LILIA SALSANO
“No es fácil para un pianista
crecer en nuestro país”
La joven santafesina, ganadora del concurso anual del Centro de Estudios Pianísticos de nuestro país, habló de su viaje al Viejo Mundo, de la lucha de las ansiedades y los méritos, y de la difícil realidad de los pianistas de nuestro país.
Florencia Arri
“Estoy chocha -atinó a decir, con un dejo de vergüenza-. Había músicos que tocaban muy bien pero en los concursos, cuando todos tienen un mismo nivel, ganar es una lotería”, arrojó Lilia Salsano.
Quizás sea la misma humildad de sus palabras la que confiere a su piano una expresividad única, aquella que hizo a esta joven santafesina la ganadora del concurso anual que organiza el Centro de Estudios Pianísticos (CEP) de nuestro país.
El certamen, que contó con la participación de músicos destacados de todo el territorio argentino, la premió con una gira de conciertos por diversos países europeos, donde también participará de clases magistrales con el destacado maestro polaco Andzej Jasinski, único maestro del excepcional pianista polaco Krystian Zimerman y a quien Lilia calificó como “sublime”.
Así, el viernes 24, Lilia partirá a cumplir un sueño: sus manos darán vida a pianos de España, Bélgica e Italia, donde interpretará obras de compositores argentinos en conciertos gestionados por el CEP, entidad que “cubrirá todos los gastos, desde el viaje y la estadía hasta conciertos pagos... será como vivir una irrealidad”. Es que, a sus ojos, la experiencia será especial no sólo por la cantidad de presentaciones sino porque “será la primera vez -aun para un talento como el suyo- que alguien me gestione un cronograma de conciertos pagos”.
Sucede que, a pesar de sus méritos, “a menudo tengo la sensación de estar siempre empezando de cero... no es fácil para un pianista crecer en nuestro país. En lo personal, gracias a Dios no me ha ido mal: logré conectarme con Buenos Aires y en Santa Fe tengo mi circuito, pero no es fácil, expresó. Estudiar un instrumento musical implica mucho sacrificio... pero a veces esto no se reproduce en oportunidades que se esperan, y muchos talentos dejan caer los brazos”.
Materia sensible
Esta joven de 29 años es la tercera generación de una familia de mujeres pianistas: Elda Ricci de Vieri, su abuela, y Lilia Vieri de Salsano, su mamá. De ellas heredó igual esencia y sueño: “poder hacer música, poder vivir sobre el piano”. Es Profesora Nacional Superior de Piano egresada del Instituto Superior de Música de la Universidad Nacional del Litoral; y como ellas halló en la docencia un medio de vida: hoy es docente del Profesorado de Piano del Liceo Municipal Antonio Fuentes del Arco, donde desde hace cuatro años también es titular de la cátedra de Piano en el Profesorado y la Capacitación Profesional del Liceo Municipal.
En estas facetas, Lilia encontró “una salida laboral que me encanta y no me cuesta, pero conozco gente a quien no le ha quedado otra alternativa a pesar de que no es lo suyo, porque hay etapas en que se generan muchos conciertos y es necesario tener algo de qué vivir”.
“Me pasa también como profesora: tengo un grupo de alumnos avanzados que ya están estudiando en Buenos Aires y buscan oportunidades para progresar que muchas veces no llegan. Me gustaría que puedan tener sus circuitos de conciertos, posibilidades de tocar”, contó. La experiencia cultivada en escenarios de todo el país y del mundo la llevaron a agregar que “estoy convencida de que en Santa Fe hay público para la música clásica porque siempre veo mucha gente en los conciertos, personas que se expresan en aplausos efusivos porque tienen esa sensibilidad... Pero en el plano de las instituciones no se suelen promueven este tipo de conciertos”.
Acallar la ansiedad
A la hora de evaluar su recorrido, Lilia reconoció en sus propios pasos el mérito del estudio pero también “la suerte, porque la gente que me escuchó me dio una mano”. Fiel a sus pares, expresó que “hay mucha gente joven, muy talentosa que suele quedar en el camino por estos obstáculos que los llevan a bajar los brazos... Más aún músicos del interior que, a pesar de los propios prejuicios, solemos sorprender en Buenos Aires porque es esa misma idiosincrasia la que nos da otra sensibilidad. Los músicos del interior le ponemos mucho cariño a lo que hacemos. No es que no haya excepciones en Buenos Aires, pero conozco pianistas increíbles de diferentes provincias, dueños de una gran sensibilidad que es lo que emociona, el arte que transmiten como seres humanos”.
Para aquellos que, como ella, se debaten entre el reconocimiento y los tropiezos cotidianos de una vida de esfuerzos, Lilia confesó que esta dualidad se sobrelleva “desde adentro. Se vive con mucha ansiedad el poder tener cierto éxito en el camino que se emprende, y esa ansiedad a veces lleva a que nos miremos desde afuera. Creo que lo más importante es plantearse uno, desde sí mismo, si está haciendo lo que le gusta; si es lo que nos llena como seres humanos. Lo importante es crecer en ello y no estar a la expectativa. Las cosas llegan solas si nos dejamos abatir por cuestiones ajenas. Hay que acallar la ansiedad; lo importate es hacer lo que nos gusta; creo que por ahí pasa la cosa”.