al proyecto de defensa de los recursos naturales que promueve Brasil en el subcontinente?