Será la primera visita del presidente norteamericano a América Latina

Obama viaja a México y a la Cumbre

de las Américas a reparar vínculos

Buscará mostrar a su país atento a los problemas de seguridad, gobernabilidad, energía, medio ambiente y pobreza de los países de la región.


 

 

Obama viaja a México y a la Cumbre de las Américas a reparar vínculos

Al menos 3.200 policías de la ciudad de México están destinados para el operativo de seguridad en torno a la visita mañana de Obama, quien se moverá en un reducido radio entre el hotel en el que se alojará en el exclusivo barrio de Polanco y la residencia presidencial de Los Pinos.

Foto: AGENCIA AFP

[email protected]

AFP-EFE-Télam

El presidente Barack Obama emprende mañana su primer viaje hacia América Latina, que lo llevará a México y a la Cumbre de las Américas en Trinidad, con una renovada postura de Washington con la que buscará recomponer las relaciones con la región.

Desde su llegada al poder el 20 de enero, Obama se ha desmarcado de las políticas de su antecesor, George W. Bush, cuyos ocho años de gobierno se caracterizaron por la escasa atención prestada a América Latina.

Obama llegará a la cumbre, su debut ante sus colegas de la región, con “espíritu de igualdad” para oír las preocupaciones de los mandatarios del continente, y sin ideas preconcebidas ni pretensión de “imponer” políticas, según el consejero de la Casa Blanca para ese foro, Jeffrey Davidow.

Durante la V Cumbre de las Américas, del viernes al domingo en Puerto España, Obama intentará revertir “la percepción que viene del sur de que en años recientes Estados Unidos ha volteado su atención hacia otro lado”, subrayó Davidow.

Obama buscará en Trinidad mostrar el compromiso de su país de avanzar junto a los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) en temas como seguridad, gobernabilidad, energía, medio ambiente y reducción de la pobreza.

Asimismo, reiterará a sus colegas que su país está tomando pasos firmes para revertir la crisis económica, que ha golpeado a la región, sobre todo a los países más dependientes de Estados Unidos, como México, los centroamericanos y caribeños, estimó Peter Deshazo, director para las Américas del Center for Strategic and International Studies en Washington.

Embargo a Cuba

Pero Obama no se salvará de una discusión sobre Cuba, sobre la que pesa un embargo comercial estadounidense de casi medio siglo.

Varios países de la región han mostrado su deseo de que el tema del embargo contra la isla comunista y su regreso a la OEA sea discutido en la cumbre.

La declaración final no menciona a Cuba y no se espera ningún añadido al respecto, según adelantó el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, pero el tema “surgirá de algún modo” en las discusiones de la cumbre, admitió Davidow.

No obstante, “sería desafortunado perder la oportunidad en este hemisferio (región) de acordar líneas de trabajo por la distracción de Cuba”, advirtió el funcionario estadounidense.

Obama, quien ha ofrecido diálogo al régimen castrista si da señales de avanzar hacia la democratización, levantó el lunes todas las restricciones vigentes desde hace tres décadas, a viajes y envío de remesas de cubanoestadounidenses hacia Cuba.

“Puerto España se convierte así en una buena oportunidad para abrir una nueva etapa en las relaciones interamericanas”, dijo recientemente Insulza, al recordar que ésta es la primera cumbre de este estilo “en que los 34 líderes participantes han sido elegidos democráticamente”.

Obama, que goza de gran popularidad en muchas partes del continente, llega a la cumbre tras una agitada labor diplomática.

El mandatario se comunicó telefónicamente con varios mandatarios de la región, recibió en la Casa Blanca al brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y su vicepresidente Joseph Biden se reunió en Chile con varios jefes de Estado sudamericanos y en Costa Rica con centroamericanos.

Esta semana, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, visitará República Dominicana y Haití antes de ir a Puerto España.

En México

Previo a la cumbre, Obama hará una escala en México, para conversar con el presidente Felipe Calderón y otros funcionarios, una visita que estará marcada por la creciente preocupación por el incremento de la violencia de los carteles mexicanos de la droga en la zona fronteriza.

Antes de una visita de Clinton a México a fines de marzo, cuando la funcionaria reconoció que el problema de la droga era compartido y ofreció mayor ayuda al vecino del sur, el gobierno de Obama anunció un plan para movilizar otros 360 agentes federales a la frontera, para concentrarse en el tráfico de drogas y de armas.

///

ADEMÁS

La guerra narco, una brasa ardiente

México recibirá mañana al presidente de EE.UU., Barack Obama, con la brasa ardiente de una guerra entre carteles de la droga en la frontera común, aunque el comercio y la inmigración también destacan en la agenda bilateral.

Obama desarrollará en México un breve programa de menos de 12 horas, pero antecedido por un intenso movimiento bilateral tras sonar las señales de alarma en Estados Unidos por el riesgo de que la confrontación entre carteles mexicanos se instale en su frontera.

Las secretarias de Estado, Hillary Clinton, y de Seguridad Interior, Janet Napolitano, visitaron México en marzo pasado como avanzada para acercar posiciones, que resultaron en el reconocimiento estadounidense de que la lucha contra el narcotráfico es una responsabilidad compartida.

El gobierno de México quiere que Washington se haga cargo de la parte que le toca: el abastecimiento de armas del crimen organizado en Estados Unidos, país que es a la vez el mayor mercado mundial de consumo de cocaína.

“El mayor poder dado al crimen organizado a través de las armas viene de Estados Unidos. Desde 2006 hemos decomisado 27.000 armas, entre las que hay desde lanzamisiles hasta 2.500 granadas, e incluso hemos encontrado uniformes y armas del Ejército estadounidense”, dijo el presidente Felipe Calderón en marzo pasado.

Hillary Clinton tomó nota del reclamo y admitió que “de Estados Unidos proviene el 90 % de las armas que usan los narcotraficantes en México”.

Dos días antes del inicio de la visita de Obama, el Ejército mexicano presentó ayer un arsenal de alto poder decomisado cerca de la frontera con Estados Unidos, compuesto hasta por una ametralladora antiaérea con capacidad para 800 disparos por minuto y que vulnera cualquier tipo de blindaje.

El arsenal confiscado es una muestra del alto poder de fuego que poseen las bandas de narcotraficantes, que además han escalado en los niveles de violencia con métodos como las decapitaciones, ejecuciones a mansalva y hasta cadáveres diluidos en ácido.

El gobierno de Calderón teme que sea en vano su estrategia de sacar a las calles a 36.000 militares para combatir el narcotráfico si no cuenta con un fuerte compromiso del lado estadounidense.

La guerra entre los cárteles de las drogas que se disputan el mercado local y el trasiego hacia Estados Unidos ha dejado 5.300 muertos en 2008 y más de 1.100 en lo que va de este año.

///

EL DATO

Los Kennedy en la memoria

Parece complicado que la visita de Obama desplace en la memoria de muchos mexicanos a la de John Fitzgerald Kennedy en 1960, cuando un millón de capitalinos salieron a las calles a recibirlo.

El mandatario asesinado pasó tres días en Ciudad de México junto a su cautivadora esposa, Jacqueline, y pronunció unas palabras que hoy en día Obama no puede repetir: “He cruzado la tranquila frontera que separa a nuestras dos naciones”.

El carisma de Kennedy, una figura que se ha utilizado a menudo para medir la popularidad de Obama, logró que su viaje oficial a México fuera el más recordado de los 29 que han realizado en total los jefes de la Casa Blanca.