DE RAÍCES Y ABUELOS

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En 1986, Héctor Soneyro expuso los fundamentos históricos del nombre de la plaza.

Historia menuda de un gran pueblo

 

Tres de cuatro familias venidas de Suiza presenciaron la fundación de Romang. En esta nota se les rinde homenaje y se destaca la importancia del Museo Histórico de esa localidad.TEXTOS Y FOTOS. HÉCTOR SONEYRO.

El pasado 23 de abril, la localidad de Romang, en el departamento San Javier, conmemoró su 136º aniversario fundacional. Hace un año, en el marco de los festejos organizados para recordar tan importante fecha, la Comisión Comunal presentó el libro “Romang, Memoria del Pueblo III”, que contiene relatos históricos que recrean hechos y personas que hicieron, como diría el historiador regional Héctor Soneyro, la “historia menuda”.

Entre los trabajos presentados en este libro se encuentra la historia del museo de Romang, escrito por el mismo autor, investigador y recopilador de fotografías antiguas romanenses. Su relato nos dice: “Si he de mencionar la memoria de un pueblo, es un museo -por antonomasia- el mejor ejemplo para tomar. Y Romang no es la excepción a la regla ya que también cuenta con uno. Me refiero al Museo de la Colonización, Plaza 4 Gaspares”.

La idea de crear una plaza y un museo que recuerde la gesta colonizadora en esta región surgió a partir de una publicación de Max Byland, aparecida en Suiza en 1979 y titulada “Cuatro Gaspares Emigraron”, auspiciada por la Comunidad de Gränichen, Cantón de Aargau, en Suiza.

En ella se relata la partida, el 5 de mayo de 1856, la travesía en el mar y la llegada al país, de cuatro grupos familiares que emigraron del mismo lugar, el mismo día, con el mismo destino y cuyos padres llevaban el mismo nombre: Gaspar. Sus apellidos eran Arber, Kaufmann, Sager y Stirnemann.

Respecto al nacimiento de la institución, aclaró que su acta Nº 1, del 29 de agosto de 1984, indica que si bien llevará el nombre de aquellos cuatro suizos, en ellos se simbolizará el homenaje a todos los inmigrantes que vinieron a poblar este suelo”.

Según esa misma acta, la primera comisión estuvo integrada de la siguiente manera: presidente: Eraldo Reinor Ramseyer; secretaria, Lucila Clara Stirnemann; tesorera, María Angélica Sager; vocales, Stella Maris Betig, Abel Kaufmann, Rubén Eldo Kaufmann, Elvio Ovidio Stirnemann, Guido Erwin Sager, Darío Jorge Sager (padre); y coordinadora general, Yansi Juanita Huber.

A fin de contar con un espacio físico apropiado, algún tiempo antes de que se formara la primera comisión se habían entablado conversaciones con las señoras Berta y Olga Ramseyer con el propósito de conseguir tres cuartas partes de una manzana (que luego se consiguió el total), ubicada entre las calles J. J. de Urquiza al norte, Lisandro de la Torre al sur, Gaspar Kaufmann al este y Samuel Sager al oeste.

Cuatro portales

Así, el 21 de agosto de 1984 se firmó el boleto de compra-venta por la suma de seiscientos ochenta y tres mil pesos argentinos, con tan buena predisposición de las vendedoras que en ese mismo acto donan la suma de ciento treinta y siete mil pesos argentinos.

Tiempo después, mediante una nota de fecha 22 de abril de 1999, la comisión del museo transfirió el inmueble a la comunidad de Romang, representada por su comuna, reservándose la administración del complejo y especificando que dicho inmueble fuera utilizado para lograr el propósito original, antes mencionado.

El proyecto global del complejo de la plaza fue obra de los arquitectos Miguel A. Vitale, Raúl Vannay, Sabino D’amatto y del maestro mayor de obras José H. Figura. En el tercer punto de aquella primera acta se señalaba que “la plaza tendrá cuatro portales que representan los cuatro troncos de familia, con un espacio libre en el centro, una especie de breve anfiteatro; por él correrá un hilo de agua, con el escudo de Suiza en el piso. Ese hilo de agua se conectará a la capilla abierta Guillermo Tell. El hecho de que sea abierta simboliza democracia, neutralidad, independencia y justicia”.

A su vez -continúa el texto- la capilla se conecta a un granero, al estilo suizo, construidos en épocas de colonización. El granero estará destinado al funcionamiento del Museo Histórico de Romang y se conecta a través de una pasarela a la carabela, destinada a salón de actos. El significado de la carabela es que somos hijos del mar, pues -a través de éste- vinieron nuestros antepasados a la Argentina.

La carabela estará arrimada al anfiteatro que representa al muelle de Santa Fe, donde arribaron las cuatro familias suizas. También se plantará un árbol de quebracho y se instalará un reloj de sol que simbolizarán la tierra que los acogió y el paso del tiempo. Habrá otro sector destinado a juegos infantiles y se construirán gradas frente al anfiteatro. La plaza se complementará con la cobertura de árboles y espacios verdes.

Modernización

Si bien es cierto que dos décadas después la mayor parte de este proyecto no ha pasado de ser una maqueta, nuestro pueblo puede enorgullecerse de que, gracias al esfuerzo de un pequeño grupo de colaboradores, el “granero” que alberga al museo está protegiendo el patrimonio histórico y cultural, aun bajo la supervisión de los encargados ad honorem.

El edificio del museo fue construido por el albañil Antonio Jesús Spontón y las aberturas de madera fueron realizadas por el carpintero Oscar “Cachito” Bertschi.

Para el mismo tiempo en que se levantaba el museo -donde hoy día se pueden observar instrumentos musicales de la banda, el apero de Augusto Romang, fragmentos de piezas de alfarería aborigen, fonógrafos, máquinas de coser antiguas, entre otros elementos-, también se completaba la parte de la plaza con especies arbóreas y con juegos para niños, como un tobogán caracol, una calesita y un sube y baja de dos tablas.

También se preveían hamacas realizadas por Antonio Gerber y un caballo de madera, un tambor de combustible y resortes, realizados por Héctor Soneyro, además de un arenero. Dichos juegos fueron inaugurados en marzo de 1986.

Lamentablemente, la falta de conciencia ciudadana (de algunos) acerca de la protección de los bienes comunitarios llevó a la destrucción de dichos elementos, tan útiles en la recreación infantil. Por eso, es nuestra responsabilidad, seamos descendientes de europeos, criollos o aborígenes, colaborar con el engrandecimiento de esta plaza y su museo, que lejos de ensalzar el enfrentamiento entre distintas culturas, resalta la vida lugareña en la incipiente colonia.

Es nuestra responsabilidad que todos colaboremos con los elementos históricos que tengamos, ya que si están guardados en alguna pieza, solo podrán ser apreciados por pocos, en cambio en el museo podrán ser admirados por niños, jóvenes y adultos de todas partes.

Investigación arqueológica

A partir de noviembre de 2008, el Museo Regional de Romang logró ampliar su campo de acción, mediante un convenio firmado entre la comuna de Romang y la Universidad Nacional de Rosario. Este acuerdo de colaboración científica y técnica en ciencias medioambientales está relacionado con la investigación arqueológica, antropológica, ecológica, paleontológica, museológica y con turismo y educación.

Todas las investigaciones que se realicen mediante dicho convenio contarán con la dirección de la Dra. Silvia E. Cornero y continuarán principalmente enfocadas en conocer la vida de los pueblos originarios de la región. La información y los elementos recabados serán depositados en el Museo Regional de la Plaza Cuatro Gaspares, donde podrán ser observados por la comunidad y quienes visiten la localidad de Romang.

Lo que comenzó como un museo de la colonización europea creció hasta llegar a ser hoy un museo integrador de culturas, donde los primeros americanos que colonizaron estas tierras encontrarán también su lugar.

Documentación testigo

La creación de la comuna de Romang se plasmó 12 años después de la fundación de esta colonia en el marco de la ley que facultaba al Poder Ejecutivo para que designen comisiones de fomento, compuestas por tres vecinos, en aquellas localidades donde no existían municipalidades. Desde Teófilo Romang hasta Sergio Ramseyer, la comuna de Romang contó con 46 mandatos presidenciales.

Santiago Kaenel fue el que más tiempo estuvo (lo hizo durante 15 años en tres etapas). En tanto que Rodolfo Furrer fue el que menos se mantuvo en sus funciones, ya que sólo gobernó 21 días.

Eduardo Zilli y Víctor Debloc fueron los que más tiempo estuvieron al frente de la comuna de Romang de forma consecutiva, con cuatro mandatos ininterrumpidos cada uno. Por su parte, la única mujer que ocupó este cargo fue Lina Bieri, desempeñándose durante seis meses, en 1976.

En los anaqueles del Archivo General de la Provincia pudo hallarse como única documentación-testigo de la creación comunal el siguiente texto: “Santa Fe, enero 28 de 1887. El Poder Ejecutivo decreta: art. 1º: nómbrase para componer la Comisión de Fomento de Romang a los señores don Teófilo Romang, don Samuel Sager y don Santiago Colman. Art. 2º: Comuníquese, publíquese y dése al R.O. Gálvez - Juan M. Cafferata. En esa época, gobernaba la provincia de Santa Fe el Dr. José Gálvez y el presidente de la Nación era el Dr. Miguel Juárez Celman”.

Es de suponer que en los primeros años, las comisiones de fomento romanenses no llevaban libro de actas. O si lo hicieron, desaparecieron sin dejar rastros, porque en los Archivos Comunales, el libro de actas más antiguo data de 1909. No obstante, en Santa Fe se hallaron algunos balances y correspondencias que dieron pistas seguras para analizar la gestión de los primigenios gobernantes comunales.

Escudo de las cuatro familias venidas de Suiza.

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El museo de la colonización europea creció y hoy integra culturas.

Es nuestra responsabilidad que colaboremos con los elementos históricos que tengamos, ya que si están guardados en alguna pieza, solo podrán ser apreciados por pocos.