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Instantáneas cinematográficas

El viejo cine Colón fue como un segundo hogar para Guarnaschelli. Aquí, la sala de proyección en una foto del año 1970.

Instantáneas cinematográficas

Hernando Guarnaschelli dedicó su vida al espectáculo cinematográfico en Santa Fe. Desde su tarea como crítico en los principales diarios de la ciudad, reflejó la actividad del séptimo arte en la comarca.TEXTOS. MANUEL CANALE (*).

Bajo el sol púrpura de una tarde que empieza de un domingo cualquiera, el ancho alero de la marquesina del cine ampara cien cabezas infantiles, mozalbetes y pequeños ramilletes femeninos. Es la entrada a la sección matinée y en cada rostro de estos “espectadores madrugadores”, se advierte el influjo maravilloso que sobre ellos ejerce la magia luminosa de la pantalla.

El enjambre se agolpa ahora frente a los barrotes de la boletería, tras los cuales el empleado mira con su habitual indiferencia. Chicos y grandes pugnan por sacar su entrada y encaminarse rápida y resueltamente a buscar a los mejores sitios de la sala. Minutos después, y tras las exclamaciones de una veintena de chicos que han visto los primeros títulos de una película en serie, comienza el espectáculo.

A pesar de la algarabía y de la confusión del momento, todo es armonioso en esta instantánea cinematográfica que canta en la forma más auténtica la alegría de la juventud: el placer que se concede a los jóvenes con estas secciones arranca de la placidez con que los mayores dejan transcurrir sus días.

Cuando el sol comienza a mezquinar su confort gratuito y se avecinan las primeras sombras nocturnas -anticipo de otra nueva función-, el enjambre abandona la sala y el paisaje si así quiere denominarse se anima otra vez ante mi vista. Saludos, comentarios, risas y bostezos. Muchos rostros encendidos, quizás por la atmósfera pesada y quizás.... ¡Bueno, el lector tiene también su corazoncito! Con melenas ondulantes y peinados enmarañado se posan en los espejos; alguien se acerca a alguien y le dice:

- ¡Limpiate la boca...!

Presuroso, saca el pañuelo y borra en la boca entreabierta la última “prueba pecaminosa” que “ella” grabó sobre sus labios. La tumultuosa emoción de la salida de la matinée, también ha terminado.

hernando A. Guarnaschelli

Desde sus comienzos, el cine ha despertado el interés a un sinfín de personajes ligado a las artes.

Escritores, escenógrafos, guionistas, productores, músicos, actores, entre otros, se suman al espectáculo que ha “aportado a la representación un elemento, tras cuya simulación el teatro se ha debatido desesperadamente hasta hoy. Este elemento es la verdad del escenario”. (2)

El crítico de cine, seducido por las inusuales posibilidades de representación, profundiza dentro de cada filme constituyendo variables exegéticas de la imagen en movimiento; a partir de sus consideraciones aborda un nuevo criterio estético. Éstas y otras apreciaciones hacen que el crítico forme parte de este mundo fantástico donde ficción y realidad se fusionan.

En Santa Fe, Hernando Ángel Guarnaschelli, más conocido por su seudónimo de Armando, dedicó gran parte de su vida al espectáculo cinematográfico, especialmente como crítico de cine, llegando a ocupar cargos importantes dentro de la industria; también desarrolló sus actividades dentro del campo de la locución radial.

Hernando Angel Guarnaschelli nació en la ciudad de Santa Fe el 22 de febrero de 1907, formando parte de una numerosa familia de padres de origen italiano. Cursó sus estudios en la desaparecida Universidad Provincial obteniendo el título de Procurador. A los 17 años ingresó como empleado administrativo en la empresa Samper, entidad que cuenta en ese momento con la administración y control de varias salas cinematográficas y comercios afines (Distribuidora cinematográfica, talleres gráficos y Agencias de publicidad) no sólo en la ciudad y en el interior de la provincia, sino también en Buenos Aires (empresas de cinematografía, fonografía, discos y radio).

Al mismo tiempo desarrolló sus dotes de periodista en los distintos diarios de la época, llegando a formar parte del staff de los diarios Nueva Época, Santa Fe y El Litoral.

A medida que avanzaban los años otro sueño se le cumplió: escribir no sólo en la sección Espectáculos, sino también exhibir sus crónicas en las páginas policiales de los diarios El Momento, La Provincia, El Tribuno, El Imparcial, El Orden, El Interior y Prensa Gráfica, ya jubilado, como colaborador y productor de Nuevo Diario.

Como cronista policial llevó a cabo diversas investigaciones, fue corresponsal de “Sucesos Argentinos” y filmó un mediometraje relacionado con las ruinas de Cayastá titulado “La vieja Santa Fe”.

Una de sus actividades más destacadas la desarrolló dentro de las Empresas Samper, donde fue empleado durante cincuenta años, llegando a ocupar el cargo de gerente y jefe de publicidad hasta su cierre. En tanto, el cine Colón fue su segundo hogar.

En 1926 integró el equipo periodístico de la vieja radio LT 9 Radio Roca Soler, donde desarrolló sus actividades durante tres años consecutivos como el primer crítico radial de de cine y teatro de la ciudad, actividad que retomó en 1963 en el programa de preguntas y respuestas “Revista del aire”.

En la década del 70, como comentarista de L.T.9, Guarnaschelli, en su programa “Comisaría de Servicio” repasa las historias de los grandes crímenes de Santa Fe y comenta sobre el cine y la delincuencia, a través de apuntes, recuerdos y anécdotas registrados durante cuarenta años de sus trabajos como cronista policial.

En la prensa escrita, además de participar en la redacción de diversos diarios de la época, colaboró en revistas especializadas en el tema sobre el que trabajaba, logrando en el año 1941 publicar su libro “El cine en la vida real” percibiendo como ningún otro, escenas comunes, frecuentes en ese entonces. Falleció en el año 1978.

Un agudo observador de la realidad

Sus testimonios permiten revivir situaciones olvidadas, recuperadas a partir de la sutileza inteligente de un observador certero de la vida cotidiana, no sólo dentro de los cines, sino también en situaciones externas relacionadas con la industria.

Su contacto con los actores y actrices más importantes de la época, con las grandes empresas distribuidoras americanas y europeas (Artistas Unidos Corporación, New York Film Exchange, Osso Film, León Gaumont, entre otras) y su vínculo con los directivos de las compañías cinematográficas más relevantes dentro de nuestro país, permitió que el nombre de Hernando Ángel Guarnaschelli quede ligado a la Industria cinematográfica, y al periodismo desde una perspectiva crítica en la ciudad de Santa Fe.

Fuente consultada: archivo diario El Litoral

Material cedido por la Familia de Hernando Guarnaschelli

(*) Manuel Canale es Licenciado en Artes Visuales de la Universidad Nacional del Litoral. Este trabajo es el resultado de una investigación de su tesina presentada y aprobada en 2006/2007, con dirección del Arq. Luis Müller.

Sus testimonios permiten revivir situaciones olvidadas, recuperadas a partir de la sutileza inteligente de un observador certero de la vida cotidiana.

Un espectáculo dentro de otro

El libro de Hernando Guarnaschelli nos acerca a la vida dentro y fuera de las salas. Escribió en aquel entonces: “Siempre he creído que el cine, como en todo lugar donde existe una constante renovación de gente, suelen apreciarse detalles tan interesantes como en el mismo espectáculo que se ofrece a través de la pantalla”.

Nos cuenta sobre los “portugueses”, apodo designado en el lenguaje del espectáculo a los que no pagan entradas. Algunos los denominan “jeteadores” o “garroneros”, otros “hinchadores”, pero más conocidos como “portugueses”. Guarnaschelli lo define como “un simpático personaje por conveniencia, es amigo de todos. No falta a ningún estreno importante. Elegante, apuesto, destilando optimismo, con una leve sonrisita pasa entre los empleados y los controles de las empresas alquiladores de películas diciendo sencillamente ¡Buenas tardes!.

Las parejas de novios, los viciosos, el portero, los soñadores, entre otros personajes, son analizados desde una mirada aguda, sagaz y atenta. Las películas de cowboys, policiales, románticas, en serie, espeluznantes, toman vida a través de sus escritos críticos que se observan reflejadas en diversas notas periodísticas de la época.

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Reunión de empresarios y directivos de distribuidoras señores Graells, Guarnaschelli, Ing.Colombini, Ing. Grimaldi, y otros. Santa Fe, 1956.