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Un rincón mediterráneo

La playa, uno de los magnéticos atractivos de Santa Bárbara.

Un rincón mediterráneo

El californiano condado de Santa Bárbara, cerca de la ciudad norteamericana de Hollywood, combina su pasado colonial español con una creciente industria vitivinícola que crece al amparo de un clima mediterráneo, en un entorno de película.TEXTOS. FERNANDO MEXÍA y REVISTA NOSOTROS. FOTOS. EFE REPORTAJES.

Enclavado entre las montañas de Santa Ynez y el océano Pacífico, el área metropolitana de Santa Bárbara, al sur de California, cuenta con 400.000 residentes, si bien su aire íntimo, coqueto y tranquilo da a la ciudad del mismo nombre, un aspecto de pequeño pueblo costero para veraneantes con alto poder adquisitivo. Unas condiciones que, sumadas al abundante sol y a unas suaves temperaturas, que no pasan de los 30 grados en verano y una mínima de 10 en invierno, le valieron al territorio el apelativo de “la riviera estadounidense”.

Habitada desde hace alrededor de 13.000 años, esta zona de California fue el hogar de las tribus indias Chumash durante generaciones antes de que los exploradores españoles hicieran acto de presencia.

LA ÉPOCA DE FLORECIMIENTO

Se calcula que 150 asentamientos se distribuían por la costa cuando los frailes franciscanos comenzaron a evangelizar a los nativos y empezó, entre 1780 y 1825, la construcción de las 21 misiones que se extienden desde el norte de San Francisco hasta San Diego en la frontera con México.

La llegada de los españoles trajo consigo el florecimiento de núcleos urbanos alrededor de iglesias y bases militares, de los que posteriormente tomarían su nombre las ciudades. Así ocurrió en el caso de Santa Bárbara.

Ese era el nombre de la virgen a la que se dedicó la misión y la fortaleza de la zona, bautizada como “Real Presidio de Santa Bárbara” y bendecida por fray Junípero Serra, un monje que encabezó la cristianización de California.

La imagen de Serra está presente a la entrada de la misión de Santa Bárbara, considerada “la reina de las misiones” por tener dos torres y cuyas campanas resuenan a la antigua usanza para llamar a los fieles a misa.

Bien conservado, este vestigio del pasado colonial es un símbolo de Santa Bárbara y en su interior se pueden visitar estancias y ver los objetos utilizados por los religiosos que vivieron allí en los últimos siglos.

No menos llamativo es “El presidio”, el antiguo cuartel militar, construido en 1872 para proteger a los colonos del ataque de los indios o de otras potencias extranjeras. Su función duró poco ya que en 1821 los mexicanos arrebataron a los españoles el territorio. Para 1840 esta pequeña fortaleza estaba en ruinas. Santa Bárbara pasó a control estadounidense en 1846 de manos del coronel John Fremont.

No fue hasta 1963 que las autoridades de la ciudad decidieron rehabilitar lo que en otro tiempo fue el último cuartel levantado por los españoles en esa zona de California. Sorprende encontrar detrás de sus muros una estatua del rey español Carlos III.

Hoy en día unas banderas que recuerdan el pasado español y mexicano ondean a la entrada de “El presidio”, así como de otras edificaciones históricas como la “Casa de la Guerra”, llamada así por pertenecer a la poderosa familia local cuyo líder era José de la Guerra.

La arquitectura de esos edificios coloniales se convirtió en un rasgo distintivo de Santa Bárbara, que adoptó el blanco cal de las fachadas, los pórticos y las torres como estilo básico para las construcciones de su parte histórica.

Así, desde los centros comerciales hasta los aparcamientos ofrecen un curioso aspecto de casa señorial que contribuye a generar la sensación de que se está paseando por alguna localidad mediterránea.

El sueño californiano

El estilo de vida en Santa Bárbara define el denominado “sueño californiano”. Hacia el sur uno es tentado por las playas doradas y las suaves olas, mientras que al norte, las colinas redondeadas y las espectaculares montañas son un deleite para los ojos. Se puede elegir entre una gran variedad de tiendas, restaurantes y expresiones culturales.

Goleta y Carpintería, dos pueblos cercanos, ofrecen una enorme variedad de paisajes naturales y una gran riqueza en sitios históricos. Hacia el norte de la ciudad se puede explorar el valle de Santa Ynez (Santa Ynez Valley), la zona vitivinícola, Santa María y el encantador pueblo danés de Solvang.

Ubicada a sólo 90 millas (144 kilómetros) de Los Ángeles, Santa Bárbara ofrece tanto la conveniencia de estar cerca de una gran ciudad como la calidez que le da el ser un mundo en sí misma. El aeropuerto municipal de Santa Bárbara y la estación de Amtrak ubicada en el centro de la ciudad brindan transporte regular a todas las ciudades de California y al resto del mundo.

Bellezas naturales

Santa Bárbara ofrece una gran abundancia de belleza natural. Los paisajes, las oportunidades recreativas y los recursos naturales son muchos e increíblemente diversos. En la zona podrá disfrutar de playas prístinas y escarpadas montañas.

Hay una espectacular variedad de playas a disposición del visitante. En Santa Bárbara se respetan las tradiciones del voleibol, el surf y el descanso. Pruebe las populares East Beach, West Beach o Leadbetter Beach, cerca de la ciudad. La atractiva playa de Arroyo Burro (también conocida como playa de Hendry por los habitantes locales) nos invita hacia el oeste. La playa estatal de Carpintería ha sido ubicada en vigésimo lugar en Estados Unidos por sus aguas calmas y claras y sus suaves olas.

Por otro lado, el fabuloso Bosque Nacional Los Padres ofrece 1.724,000 acres para ser explorados, con paisajes que van desde lo meramente hermoso hasta lo espectacular. Pase el día recorriendo a pie una porción de las 1,750 millas (2,800 kilómetros) de senderos al pie de las montañas de Santa Ynez, o acampe durante varios días en las zonas más alejadas. Descubra el lago Casitas y el lago Cachuma que ofrecen alquiler de botes y pesca de agua dulce.

En tanto, las Islas Channel de San Miguel, Santa Rosa, Santa Cruz y Anacapa, han sido preservadas en su estado natural y forman parte del Parque Nacional de las Islas Channel (otra isla, Santa Bárbara, está un poco más al sur). Hay un servicio de barcos que va desde Santa Bárbara hasta las islas. Los visitantes pueden explorar las playas tranquilas, caminar, bucear o hacer esnorkel y pasear en kayac.

El mundo del cine

Situado a poco más de dos horas de coche al norte de Los Ángeles, Santa Bárbara es un remanso de paz para quienes deciden huir temporalmente del ajetreo de Hollywood.

Antesala del Óscar

La relación de Santa Bárbara con el cine es más intensa. Su festival internacional que se celebra a finales de enero y principios de febrero, antes de los Óscar, es un éxito de alfombra roja, por donde han pasado Penélope Cruz, Javier Bardem, Kate Winslet, Clint Eastwood, George Clooney o Angelina Jolie.

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El condado ha servido para la filmación de más de 1.000 películas de Hollywood, como “Postman Always Rings Twice”, “The Ten Commandments” o la más reciente “Sideways”.

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Una de las fastuosas mansiones construidas por afamados personajes en Santa Bárbara.

El lugar de Reagan y Jackson

La telenovela de mediados de los “80 “Santa Bárbara” contribuyó también, a su manera, a situar en el mapa a este condado californiano donde residió el ex presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan. Su finca llamada “Rancho del cielo”, sirvió al difunto mandatario de lugar de retiro tras sus ocho años en la Casa Blanca y es ahora conservado por una fundación. Un museo se encarga de mantener vivo el recuerdo al ex presidente y en él se exhibe desde uno de los coches utilizados por Reagan, hasta un trozo del Muro de Berlín.

El condado de Santa Bárbara fue también el lugar elegido por Michael Jackson para levantar su hogar en el año 1988, el conocido rancho “Neverland”, donde el “rey del pop” puso en marcha un zoo y un parque de atracciones privado al que dejó de acudir con regularidad en 2005, cuando comenzaron sus problemas con la justicia por acusaciones de abuso de menores.

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La misión de Santa Bárbara, considerada “la reina de las misiones” por tener dos torres y cuyas campanas resuenan a la antigua usanza para llamar a los fieles a misa.