Tres por día

Los tamberos reunidos en Trenque Lauquen acordaron pasar a la acción. Según CRA, se cierran tres tambos por día en la Argentina. En San Francisco, decidirán la modalidad de la protesta.

Campolitoral

En Trenque Lauquen, más de 700 productores analizaron la crítica situación por la que está pasando la actividad. Para Giannasi, referente lechero de la Federación Agraria, “La protesta tambera es inminente porque desde el gobierno no nos dan soluciones”, dijo. “Mientras los productores se están fundiendo, los consumidores pagan altísimos valores por los lácteos en las góndolas de los supermercados. Sin dudas, existe una desigualdad en la cadena que es muy clara”, agregó.

Según expresan los productores, en la actualidad los costos de producción superan ampliamente el valor que se obtiene por litro de leche. “Indudablemente el cierre de tambos lleva al aumento del desempleo”, finalizó.

En esta reunión, solicitaron el inicio de una “Protesta Tambera Nacional” a la Mesa de Enlace que cuyo primer paso será una Asamblea Nacional en la ciudad de San Francisco, el próximo sábado.

Según CRA, la falta de una política oficial a favor de la producción “ya destruyó 5.000 tambos desde 2003, o sea un tercio de los 15.500 establecimientos que existían en aquel momento, con la pérdida de miles de puestos de trabajo directos e indirectos”.

Lo peor es que la producción argentina se encuentra estancada, mientras que la de nuestros vecinos y competidores ha aumentado significativamente. “Todos los días se cierran 3 tambos. El negocio así es inviable”, afirma el comunicado.

Queda claro que el volumen de leche producido en el país debería estar estimado o proyectado por las entidades oficiales competentes, quienes, en un marco de apoyo al productor, fomenten el aumento de la producción láctea y aceiten los mecanismos para volcar los excedentes del consumo interno hacia el mercado exportador.

Claro que para ello, la lechería debería estar incluida dentro del marco de una política para la producción primaria en general, que contemple a la agricultura, la ganadería y las producciones alternativas.

Es indispensable un ordenamiento territorial productivo. Si de verdad se quiere frenar el proceso de sojización, nada mejor que ayudar a la lechería, la que retiene las familias en el campo con un oficio sacrificado pero bien remunerado. Una política a largo plazo debería plantear las necesidades domésticas para las próximas décadas y trabajar en consecuencia de manera estratégica, poniendo trabas - por ejemplo- a la siembra de soja en regiones marginales. Cada día, tres familias rurales se quedan sin trabajo, y ese problema requiere una solución.