Pablo Lunati, que dirige “lunáticamente” los partidos de fútbol en la Argentina, con señas muy poco claras, marca con el famoso aerosol —dijo que no le gusta esa innovación— el lugar donde debe ir la pelota antes del tiro libre. Iban 46 minutos de la primera etapa. Tiempo cumplido.
Foto: Pablo Aguirre
El “20” comienza el ritual: acomoda la pelota, con una prolijidad como si fuera pateador de rugby. El “Pirulo” Rivarola y el “Pony” Oyola miran.
Foto: Mauricio Garín
El goleador histórico empieza, con los brazos en jarra, a pensar en qué es lo que marcan los libros para este tipo de jugadas: 0 a 0 en el tablero.
Foto: Pablo Aguirre
A pesar del incómodo aerosol, Pablo Lunati debe apelar a las viejas advertencias verbales para que la barrera no se adelante. Pasa de todo.
Foto: Pablo Aguirre
Todo el gesto técnico del “Bichi” Fuertes con la “20” de Colón: la mano derecha tirada para atrás, la pierna a punto de hacer impacto.
Foto: Mauricio Garín
Bichigol (*)
Dale, dale Bichi
ésta es tu hinchada que te venera
Dale, dale, dale 20
Ésta es tu patria...
La Sabalera.
Estarás siempre en la memoria,
del rojinegro; sos la gloria.
Serás eterno en nuestra historia,
como el más grande artillero goleador.
Estos cien gritos merecías,
por tu guapeza, por tu hombría.
Con este récord de tu vida,
sos el orgullo indiscutido de Colón.
Bichigooool,
nos regalaste una centena de alegrías,
colmaste al negro de placer y algarabía,
Bichi, Bichi, Bichi, Bichigooool.
Venciste todo contratiempo,
poniendo garra en cada intento.
Sorteaste los peores momentos,
siempre luchando con la fuerza de un león.
Por duro que fueran los vientos,
fue más tenaz tu sentimiento.
La fe fue siempre tu elemento,
con hidalguía llegaste al Club de los Cien.
(*) Ésta es la letra inédita de la cumbia especial que Los Palmeras le hicieron al “Bichi” Esteban Oscar Fuertes.