Llegan cartas

Coherencia- congruencia

Por Ercilio J. M. Rudi.

Señores directores: Se podrá pensar que los adultos tenemos ahora las respuestas, pero no, ¡Ni por las tapas! ¿Los adultos aprendimos a decir/hacer lo que conviene? ¡No! Los adultos vivimos comiendo sapos. Una criatura seguro que comerá tierra de alguna maceta, y no es tan malo porque contiene nutrientes y algunas pequeñas dosis de bacterias nocivas en cantidad suficiente como para ir creando anticuerpos a modo de eficientes vacunas. Los adultos creemos que estamos de vuelta ¿De qué? Cada vez estamos más de ida, pero sin saber hacia dónde.

¿Será porque para pensar y obrar bien hay que lucir ambo-corbata y poner cara de yo-no-fui?

Yo también aprendí, no sé si para bien o para mal, que no hay cosa más seria que jugar respetando la ley de juego, comenzando por el juego supremo de construir la propia dignidad, sin claudicar jamás y sin temor a hacer el ridículo por morir en el intento. Se puede negociar con cualquier cosa, menos con la dignidad y se pueden tachar y reescribir mil documentos, pero ojo con la palabra empeñada, con ella no hay “liquid” que valga.

Usted se preguntará qué pretendo demostrar con esto, queriendo hablar de la coherencia- congruencia. Coherencia significa: Conexión entre varias cosas, mientras que congruencia: es sinónimo de conveniencia.

Bueno, ahora de onda le pregunto a usted: Me quiere decir, si es tan amable ¿Por quien debería votar yo en las próximas elecciones 2009?

Le pregunto porque en este asunto estoy medio desorientado. Yo siempre pensé que a los legisladores, a los ejecutivos y a toda esa gente que ahora vamos a elegir, los ponía el pueblo, para que en su representación trataran los dificilísimos asuntos de Estado que se les delegan. Pero parece que ellos no la entienden así, porque según leí en los periódicos algunos se trataron de traidores porque ¿primero está el partido? y otros ventilan algunas cuestiones que parecen más la conjugación del verbo roscar, que hacer los deberes para construir una sociedad mejor. Me pregunto ¿Qué tendrá que ver la política con una tarjeta de crédito? ¡No me querrán hacer creer que la política actual es de plástico!

En mi manía de jugar a pensar, no puedo entender dónde se conecta todo esto (cohere) para conveniencia (congruencia) de la comunidad toda, a la cual, aunque no lo parezca, pertenezco.

Si usted lo sabe y tiene un minuto, ¡avíseme! No se deje influenciar por las malas lenguas que dicen que no hay comedido que salga bien; yo soy ciudadano laburante como usted y se lo voy a agradecer sinceramente, no como algunas vacas empantanadas que mugen en el Parlamento.

Repito, estoy como “El Rasca”, entre aturdido, seco y malhumorado A su consecuencia, no se me ocurren cosas más productivas que manifestarme con estas ironías. Si usted la tiene clara; pero clara de verdad: ¡llame ya!