Independiente volvió a perder por goleada
Llegó al fondo del pozo
El Rojo cayó ante Banfield por 5-0, de visitante, y soportó una goleada de esa magnitud por tercera vez en los diez partidos que registra el segundo ciclo del director técnico Américo Gallego. Hay furia en Avellaneda.

Le puso el freno... de mano. Así como Maximiliano Bustos lo detiene a Federico Mancuello, todo Banfield le opuso un duro escollo a Independiente, que cayó sin atenuantes por un amplio marcador.
Foto: Agencia Télam
Redacción de El Litoral
Télam
Bajo la nueva conducción de Gallego, último entrenador campeón en el club (Apertura 2002), Independiente ganó tres partidos, empató uno y perdió seis, con 17 goles a favor y 23 en contra. Y por tercera vez cayó con cinco tantos en el arco de Fabián Assmann, como ante Lanús en la octava fecha y los suplentes de Estudiantes de La Plata, en la decimocuarta jornada.
Banfield igualó su máxima goleada sobre Independiente en la historia (la anterior ocurrió en 1951) y quedó a un punto (propio o de cualquier rival que enfrente a San Martín de Tucumán) de garantizar su permanencia en primera durante una temporada más.
Desde el primer minuto de juego hubo una clara diferencia de actitud entre los dos equipos. En ese sentido, Banfield se destacó por su postura ambiciosa acompañada por el buen trabajo de la línea media y la peligrosidad de sus delanteros.
Un parsimonioso Independiente sufrió el primer cachetazo a los 8 minutos en una jugada que nació de un rechazo de la defensa rival y que terminó con un cabezazo de Silva, tras un buen centro del imparable Fernández. Desde entonces, el partido quedó definido porque el conjunto de Gallego, pese a los cambios después de la depuración de su plantel, no insinuó un atisbo de reacción en toda la noche.
Por eso, sus hinchas no esperaron demasiado y, al llegar el segundo gol, con otro cabezazo de López, iniciaron su repertorio de insultos contra los jugadores. Cinco minutos antes, Independiente había desperdiciado la única ocasión de peligro que dispuso con un cabezazo de uruguayo Guillermo Rodríguez en el palo y un remate de Lucas Pusineri que fue despejado en la línea.
Antes del descanso, y facilitado por otro regalo de la defensa visitante, Banfield concretó el tercer gol que ruborizó de vergüenza al rival por el tiempo que se llevaba jugado.
Lo del segundo tiempo fue peor aún porque Independiente ni siquiera tuvo orgullo para evitar otro resultado humillante. Silva, con absoluta comodidad, anotó el cuarto de arranque para aumentar el sufrimiento del “Tolo”. Y el quinto llegó a los 20, con otro cabezazo, esta vez de Barraza, ante la mirada impotente de los defensores visitantes.
El tramo final del partido, ya sin interés por lo que sucedía en el campo de juego, se consumió con el “óle” del público local y la reprobación generalizada de los hinchas de Independiente.




