A 15 años de la muerte
Senna: entre la pasión y la leyenda
Su trágica muerte aconteció el 1º de mayo de 1994, mientras conducía el Williams en el GP de San Mariano. El paulista obtuvo tres coronas en la máxima categoría del mundo.
Restos. El Williams, destrozado, fue examinado decenas de veces. Se lo hizo para verificar y determinar las posibles causales de la rotura de la columna de dirección, entre otras.
foto: archivo el litoral
Daniel Monticelli
A manera de flash, las imágenes que nos quedaron de aquel luctuoso accidente que le costó la vida a Ayrton Senna, permanecen inalterables en la mente de los muchos que estábamos presenciando en directo aquel Gran Premio de San Mariano, disputado el recordado 1º de mayo de 1994 en el circuito Enzo y Dino Ferrari de Imola. Una carrera signada por la tragedia, porque el viernes anterior, Rubens Barrichello se rompió un brazo cuando su auto salió despedido hacia los guardarraíles. Pero no fue todo, el sábado 30 de abril, Roland Ratzemberger, perdía la vida a bordo de un modesto Simtek. Al día siguiente, el Williams de Senna salió despedido en la curva “Tamburello” y allí se truncó una vida plagada de éxitos en este deportista que abrazó esa pasión desde que tenía 4 años, cuando se subió por primera vez a un karting.
Desde que conocí San Pablo (lugar donde nació Ayrton un 21 de marzo de 1960), para cuando llega esta fecha siempre me hago la misma pregunta ¿Por qué no he ido a conocer la tumba donde descansan sus restos en el cementerio del barrio de Morumbí? Cada vez me convenzo más de que todo pasa por las creencias de cada uno. No sé, me parece que no me aporta, ni deja, ni me cambia nada... Lo que sí llama la atención es que este hombre que vivía hablando, vivando, siendo un embajador deportivo y portando siempre la bandera de “su” Brasil cada vez que daba la vuelta de honor o subía al podio, o que hablaba maravillas de ese impresionante conglomerado que lo vio crecer, muy pocos se acercan hoy a su tumba. De no ser por el padre de Rubens Barrichello, que semana tras semana hace llegar un ramo de flores, sería un lugar abandonado. Algunos colegas argentinos me han contado que el panteón donde yacen sus restos, está descuidado... ¡En fin!
Resumen. Las diferentes tomas son elocuentes: la gloria, el accidente, su tumba y el auto con que Senna ganó todo.
Foto: Archivo El Litoral
Sus pasos; la opinión
Desde el Karting, pasando por la Fórmula Ford, la Tres Británica, hasta recalar en 1984 en la escuadra Toleman de Fórmula Uno, yendo luego a Lotus, McLaren y finalmente a Williams, con todos esos autos batió muchos récords —pulverizados después por Michael Schumacher—, y llevan a muchos a afirmar que fue el mejor exponente que tuvo la categoría.
Durante este lapso de tiempo en que ya no lo tenemos entre nosotros, consulté a muchos de sus pares y a distintos periodistas que fueron contemporáneos a Ayrton Senna, que recorren el mundo con la actividad o que decididamente siguieron exclusivamente su campaña. Las opiniones más autorizadas no son contundentes a la hora de afirmar si fue el mejor. Claro está que al ver a tantísimos eximios pilotos, no es fácil decir éste o aquél fue el mejor. Siempre me quedo con el análisis de ese “profesor” del periodismo que fue el recordado Gerard Crombac. “Mire, yo vi correr a tantos. Desde Fangio hasta Michael Schumacher. Así que se imagina a cuántos he visto ganar carreras o hacer maniobras casi increíbles. Me parece que hay que ubicarse en cada momento en que le tocó correr a cada uno y en la época. Por eso sostengo que si alguien sobrasalió, por algo debe haber sido. Y Senna se destacó muchísimo, sin lugar a equivocarme”, me respondió con esa sabiduría de los grandes.
Mutuos. Eran la admiración y el cariño que se tenían Juan Manuel Fangio y Ayrton Senna. En el museo del quíntuple campeón, aparece el retrato de ambos, con el McLaren MP4/6-Honda, que condujeron el brasileño y el austríaco Gerhard Berger
Foto: Archivo El Litoral
Esta profesión me dio también la posibilidad de reportear al experimentado brasileño Reginaldo Leme, comentarista especializado de Fórmula Uno en la cadena O’ Globo, que presenció ese Gran Premio, que se llevó la vida de Senna (obviamente que además siguió las campañas automovilísticas de Fittipaldi, Piquet, Pace, Barrichello y Massa, entre tantos). “Tuve las grandes alegrías de comentar los dos títulos obtenidos por Emerson Fittipaldi, los tres de Piquet y los 3 de Ayrton, pero también sufrí el gran golpe cuando tuve que poner de manifiesto todo mi profesionalismo en aquel recordado 1º de mayo en Imola. “Ese día me pareció que se terminaba un período muy difícil o imposible de igualar con esos monstruos que fueron Fittipaldi, Piquet y Senna. Después de tener a dos de ellos en la misma época como Nelson y Ayrton, qué decir: Creí que para mí también todo se había terminado como trabajo. Fue durísimo para mí...”, puntualizó en su momento y con alguna lágrima cayendo de sus ojos.
Hoy ya es hasta casi anecdótico si en el accidente se rompió antes, durante o después la columna de dirección del Williams cuando se estrelló en Tamburello. Si más allá de lo que haya dictaminado la Justicia italiana, Frank Williams o Patrick Head, dueños de la escudería, fueron responsables o no de la muerte de Senna. Lo cierto es que pasaron 15 años desde que Ayrton ya no está entre nosotros. Para muchos hay un antes y un después del trágico final del paulista. Miles de simpatizantes que lo idolatraron, todavía no pueden ni tan siquiera acercarse hasta un televisor para ver Fórmula Uno. Por algo será...
Inolvidable. Los italianos colocaron una bandera en la curva de “Tamburello” de Inmola recordando al ídolo.
Foto: Agencia AFP